Un hombre joven fue abatido por unos explosivos después de intentar hacer explotar un cajero automático en Kensington, Filadelfia, el 2 de junio, en medio de disturbios y saqueos masivos, de acuerdo a los reportes locales.
El sujeto no identificado, de 24 años de edad, intentaba hacer explotar un cajero automático ubicado en las afueras del Sidekicks Sports Bar, en la cuadra 2200 de la calle North 2nd, justo al oeste de Norris Square Park, alrededor de las 6:15 a.m.
Según se reportó, el artefacto explosivo al parecer detonó y la víctima fue arrojada al suelo, sufriendo graves lesiones. Los investigadores dijeron que sufrió traumatismos en la parte superior de su cuerpo y fue trasladado de urgencia al Hospital Universitario de Temple, donde más tarde se le declaró muerto.
La policía dice que aunque el cajero automático fue gravemente dañado por la explosión, su caja fuerte permaneció intacta. Se recuperaron explosivos activos en el lugar de los hechos.
Otros cajeros automáticos también fueron atacados con artefactos explosivos en toda la ciudad y vaciados de dinero, principalmente en tiendas de autoservicio, gasolineras y aceras. Algunos de los cajeros fueron robados, según los informes. Las fotos y los vídeos compartidos en Twitter muestran varios de los daños.
Según CBS News, alrededor de 30 cajeros automáticos fueron dañados y una cantidad no revelada de dinero fue robada de ellos cuando Filadelfia entró en su tercera noche de protestas después de la muerte de George Floyd.
El Departamento de Policía de Filadelfia está publicando y compartiendo regularmente actualizaciones en Twitter sobre cuantas personas han sido arrestadas relacionadas con las protestas desde el sábado.
Hasta el 3 de junio, los oficiales dijeron que 488 personas habían sido arrestadas por violaciones del toque de queda y falta de pago, mientras que 192 fueron detenidas por saqueo o robo.
Otras 11 fueron arrestadas por asalto a la policía, tres por violaciones de armas de fuego, seis fueron detenidas por robo y una por vandalismo. Uno más fue arrestado por disturbios, otro por la propulsión de un misil.
Filadelfia implementó un toque de queda en toda la ciudad que comenzó el lunes por la noche desde las 6 p.m. hasta las 6 a.m. del martes, y luego mientras muchos manifestantes salieron a las calles durante todo el día para manifestarse pacíficamente, la policía se vio obligada a utilizar gas lacrimógeno y balas no letales en un intento de controlar las multitudes de cientos de personas que se habían reunido en la autopista I-676, entre los puentes de las calles 20 y 22.
En una declaración del lunes, la comisionada Danielle Outlaw dijo que el uso de gas era «un medio para difundir de forma segura una situación volátil y peligrosa, y restaurar el orden».
«Hemos asegurado repetidamente a nuestras grandes comunidades que protegeremos, preservaremos y defenderemos el derecho constitucional de cada persona a protestar. Sin embargo, no podemos tolerar actos de violencia y otras actividades criminales», dijo Outlaw.
«El despliegue actual de gases lacrimógenos fue un medio para dispersar con seguridad una situación volátil y peligrosa y restaurar el orden, cuando se hizo cada vez más evidente que otras medidas eran ineficaces para lograr ese objetivo necesario. Seguiremos evaluando la conveniencia de todas las aplicaciones de la fuerza, y tomaremos determinaciones según lo dicten las circunstancias de cada situación única», añadió.
El alcalde Jim Kenney dijo que «el uso de gas lacrimógeno durante una manifestación es algo que nunca quise presenciar durante mi tiempo como alcalde», y añadió que estaba «profundamente entristecido por el hecho de que las protestas pacíficas por una causa tan importante estén siendo menoscabadas por acciones que amenazan la seguridad pública».
Kenney dijo que la policía había emitido varias advertencias a los manifestantes antes de decidir el despliegue de gas lacrimógeno para animar a la multitud a dispersarse y que apoya la decisión de las fuerzas del orden de hacerlo.
«Sólo podremos avanzar si estamos unidos, y debemos mantenernos a salvo mientras nos apoyamos mutuamente en nuestro dolor. Insto a los habitantes de Filadelfia a que continúen protestando pacíficamente de manera que no se pongan a sí mismos, a sus compañeros de Filadelfia o a los agentes de la ley en peligro», añadió.
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