DEDHAM, Massachusetts —Los miembros del jurado en el juicio contra Karen Read se fueron a casa el fin de semana después de decirle al juez el viernes que no podían llegar a un acuerdo, sólo para que les dijera que siguieran intentándolo.
El jurado debe decidir si los fiscales demostraron que la Sra. Read, ebria y enfadada, golpeó a su novio policía de Boston con su Lexus SUV y lo dejó morir. La defensa impugnó las pruebas y sugirió que uno o varios compañeros mataron a John O’Keefe, arrojaron su cuerpo al exterior presas del pánico y luego inculparon a la Sra. Read para encubrirlo.
En su cuarto día de deliberaciones en el juicio por asesinato, que duró dos meses, un portavoz dijo al juez que no llegaron a un veredicto unánime a pesar de una «revisión exhaustiva de las pruebas y nuestra consideración diligente de todas las pruebas controvertidas».
Pero la juez Beverly Cannone dijo a los seis hombres y a las seis mujeres que almorzaran y lo intentaran de nuevo, y así lo hicieron durante varias horas más. «Despejen la mente, empecemos de nuevo el lunes», les dijo la juez Cannone más tarde el viernes.
Adjudicadores externos
Un puñado de mujeres con carteles se presentaron el viernes para contrarrestar al autoproclamado «jurado de acera» formado por blogueros sobre crímenes reales y partidarios de Read con camisetas rosas, muchos de ellos ondeando las barras y estrellas, que se reunieron fuera del juzgado del condado de Norfolk todos los días desde que comenzó el juicio.
Agentes de policía se interpusieron entre los dos grupos, ninguno de los cuales estaba especialmente satisfecho.
«Un jurado en desacuerdo sería terrible», dijo Paul Harvey, propietario de una empresa de mudanzas en East Boston. Dijo que la Sra. Read debió ser absuelta desde el primer día.
«Esto es increíble, la pobre mujer fue incriminada», dijo Michael Ward. «Esto no sólo no se demostró, sino que lo que sí se demostró es que es inocente».
Los manifestantes del otro bando denunciaron lo que, según ellos, fue un acoso a la familia O’Keefe y a los testigos de la acusación.
«Cada día, estos testigos reciben amenazas de muerte. Es repugnante para la memoria de John», dijo Julie Guinto, una auxiliar administrativa que dijo no conocer a la familia.
Duelos en línea
Gran parte de la atención se vio alimentada por las redes sociales.
«Sabemos muy bien, como estoy segura que el jurado sabe que todos los caminos conducen a Karen Read», dijo Kate Peter, una Youtuber de North Attleborough. Esta luchando en línea contra Aidan Timothy Kearney, también conocido como Turtleboy, cuyo sitio web cuestiona implacablemente la acusación.
«Tengo la esperanza y la fe de que llegarán a un veredicto justo y ella será considerada penalmente responsable de sus acciones en este asesinato», dijo la Sra. Peter.
¿Quién es quién?
La Sra. Read, de 44 años, trabajó como analista de renta variable y era profesora adjunta de finanzas en su alma mater, la Universidad de Bentley. O’Keefe, de 46 años, era un veterano de 16 años del Departamento de Policía de Boston que estaba criando a su sobrina y sobrino.
Los miembros del jurado están deliberando sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en la casa de Canton de Brian Albert, detective de la policía de Boston, tras una noche de copas en enero de 2022. Brian Higgins, un agente federal que se encontraba entre las personas reunidas en el interior, había intercambiado mensajes de texto coquetos con Read a principios de ese mes. El investigador principal era el policía estatal Michael Proctor, que era amigo de varios testigos y envió mensajes ofensivos sobre la Sra. Read a amigos, familiares y compañeros de la policía durante la investigación.
Los cargos
La Sra. Read fue acusada de asesinato en segundo grado, punible en Massachusetts con cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional. También se enfrenta a cargos menores de homicidio mientras conducía un vehículo bajo los efectos del alcohol, castigado con penas de entre 5 y 20 años, y de abandono del lugar de un accidente con resultado de muerte, castigado con penas de hasta 10 años.
Las pruebas
Se encontraron trozos de la luz trasera rota de la Sra. Read en el lugar del accidente y un pelo de O’Keefe en el parachoques trasero de la camioneta de Read. Los fiscales dijeron que la Sra. Read exclamó repetidamente: «Le di. Le di. Dios mío, le di» a los primeros intervinientes y a otras personas. Los fiscales reprodujeron los mensajes de voz de enfado que la Sra. Read dejó a O’Keefe, pintando un cuadro de una relación fallida. También cuestionaron su comportamiento, diciendo que nunca lloró después de que el cuerpo de O’Keefe fuera encontrado.
Defensa de Read
La Sra. Read sostiene que la acusación se basa en mentiras de los agentes que intentan protegerse. Sus abogados dicen que los trozos de luz trasera y el pelo fueron plantados en la escena del crimen, que se dejó sin asegurar. También sugieren que O’Keefe podría haber sido golpeado por el Sr. Higgins, que había coqueteado con la Sra. Read a través de mensajes de texto, y que los hombres entraron en pánico, tirando su cuerpo fuera antes de tratar de encubrir el crimen.
Trabajo deficiente de los detectives
Independientemente de cualquier veredicto, el caso reveló técnicas y acciones cuestionables por parte de las fuerzas del orden. El Sr. Proctor, que tenía relaciones personales con varias de las personas implicadas, llamó «chiflada» a la Sra. Read y envió un mensaje de texto a su hermana diciendo que deseaba que la Sra. Read «se suicidara». Dijo que se trataba de su forma particular de hablar y que sus emociones lo sobrepasaron.
La defensa también apuntó a la negligencia policial: La escena del crimen permaneció sin vigilancia durante horas, no se registró la casa, la nieve manchada de sangre se recogió con vasos de plástico rojos y se utilizó un soplador de hojas para quitar la nieve. La defensa también alega que un testigo de cargo realizó una búsqueda incriminatoria en Internet horas antes de que se descubriera el cadáver de O’Keefe y luego la borró, y que otras personas relacionadas con el caso destruyeron teléfonos y manipularon videos.
Por Michael Casey.
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