TOKIO— El jefe de la policía japonesa pidió el lunes disculpas en persona a Iwao Hakamada por el sufrimiento que padeció durante décadas a raíz de una investigación autoritaria y una condena injusta que lo mantuvieron en el corredor de la muerte hasta el mes pasado, cuando fue absuelto en un nuevo juicio.
Hakamada, exboxeador de 88 años, fue absuelto por la Corte del Distrito de Shizuoka, que declaró que la policía y los fiscales habían colaborado para fabricar y plantar pruebas contra él, y lo habían obligado a confesar con violentos interrogatorios a puerta cerrada los cuales duraban horas.
La absolución finalizó a principios de este mes, cuando la fiscalía renunció a su derecho de apelar —aunque se quejó de la sentencia—, poniendo fin definitivamente a los casi 60 años de batalla legal de Hakamada para demostrar su inocencia.
El jefe de la policía de la prefectura de Shizuoka, Takayoshi Tsuda, visitó el lunes a Hakamada en su casa y le ofreció disculpas en persona. Al entrar en la habitación donde esperaban Hakamada, su hermana Hideko Hakamada y su colaborador, Hakamada se levantó silenciosamente de su sofá para saludarlo.
«Sentimos haberle causado una angustia mental y una carga indescritible durante 58 años, desde el momento de la detención hasta que se dictó la sentencia absolutoria», dijo Tsuda, mientras se ponía recto frente a Hakamada y hacía una profunda reverencia. «Lo sentimos muchísimo». Tsuda prometió una «investigación meticulosa y apropiada».
Hakamada, que tiene dificultades para mantener una conversación debido a su estado mental por las décadas de confinamiento en el corredor de la muerte, respondió: «Lo que significa tener la autoridad… Una vez que tienes el poder, se supone que no debes quejarte».
La hermana de Hakamada, de 91 años, que había estado al lado de su hermano durante el largo proceso para limpiar su nombre y ahora vive con él, agradeció al jefe de policía que los visitara.
«No tiene sentido quejarse con él después de todos esos años. No estaba involucrado en el caso y solo vino en cumplimiento de su deber», declaró a la prensa. «Pero aun así acepté su visita solo porque quería que (mi hermano) pudiera tener una clara ruptura con su pasado como condenado a muerte».
Fue detenido en agosto de 1966 por el asesinato de un ejecutivo de una empresa de sopas miso y tres miembros de su familia en Hamamatsu, en el centro de Japón. Inicialmente fue condenado a muerte en una sentencia de una corte de distrito de 1968, pero no fue ejecutado debido al largo proceso de apelación y nuevo juicio en Japón.
La Corte Suprema tardó casi tres décadas en denegar su primer recurso para un nuevo juicio. Su segundo recurso, presentado por su hermana en 2008, fue admitido a trámite en 2014. La corte ordenó su liberación de la celda de aislamiento del corredor de la muerte, pero sin retirar la condena, a la espera del nuevo juicio.
Hakamada era el preso condenado a muerte que más tiempo llevaba en el corredor de la muerte y solo el quinto condenado a muerte absuelto en un nuevo juicio en el Japón posguerra, donde los juicios penales duran años y los nuvos juicios son extremadamente raros.
Su caso y absolución desencadenaron peticiones de más transparencia en la investigación, cambios legales para reducir los obstáculos a un nuevo juicio y un debate sobre la pena de muerte en Japón.
Por Mari Yamaguchi
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