El líder del grupo mercenario Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha llegado a Bielorrusia, según el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que ayudó a negociar un acuerdo en virtud del cual el jefe de Wagner detuvo el avance de sus soldados hacia Moscú y aceptó abandonar Rusia como exiliado.
«Sí, hoy está en Bielorrusia», declaró Lukashenko el 27 de junio, según Belta, la agencia de noticias estatal bielorrusa.
La llegada del jefe de Wagner a Bielorrusia también fue registrada por el sitio web de seguimiento de vuelos Flightradar24, que mostró un avión Embraer Legacy 600 vinculado a Prigozhin con el indicativo de llamada RA-02795 aterrizando en Minsk, la capital bielorrusa, el martes por la mañana.
Durante el fin de semana, Prigozhin encabezó una efímera pero intensa rebelión de los Wagner que llegó a unas centenas de millas de Moscú antes de detenerse bruscamente y dar marcha atrás.
Prigozhin, colaborador desde hace mucho tiempo del presidente ruso Vladimir Putin, insistió en que el avance de Wagner hacia Moscú no era un golpe contra los dirigentes del país, sino una «marcha por la justicia» en protesta contra los altos mandos militares rusos.
Prigozhin se ha enemistado abiertamente con los líderes militares en medio de la guerra en Ucrania, acusándoles de privar a las fuerzas de Wagner de armas y suministros, e incluso alegando que intentaron destruir al grupo militar privado con ataques aéreos.
El lunes, Putin tachó de traidores a los organizadores del aparente motín, aunque dio las gracias a los soldados de Wagner por detener su avance y evitar el derramamiento de sangre. El martes dijo que se había evitado una «guerra civil» en parte gracias a la postura de las fuerzas armadas y policiales rusas.
«Los militares y las fuerzas policiales de la Federación Rusa detuvieron realmente la guerra civil», dijo Putin el martes a los miembros de las fuerzas armadas en la Plaza de la Catedral de Moscú.
«Detenido en la última línea para evitar el derramamiento de sangre»
En un discurso televisado el lunes, Putin agradeció a los soldados de Wagner que detuvieran su avance antes de que se derramara sangre y los elogió por sus logros en el campo de batalla en Ucrania.
«Sabemos que la inmensa mayoría de la compañía Wagner son también patriotas de Rusia, fieles a su pueblo y a su país», dijo Putin, elogiándolos por haber demostrado su patriotismo y valor en las operaciones de combate en el este de Ucrania, donde las fuerzas de Wagner han librado gran parte de los combates.
«Doy las gracias a los comandantes y soldados de la compañía privada Wagner que tomaron la única decisión correcta», añadió, «y se detuvieron en la última línea para evitar el derramamiento de sangre».
Putin dijo que los enemigos de Rusia, incluidos «todo tipo de traidores nacionales», así como los «neonazis de Kiev» y sus partidarios occidentales, querían que la «marcha» de Wagner se convirtiera en un golpe caótico.
«Era precisamente este resultado —el fratricidio— lo que querían los enemigos de Rusia: tanto los neonazis de Kiev, como sus patrocinadores occidentales y todo tipo de traidores nacionales», dijo Putin.
«Querían que los soldados rusos se mataran entre sí, que mataran a militares y civiles, para que al final Rusia perdiera, y nuestra sociedad se dividiera, se ahogara en sangrientos enfrentamientos civiles», añadió el dirigente ruso.
En su discurso, Putin ofreció a los combatientes de Wagner la oportunidad de ir a Bielorrusia, integrarse en el ejército regular ruso o simplemente volver a casa con sus familias.
También dio las gracias a Lukashenko, que al parecer ayudó a negociar el acuerdo que concedió a Prigozhin y a los miembros de su ejército privado la amnistía y la oportunidad de trasladarse a Bielorrusia.
Lukashenko abordó el asunto el martes, diciendo: «Les ayudaremos si quieren quedarse con nosotros durante un tiempo a expensas [de Wagner], por supuesto», según Belta.
«Pero me vendría bien una unidad de este tipo en el ejército», declaró Lukashenko, añadiendo que había dado instrucciones al ministro de Defensa bielorruso para que discutiera el posible despliegue de Wagner en Bielorrusia.
