SAN JOSÉ, California —Un juez de California denegó el 31 de mayo una petición para revocar la sentencia de muerte contra Richard Allen Davis, quien en 1993 mató a Polly Klaas, de 12 años, después de secuestrarla a punta de cuchillo en un crimen que conmocionó a la nación.
En 1996, el jurado encontró al Sr. Davis culpable de asesinato en primer grado y de las “circunstancias especiales” de secuestro, allanamiento de morada, robo e intento de acto lascivo contra una niña. El Sr. Davis estaba en libertad condicional en el momento del secuestro y asesinato de la niña y tenía un extenso historial de secuestro y agresión que se remontaba a la década de 1970. Fue condenado a muerte.
Los abogados del Sr. Davis argumentaron en un expediente judicial de febrero que su sentencia de muerte debería ser revocada debido a los cambios recientes en las leyes de sentencias de California que eliminan algunas mejoras en las sentencias. También tomaron nota de la actual moratoria de California sobre la pena de muerte. En 2019, el gobernador de California, Gavin Newsom, impuso una moratoria a las ejecuciones y calificó la pena de muerte como “un fracaso” que ha discriminado a los acusados que tienen enfermedades mentales, son negros y morenos, o que no pueden permitirse una costosa representación legal”. Un futuro gobernador podría cambiar esa política.
La Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Sonoma dijo en un expediente judicial que los argumentos de los abogados del Sr. Davis “no tienen sentido” y que las leyes que citan no se aplican a la sentencia de muerte del Sr. Davis.
El viernes, la fiscal adjunta de distrito del condado de Sonoma, Sarah Brooks, dijo al tribunal que los abogados de Davis estaban citando erróneamente una ley promulgada en 2022 que permite reevaluar las sentencias de algunas personas cuyos castigos fueron influenciados por mejoras especiales. Dijo que su petición era un “ataque colateral a la condena y sentencia de muerte de 1996”.
El juez Benjamin Williams estuvo de acuerdo con los fiscales y denegó la petición. Dijo que en lugar de pedir una nueva sentencia para el Sr. Davis, los abogados defensores estaban tratando de anular la fase de castigo del juicio. El Sr. Davis no estuvo presente durante la audiencia.
Marc Klaas, el padre de Polly Klaas, se quedó sin aliento cuando el juez anunció su decisión. Estaba en la sala del tribunal con una docena de partidarios que llevaban botones con la foto de Polly Klaas o camisetas rojas con el logotipo de la Fundación Klaas Kids. Dijo que se sentía aliviado y agradecido con los fiscales y el juez.
«Nuestro juez y nuestro fiscal fueron tan decisivos en sus argumentos y en su decisión que este tipo realmente no tiene adónde ir excepto al infierno, por supuesto», dijo Marc Klaas a los periodistas después de la audiencia.
Davis secuestró a Polly Klaas de su dormitorio en Petaluma, 40 millas al norte de San Francisco, en octubre de 1993 y la estranguló hasta la muerte. Esa noche, ella y dos amigas celebraron una pijamada y su madre durmió en una habitación cercana. La desaparición de la niña desató una búsqueda a nivel nacional por parte de miles de voluntarios. El Sr. Davis fue arrestado dos meses después y llevó a la policía al cuerpo de la niña, que fue encontrado en una tumba poco profunda a 50 millas al norte de su casa en el condado de Sonoma.
El caso fue uno de los principales impulsores de la aprobación en California de la llamada ley de “tres strikes” en 1994, que establecía sentencias más largas para los reincidentes. Los legisladores y votantes aprobaron la propuesta.
California no ha ejecutado a nadie desde 2006, cuando Arnold Schwarzenegger era gobernador. Y aunque en 2016 los votantes aprobaron por estrecho margen una medida electoral para acelerar el castigo, ningún recluso condenado se enfrentaba a una ejecución inminente.
Desde la última ejecución en California, la población condenada a muerte ha crecido hasta albergar a uno de cada cuatro presos condenados en Estados Unidos.
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