Después de que un reportaje periodístico destacó las lujosas vacaciones del juez de la Corte Suprema, Clarence Thomas, que supuestamente aceptó de un amigo adinerado, Thomas dijo que se le informó que él no tenía por qué reportar los viajes. En una nueva declaración, el juez negó cualquier irregularidad y se comprometió a cumplir los nuevos requisitos de información impuestos a la judicatura federal.
Los críticos de Thomas en el Congreso se apoderaron rápidamente del informe de las vacaciones de la semana pasada, sugiriendo que planteaba la apariencia de impropiedad.
La representante Alexandria Ocasio-Cortez (D-N.Y.) exigió que el juez fuera sometido a juicio político -impeachment, argumentando que sus acciones evidenciaban un nivel de corrupción «casi caricaturesco». El senador Sheldon Whitehouse (D-R.I.), que preside el panel sobre tribunales federales del Comité Judicial del Senado, pidió una investigación independiente de la justicia, lo cual ha sido durante mucho tiempo un objetivo de la izquierda.
Whitehouse y otros críticos también dicen que los jueces cuyos cónyuges están involucrados en el activismo político, como Thomas, cuya esposa, Ginni Thomas, partidaria del expresidente Donald Trump, es activa en la política conservadora, deberían tener que recusarse de participar en casos relacionados con ese activismo. A pesar de las presiones, el juez declinó recusarse de los diversos desafíos a las disputadas elecciones presidenciales de 2020, que llegaron a la Corte Suprema.
Al parecer, el empresario multimillonario y donante del Partido Republicano, Harlan Crow, que hizo los regalos a Thomas, no ha tenido ningún asunto antes con la Corte Suprema, por lo que cualquier acusación de conflicto de intereses descansa sobre bases débiles.
Tampoco está claro si Thomas violó el código de ética judicial al no declarar las vacaciones. Los expertos jurídicos dicen que el código no se aplica a la Corte Suprema. La Corte ha dicho en el pasado que los jueces se adhieren voluntariamente a las directrices de ética.
Crow dijo que los viajes con Thomas y su esposa no fueron «diferentes de la hospitalidad que nosotros hemos brindado a muchos otros queridos amigos», según informa de prensa.
«El juez Thomas y Ginni nunca pidieron nada de esta hospitalidad», dijo Crow.
Los detalles de las vacaciones aparecieron en un artículo publicado el 6 de abril por ProPublica, una organización sin ánimo de lucro de izquierdas financiada por el principal donante del Partido Demócrata, el hombre de negocios George Soros, a través de su Fundación para Promover la Sociedad Abierta. Soros ha sido criticado por los conservadores por financiar las campañas electorales de varios fiscales de distrito que son blandos con el crimen.
El artículo de ProPublica afirma que Thomas ha aceptado viajes de lujo casi todos los años durante las dos últimas décadas sin revelarlos públicamente. «El alcance y la frecuencia de los aparentes regalos de Crow a Thomas no tienen precedentes conocidos en la historia moderna de la Corte Suprema de Estados Unidos», según el artículo.
Thomas dijo en una declaración publicada por la oficina de información pública de la Corte Suprema, el 7 de abril, que Harlan Crow, y su esposa, Kathy Crow, han sido amigos de Thomas y su esposa «durante más de veinticinco años».
«Como hacen los amigos, nos hemos unido a ellos en varios viajes familiares durante más de un cuarto de siglo que los hemos conocido», dijo el juez.
«Al principio de mi mandato en la Corte, busqué la orientación de mis colegas y otros en el poder judicial, y me aconsejaron que este tipo de hospitalidad personal de amigos personales cercanos, que no tienen asuntos ante la Corte, no se tenía que reportar.
«Yo me he esforzado por seguir ese consejo a lo largo de mi mandato, y siempre he tratado de cumplir con las directrices de divulgación. Estas directrices se están cambiando ahora, ya que el comité de la Conferencia Judicial responsable de la divulgación financiera para todo el poder judicial federal acaba de anunciar el mes pasado nuevas directrices».
«Por supuesto, mi intención es seguir estas directrices en el futuro», dijo Thomas.
Los comentarios del juez se produjeron una semana después de que se informara de que un comité de la Conferencia Judicial de Estados Unidos, el órgano que elabora las políticas para los tribunales federales, emitió nuevas normas que exigen a los miembros de la judicatura federal que proporcionen más información sobre la hospitalidad, los regalos y los beneficios que reciben de fuentes externas.
Los magistrados de la Corte Suprema han manifestado que cumplen voluntariamente el código de conducta oficial, y que no está claro que estén obligados a hacerlo. Aunque son miembros de la judicatura federal, gozan de un nivel de independencia del que carece el resto de la judicatura federal. Esto se debe a que la Corte Suprema goza de un estatus especial porque fue creada por la Constitución de Estados Unidos, a diferencia del Congreso. Según los juristas, esto significa que solo la Corte Suprema puede regular la Corte Suprema.
Es un problema que la Conferencia Judicial haya sido creada por el Congreso, no por la Corte Suprema, dijeron previamente expertos legales a The Epoch Times.
El abogado J. Christian Adams, presidente de Public Interest Legal Foundation (PILF), dijo que duda que las nuevas normas de ética se apliquen a la Corte Suprema.
“Yo creo que existe una buena posibilidad de que sean inconstitucionales”, declaró Adams.
“La Constitución no le da al Congreso el poder de regular el comportamiento de la Corte Suprema”.
El veterano observador de la Corte Suprema, Curt Levey, presidente del conservador Comité de Justicia, también cuestionó la capacidad de la Conferencia Judicial para regular la conducta de los jueces de la Corte Suprema.
“La Corte Suprema puede seguir esto voluntariamente, pero ciertamente no tiene derecho a imponerlo”, dijo Levey.
El Epoch Times se ha puesto en contacto con la directora de comunicación de Whitehouse, Meaghan McCabe, para que haga comentarios.
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