Unas vacaciones normales se convirtieron en unas vacaciones de terror, cuando una joven luchó con todas sus fuerzas contra tiburón toro para salvar su vida y la de sus hermanos.
Damiana Humphrey de 19 años de Durant, Oklahoma, se encontraba con su familia de vacaciones en una playa de Galveston, Texas el pasado 28 de mayo cuando ocurrió el ataque de tiburón que puso a prueba su determinación, valentía y capacidad de respuesta para enfrentarse a él.
«De repente, mi cuñada vio algo en las olas y estaba diciéndonos que saliéramos y, cuando me estaba girando, fue cuando me agarró el tiburón», relató Damiana, estudiante de enfermería, al medio local KXII.
Recordó que ella y sus hermanos llevaban cerca de una hora disfrutando de las olas en una playa cuando el tiburón —de aproximadamente cinco pies— se aproximó a ellos. Mientras intentaba alejarse del lugar fue advertida por su cuñada y un tiburón toro la atacó. En ese momento se dio cuenta que no sería fácil zafarse de él.
«En ese momento ya estaba en mi mano y fue entonces cuando empecé a darle puñetazos y nadó hacia delante de mí de modo que su boca se abría y cerraba tratando de atraparme», expresó Damiana, quien terminó con una gran mordida en su mano izquierda.
La joven contó al medio que el tiburón no desistió de su intento de atacarla y se dirigió hacia ella nuevamente.
«Creemos que fue entonces cuando se agarró a la parte superior de mi mano y empecé a darle puñetazos de nuevo y luego se alejó nadando definitivamente», recordó.
El tiburón toro —que llega a medir 12 pies— es una de las especies de tiburón más conocidas, ya que puede moverse con facilidad entre el agua dulce y el agua salada, según la organización MarAlliance con sede en San Francisco. El tiburón toro es considerado un animal agresivo y la especie más peligrosa, según National Geographic.
Tras el ataque, Damiana, quien ya había tenido una experiencia similar de enfrentarse a un tiburón, únicamente tenía en mente la seguridad de sus hermanos.
En ese momento «en mi cabeza pensaba: ‘si se diera el caso, volvería a luchar contra él para mantener a salvo a mis hermanos», expresó.
Además la joven dijo que debido a lo repentino del ataque y la adrenalina que desprendió su cuerpo por la lucha contra el escualo, no sintió dolor y tampoco se dio cuenta si su mano había quedado herida por el ataque.
«No tuve tiempo de asimilar que era un tiburón hasta que se alejó nadando», recordó.
A pesar de que Damiana aún no tiene sensibilidad en su mano debido a que cuatro tendones tuvieron que ser reconstruidos con una cirugía, recuerda el dramático suceso con alegría, ya que aún conserva su mano y es consciente de que muchas personas no corren la misma suerte.
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