El equipo legal del exlíder de Black Voices for Trump, Harrison Floyd, tiene la intención de demostrar su inocencia de las acusaciones de que participó ilegalmente en un complot de subversión electoral en el condado de Fulton, Georgia, demostrando que el ex presidente Donald Trump ganó las elecciones presidenciales del estado en 2020.
Floyd fue acusado el 14 de agosto, junto con el 45º presidente y otros 17 coacusados, de violar la Ley RICO («Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por el Crimen Organizado») de Georgia, de conspiración para cometer la solicitud de declaraciones y escritos falsos y de influir en testigos.
Fue el único acusado que pasó tiempo en la cárcel debido a la acusación antes de ser puesto en libertad bajo fianza el 30 de agosto.
«Señoría, este caso no se trata de si usted o yo pensamos que Donald Trump perdió las elecciones. Se trata de lo que el señor Floyd creía en ese momento», señaló Chris Kachouroff, uno de los abogados defensores del señor Floyd, en una audiencia celebrada el 3 de noviembre ante el juez Scott McAfee.
«También se trata de cuáles son las declaraciones falsas que se alegan y, de hecho, si son realmente falsas», dijo.
Abrir la puerta
El juez ordenó la vista en respuesta a las peticiones de anulación de tres amplias citaciones que el equipo jurídico del Sr. Floyd envió a la oficina del Secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, al Secretario Judicial del condado de Fulton y a la Junta Electoral del condado de Fulton.
Los materiales solicitados por los abogados incluían las imágenes de las papeletas y los sobres de todas las papeletas de voto en ausencia emitidas en las elecciones generales de 2020, todos los formularios de solicitud de papeletas de voto en ausencia, los informes de las máquinas de votación Dominion utilizadas, y todos los ordenadores portátiles y las almohadillas electorales utilizadas por los trabajadores electorales, junto con otros documentos, archivos y unidades.
Los abogados también solicitaron todos los documentos y grabaciones relativos a la investigación postelectoral de la secretaria de Estado sobre las acusaciones de fraude electoral.
«El Estado decidió abrir esta puerta», dijo Kachouroff. «Se trata de una denuncia amplia y arrolladora. Abrieron la puerta de par en par para que entráramos y pidiéramos estas cosas».
El abogado señaló que la acusación de 98 páginas afirma repetidamente como un hecho que el presidente Trump perdió las elecciones de 2020 en Georgia, y los cargos contra Floyd se basan en esa afirmación. Pero si la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, está equivocada y el presidente Trump realmente ganó las elecciones, entonces Floyd no puede ser culpable de solicitar «declaraciones y escritos falsos» que transmitían tanto.
La acusación también sostiene que Floyd y los otros co-acusados eran conscientes de que el presidente Trump perdió las elecciones y que sus acciones constituyeron una conspiración ilegal para cambiar los resultados a su favor.
Esa afirmación, dijo Kachouroff, también se vería socavada por la prueba de que el expresidente ganó o incluso solo por la prueba de que el resultado de las elecciones es incierto. Y los materiales citados, argumentó, es probable que contengan esa prueba.
«Podríamos argumentar que es inocente independientemente de lo que haya ocurrido», señaló. «Y, por supuesto, lo haríamos. Somos abogados defensores; eso es lo que hacemos.
«Pero al fin y al cabo, esas son las posibles opciones que podrían surgir en el futuro. En este momento, creemos que estamos en la Opción 1, que el presidente Trump efectivamente ganó las elecciones, y podemos probarlo -con respecto al condado de Fulton.»
Respuesta negativa
La oficina de Raffensperger, representada por el abogado Jackson Sharmon III, ha argumentado que el amplio alcance de los materiales solicitados por la defensa supondría una «carga excesiva» para una entidad que ni siquiera es parte en el caso.
Al impugnar la citación ante el juez, Sharmon dijo que los documentos solicitados contienen «poco o nada» relevante para la defensa de Floyd.
«Si el propósito es el estado de ánimo, su intención, los documentos que produciríamos -que él no conocía, no tenía- no van a tener ningún efecto en la determinación de su intención en el momento en que supuestamente llevó a cabo los actos que están en la acusación».
Sharmon también desafió el argumento de la defensa de que probar que el presidente Trump ganó las elecciones necesariamente borraría la posibilidad de que Floyd tuviera una intención criminal.
«Con el debido respeto, no creo que ese sea el caso», dijo. «Esa no es la forma en que la intención, en un caso criminal, se adjudica».
Mientras tanto, los abogados del condado de Fulton dijeron que podría llevar meses producir los materiales solicitados. Y en términos de relevancia, señalaron a la admisión de Kachouroff que podría argumentar la inocencia de su cliente, incluso sin los materiales solicitados como prueba de que no eran necesarios.
Pero para Kachouroff, los argumentos del Estado no negaban el derecho de su cliente a esos materiales.
«Harrison Floyd se enfrenta a entre 8 y 33 años. Ese es su interés en la libertad. Los tribunales se toman el interés por la libertad muy en serio, así que ese interés por la libertad supera cualquier carga que tenga el Estado para que le retrasen un mes o dos o tres.»
Al final de la vista, las tres citaciones se redujeron a dos al revelarse que la Junta Electoral no poseía ninguno de los materiales solicitados, que obran en poder de la Secretaría Judicial.
El juez, expresando su preocupación por la posible divulgación de información personal identificable de los votantes, dijo que se necesitaba más información para determinar qué se estaba solicitando exactamente, el alcance de la carga del Estado para producirla y si era necesaria una orden de protección.
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