La OTAN no considera a China un «nuevo enemigo o adversario», pero su ascenso «está cambiando fundamentalmente el equilibrio global de poder» y la OTAN «tiene que abordar sus consecuencias», especialmente para la seguridad, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante un evento el 8 de junio para el lanzamiento de la iniciativa OTAN 2030, para que la OTAN sea capaz de adaptarse al mundo cambiante.
Los líderes de la OTAN convocados en la Cumbre de la OTAN en Londres el año pasado, le pidieron a Stoltenberg liderar el desarrollo de una propuesta para fortalecer la dimensión política de la OTAN. Él designó a un grupo de diez expertos para trabajar en este proyecto.
Entre las tendencias y tensiones existentes que deben tenerse en cuenta al configurar a la OTAN para enfrentar los desafíos existentes y emergentes que enfrenta el mundo, Stoltenberg enumeró las actividades militares llevadas a cabo por Rusia, el fortalecimiento de ISIS y otros grupos terroristas, y la desinformación y propaganda que se difunde por «actores estatales y no estatales».
Sin embargo, la carrera de China «por la supremacía económica y tecnológica» plantea «amenazas a las sociedades abiertas y a las libertades individuales» y desafía «nuestros valores y nuestra forma de vida», dijo Stoltenberg.
China ya tiene el segundo presupuesto de defensa más grande del mundo y Beijing continúa invirtiendo en «capacidades militares modernas» como misiles que pueden alcanzar a todos los aliados de la OTAN, gana influencia en el ciberespacio, invierte en infraestructura crítica en diferentes partes del mundo, fortalece su cooperación con Rusia, dijo Stoltenberg.
Adaptándose al mundo cambiante
Es necesario forjar a la OTAN como una alianza política más fuerte para poder responder a estos desafíos, dijo Stoltenberg. Además, la OTAN necesita ampliar su cooperación con países que no pertenecen a la OTAN como los socios en la región de Asia Pacífico, así como con «países con ideas afines como Australia, Japón, Corea del Sur y Nueva Zelanda», dijo.
Stoltenberg hizo hincapié en la importancia de una estrecha cooperación con estos países para «defender las normas e instituciones mundiales que nos han mantenido a salvo durante décadas, para establecer normas y estándares en el espacio y ciberespacio, sobre nuevas tecnologías y control global de armas».
«Y, en última instancia, defender un mundo basado en la libertad y la democracia, no en la intimidación y la coerción», dijo.
La fuerza de la OTAN no radica solo en la fuerza de sus 30 aliados, que en conjunto representan casi «mil millones de personas, y la mitad del poderío militar y la fuerza económica mundial», sino que también se ve reforzada por la cooperación con 40 socios diferentes en todo el mundo e instituciones internacionales como la Unión Europea y la ONU, dijo Stoltenberg.
Uno de los propósitos de la iniciativa OTAN 2030 es fortalecer la «asociación de la Alianza en muchas direcciones» para que pueda abordar también las amenazas no militares como las amenazas cibernéticas, la desinformación y la propaganda, dijo Stoltenberg.
Él dijo que la mejor manera de contrarrestar la propaganda y la desinformación es «proporcionar hechos, la verdad» a través de una prensa libre e independiente. «Los periodistas que hacen las preguntas difíciles, revisan sus hechos, revisan sus historias» es la mejor manera de asegurar que la propaganda y la desinformación no tengan éxito, agregó.
“Mi visión para la OTAN 2030 no se trata de reinventar la OTAN. Se trata de hacer que nuestra alianza sea aún más fuerte. Fuerte militarmente. Más fuerte políticamente. Y más global”, dijo Stoltenberg.
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