El presidente argentino Javier Milei ha anunciado planes para despedir a 70,000 empleados del gobierno en los próximos meses, destacando otro paso para poner en práctica la visión del libertario de la motosierra de una sociedad de pequeños estados.
«Estamos convencidos de llevar a cabo un ajuste fiscal, que tiene mucho de motosierra y de licuadora», dijo Milei en un discurso de una hora en el acto celebrado el martes en Buenos Aries por el Foro Económico Internacional de las Américas, refiriéndose a su plan para reducir rápidamente la inflación del país sudamericano, que ronda el 250 por ciento, a niveles de un solo dígito.
«Eliminamos por completo la obra pública, algo de lo que estoy orgulloso y algo a lo que toda la gente de bien debería oponerse», dijo el autoproclamado anarcocapitalista entre los aplausos de su audiencia. «Eliminamos las transferencias discrecionales a las provincias. Despedimos a 50,000 empleados públicos. Se anularon contratos y se van a recortar 70,000 más».
Milei también destacó la eliminación de más de 200,000 programas de asistencia social, que, según dijo, se llevaban a cabo de manera «irregular». «En ningún momento se descuidó la política social», aseguró, señalando los aumentos en las partidas para ayudar a los ciudadanos a cubrir gastos de alimentación y escolarización.
En declaraciones al diario argentino La Nación, la Casa Rosada explicó que la cifra de 70,000 representa el universo de contratos de empleados públicos actualmente en revisión. La administración de Milei señaló además que el recorte se llevará a cabo por etapas, y que alrededor del 20 por ciento de esos empleados serán despedidos a finales de este mes.
La presidencia de Milei comenzó con la promesa de detener la espiral de décadas de Argentina hacia el olvido económico. En diciembre de 2023, cuando asumió el cargo, más de 26 millones de personas, o el 49 por ciento de la población del país, vivían en la pobreza.
A pesar de sus ricos recursos económicos, Argentina ha incumplido el pago de su deuda soberana en nueve ocasiones. A menudo, el país ha tenido que hacer frente a una creciente deuda externa, que incluye decenas de miles de millones de dólares de préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y, más recientemente, de China, su segundo mayor socio comercial.
Antes del ascenso de Milei, la política argentina estaba dominada por el peronismo, un movimiento populista fundado en la década de 1940 y caracterizado por políticas públicas colectivas de izquierdas, como la nacionalización del banco central y de las grandes empresas, la ampliación de las prestaciones sociales y el establecimiento de alianzas con los sindicatos.
En el discurso del martes, Milei reiteró su promesa de abandonar el statu quo peronista, que describió como una «verdadera catástrofe».
«Los argentinos perdimos el 80 por ciento de nuestros ingresos en esta aventura populista que tuvo lugar en los últimos años», dijo. «Cinco millones de argentinos no tienen para comer. Y además tuvimos un déficit gemelo de 17 puntos del PIB».
Milei también rechazó las críticas de que el enfoque de la motosierra es insostenible, argumentando que su administración debe tomar medidas rápidas para hacer lo necesario a fin de lograr una recuperación económica «en forma de V». También señaló a los políticos que «no quieren renunciar a sus puestos y buscan mantener sus privilegios» por obstruir su reforma.
«Hicimos lo que teníamos que hacer, y eso implica una dosis de valentía que otros no tienen, para desgracia del club del helicóptero y de todos aquellos que desean que nos vaya mal, especialmente los que se quejan de que les recortamos sus puestos de trabajo», dijo.
Desde su toma de posesión el año pasado, el economista de la Escuela Austriaca elegido en presidente ha puesto en marcha medidas para contrarrestar el pasado de intervencionismo estatal de Argentina, entre ellas una devaluación sustancial del peso y una drástica reducción del gasto público.
En un discurso pronunciado el 17 de enero en el Foro Económico Mundial, Milei afirmó que la clave para combatir la pobreza en todo el mundo es abrazar, y no rechazar, los ideales del capitalismo de libre mercado.
«Lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalismo de libre empresa, como sistema económico, es la única herramienta que tenemos para acabar con el hambre, la pobreza y la indigencia», afirmó. «La evidencia empírica es incuestionable».
La reforma radical de Milei ha obtenido el apoyo de observadores externos, incluida la Secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, que elogió a Argentina por haber dado «pasos importantes hacia el restablecimiento de la sostenibilidad fiscal, el ajuste del tipo de cambio y la lucha contra la inflación».
Kristalina Georgieva, directora del FMI, también se pronunció a favor de los esfuerzos de la administración Milei.
«La economía argentina está en tan mal estado que hay que sacudirla. El Presidente Milei y su equipo están haciendo exactamente eso», declaró durante una entrevista con la CNN en el Foro Económico Mundial celebrado en enero. Argentina es actualmente el mayor deudor del FMI, con una deuda pendiente de USD 46,000 millones.
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