Una joven de 19 años quedó congelada mientras caminaba a extremadamente bajas temperaturas. Sin embargo, lo que sucedió horas después fue un hecho desconcertante para los médicos y para muchos otros un evento milagroso.
Jean Hilliard, que en aquel entonces tenía 19 años, se convirtió en un caso excepcional luego que la noche del 20 de diciembre de 1980, viviera una situación que literalmente la dejó congelada. Mientras la joven manejaba el auto de su padre, en la ciudad de Lengby, en Minnesota, de repente el automóvil cayó en una zanja y se averió.
Sin tener mayor opción, la joven decidió caminar para buscar ayuda, intentando llegar a la casa de un amigo que estaba cerca de la carretera. Sin embargo, las bajas temperaturas que llegaban a 20 grados bajo cero, no le permitieron llegar a tiempo y Hilliard quedó en la entrada del patio de su amigo, un granjero, literalmente congelada como una roca, informó MPR News.
Su amigo, Wally Nelson la encontró en la entrada de su granja 6 horas después. Hilliard aparentemente se había tropezado, arrastrado con las manos y rodillas intentando llegar a la puerta de su casa.
«Había ido a la ciudad y me había reunido con unos amigos», dijo en una entrevista en el 2019 al mismo medio. «Me dirigí a casa hacia la medianoche».
«Pasaba una colina pensando que su casa estaría allí, y no era así», dijo. «Estaba más frustrada que asustada».
La joven quedó congelada durante esas largas 6 horas y tenía los ojos abiertos cuando su amigo la encontró, y aunque inicialmente pensó que estaba muerta, algunas señales en su cuerpo le indicaron que la llevara de inmediato al hospital.
Jean Hilliard was involved in a car accident in sub-zero temperatures. She was found frozen solid after spending six hours in the cold. Doctors resorted to wrapping her in an electric blanket to help her defrost.
After spending 49 days in the hospital, she revived. pic.twitter.com/mlMq8Zy5h2
— Curious Anomalies (@anomalies_s) February 25, 2020
«Me quedé muy sorprendido», dijo. «La agarré por el cuello y la metí en el porche. Pensé que estaba muerta. Se quedó más tiesa que una tabla, pero vi que le salían algunas burbujas de la nariz».
El “milagro” o hecho sorprendente, sucedió en el hospital, cuando los médicos del Hospital de Fosston la recibieron. Aunque se percataron que tenía pulso, que apenas se registraba a través de su piel congelada, con unos 12 latidos por minuto, no veían esperanza alguna. Su estado de congelación rompía las agujas y no era posible ni tomar la temperatura real de su cuerpo.
No obstante, optaron por calentarla con almohadillas térmicas, mientras un miembro del personal del hospital decidió llamar a su pastor para iniciar una cadena de oración.
Horas después Hilliard se despertó con espasmos y al mediodía ya hablaba con coherencia, y se encontraba preocupada por lo que le diría su padre, por su auto averiado. Lo que siguió después fue una recuperación hasta volver a su estado normal
Jean Hilliard, immortal queen pic.twitter.com/J3MIXqTtRt
— cell phone\\self-own♿️ (@g3thaunted) June 1, 2019
“La reacción no apareció hasta dos o tres horas después de que empezara a descongelarse», dijo el Dr. George Sather, quien ayudó a tratar a la joven, al diario impreso en aquel entonces, del New York Times. “El cuerpo estaba frío, completamente sólido, como un trozo de carne salido de un congelador».
El médico simplemente lo describió como un “milagro”. Los médicos se plantearon amputarle las dos piernas para evitar la infección por congelación. Así que cuando Hilliard volvió a casa sin ningún daño mayor, se convirtió en un caso excepcional..
“En el peor de los casos, podría perder un par de dedos del pie», dijo en aquel momento el Dr. Sather, “No puedo explicar por qué está viva”.
“Estaba congelada, literalmente. Es un milagro», agregó.
Por su lado, Hilliard relató a MPR News que realmente ella no recuerda nada de esas 6 horas de su vida y tras el traumático evento todo continúo de manera normal en su vida.
«Es como si me hubiera dormido y me hubiera despertado en el hospital», dijo. «No vi la luz ni nada parecido. Fue un poco decepcionante. Mucha gente habla de eso, y yo no conseguí nada».
En la actualidad, los médicos utilizan un dispositivo especial que bombea la sangre del paciente a través de un calentador, calentando sus órganos vitales desde el interior.
Pero hace más de 40 años, en el hospital rural de Fosston, lo único que tenían eran unas almohadillas térmicas y muchas oraciones.
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