Esto se produce cuando se ha especulado sobre si la tregua entre el Kremlin y Wagner se mantendría, ya que los funcionarios occidentales se han preguntado si aún falta otro acto en la dramática saga.
Prigozhin rompe el silencio
El 26 de junio, Prigozhin publicó un mensaje de audio en su canal de Telegram en el que afirmaba que el empuje de Wagner hacia Moscú no era un intento de golpe de Estado, sino una «marcha» de protesta.
«El objetivo de la marcha era impedir la destrucción de la PMC Wagner y llevar ante la justicia a quienes, con sus acciones poco profesionales, cometieron un gran número de errores durante la operación militar especial», dijo en el mensaje.
Rusia calificó sus acciones en Ucrania de «operación militar especial» para «desnazificar» y desmilitarizar a su vecino, al que acusa de pretender convertirse en un baluarte de la OTAN en las fronteras rusas que amenaza la seguridad de Moscú.
Días antes, Prigozhin se puso en pie de guerra contra el Ministerio de Defensa ruso tras un supuesto ataque del ejército ruso al campamento militar de sus mercenarios, que Prigozhin alegó que había sido ordenado por el propio ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu.
El 24 de junio, el jefe del Wagner declaró que había ordenado a sus tropas que regresaran a sus bases en Ucrania y siguieran luchando allí en nombre de Rusia, mientras que la Oficina del Presidente de Bielorrusia, que medió en el acuerdo, sugirió que se retirarían los cargos penales contra Prigozhin.
Tras el anuncio de la tregua, Prigozhin abandonó Rostov del Don, y algunos residentes lo despidieron a él y a sus amotinados como a un héroe mientras sonreía para las cámaras.
«Intrigas y decisiones poco meditadas»
Prigozhin afirmó en su mensaje del 26 de junio que, «como resultado de intrigas y decisiones poco meditadas», los dirigentes rusos habían decidido disolver el grupo Wagner y que la marcha sobre Moscú pretendía ser un acto de protesta, no un golpe de estado.
«Consideramos que era suficiente con demostrar lo que queríamos hacer», dijo, ofreciendo una explicación de por qué se detuvo el avance Wagner sobre Moscú y se ordenó a sus tropas que regresaran a la base.
En un mensaje del 24 de junio, Prigozhin dijo que se oponía a las maniobras del estamento militar ruso para disolver la Wagner.
«Querían disolver la compañía militar Wagner. El 23 de junio emprendimos una marcha por la justicia. En 24 horas, llegamos a 200 kilómetros de Moscú. En este tiempo, no derramamos ni una sola gota de sangre de nuestros combatientes», dijo.
«Ahora ha llegado el momento de derramar sangre. Comprendiendo la responsabilidad [por la posibilidad] de que se derrame sangre rusa por un lado, estamos dando la vuelta a nuestras columnas y regresando a los campamentos de campaña según lo previsto».
Tras anunciarse el acuerdo mediado por Bielorrusia, el Kremlin dijo que retiraría los cargos de «amotinamiento armado» contra los combatientes Wagner.
«Siempre hemos respetado sus actos heroicos en el frente», declaró a la prensa en Moscú el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien añadió que las autoridades rusas estaban agradecidas al presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, por su papel en la mitigación de la crisis.
Peskov dijo que a los combatientes de Wagner que no tomaran parte en la rebelión se les ofrecerían contratos con el Ministerio de Defensa ruso, que había estado intentando poner bajo su control a todas las fuerzas voluntarias autónomas para el 1 de julio, un esfuerzo que Prigozhin aparentemente veía como una amenaza para la existencia de Wagner.
Se ha reportado que, como parte del acuerdo, Prigozhin no se enfrentaría a ningún cargo.
Sin embargo, varios reportes publicados por las agencias de noticias estatales RIA Novosti e Interfax —citando fuentes anónimas del gobierno ruso— afirman que la investigación sobre la revuelta de Wagner sigue en curso.
El discurso de Putin del 26 de junio no se refirió al propio Prigozhin ni a los posibles cargos a los que pudiera enfrentarse.
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