Se está animando a los jóvenes que creen ser del sexo opuesto a pensar que las cirugías de reasignación de género son la mejor opción, ha dicho un abogado australiano.
El comentario se produce después de que los medios de comunicación reportaran recientemente sobre una mujer de Sidney que demandó a su psiquiatra por negligencia profesional al permitirle someterse a cirugías de género cuando tenía poco más de 20 años, después de una sola reunión.
Anna Kerr, abogada principal de Feminist Legal Clinic, un servicio jurídico comunitario que ofrece educación legal comunitaria y trabajo de reforma legal para promover los derechos humanos de las mujeres y las niñas, es una de las abogadas implicadas en el caso.
En declaraciones a The Epoch Times, Kerr dijo que los psiquiatras que adoptan un enfoque afirmativo en cuanto al género corren «el riesgo de hacer que los jóvenes tomen hormonas y se sometan a cirugías de form acelerada sin haber explorado suficientemente las comorbilidades». La comorbilidad describe la existencia de más de una enfermedad o condición al mismo tiempo.
Esto incluye «condiciones de salud mental subyacentes e historias de trauma que pueden ser responsables de su angustia», dijo.
«Creo que es necesario reevaluar el enfoque de género y que los psiquiatras deben proceder con gran precaución mientras tanto», señaló.
Los litigios relacionados con la cirugía de género suscitan preocupación
Jay Langadinos, de 31 años, que ha demandado al experimentado psiquiatra Patrick Toohey por negligencia profesional, se dio cuenta de que tenía fobia social cuando buscó la transición de género.
El complicado entorno familiar de Langadinos, la sensación de sentirse atraído por otras chicas en plena adolescencia y la influencia de Internet le hicieron creer que era transgénero, según el Sydney Morning Herald. Sin embargo, dijo que su infelicidad aumentó después de someterse a cirugías de reasignación de género.
Langadinos, que ahora ya no se identificaba como varón, señaló que el procedimiento médico la había llevado a sufrir daños mentales y físicos como consecuencia del tratamiento hormonal y de la extirpación de los senos y de la matriz, según los datos del tribunal. Esto incluye disfunciones psicológicas, infertilidad y necesidad continua de tratamiento médico.
En su documento judicial argumentó que Toohey debería haberle proporcionado una nueva evaluación psiquiátrica.
Langadinos pidió asesoramiento a Kerr, quien remitió su caso al bufete de abogados Slater and Gordon.
Mientras tanto, los archivos del tribunal muestran que Toohey dijo que había recomendado encarecidamente a Langdinos que tomara más terapia debido a su fobia social y tuviera un seguimiento regular, pero ella no hizo caso del consejo. Toohey señaló que le preocupaba que Langadinos «no supiera cómo los factores psicológicos podían influir en el resultado de la transición de género».
Petición de datos posteriores a la transición
A pesar del creciente número de personas, en su mayoría jóvenes, que se cuestionan su género, actualmente faltan datos sobre estos casos y sobre su estado tras las cirugías de género.
Kerr dijo que esa información es crucial.
«Cualquier investigación del gobierno debe incluir estudios longitudinales acreditados para evaluar cómo se las arreglan los individuos que han sido sometidos a estas intervenciones unos años después», dijo a The Epoch Times.
La demanda se produce después de que en el Reino Unido se cerrara la clínica Tavistock de Londres luego que una revisión independiente descubriera que el enfoque afirmativo de género «incuestionable» de la clínica ponía a los niños en un «riesgo considerable» de angustia.
Según un estudio transversal exploratorio de 2021, el motivo más frecuente para abandonar la transición es la constatación de que su disforia de género estaba relacionada con otros problemas y preocupaciones de salud y que la transición no ayudaba a resolver su disforia.
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