La inusual purga militar del líder chino Xi Jinping está relacionada con una misteriosa profecía, según una fuente autorizada.
A principios de este verano, Xi remodeló la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación, una unidad militar que opera las fuerzas nucleares y de misiles del país.
La semana pasada, información privilegiada reveló que el ministro de Defensa chino, Li Shangfu, está siendo investigado por corrupción relacionada con la adquisición de material militar, tras desaparecer de la escena pública durante más de dos semanas.
Purga militar relacionada con la creencia de Xi en las profecías
Según una fuente autorizada y familiarizada con el funcionamiento interno del Partido Comunista Chino (PCCh), la principal razón de la caída de Li Shangfu es que el Sr. Xi es un firme creyente en las profecías, y tiene a su alrededor a personas con talentos sobrenaturales que analizan las antiguas profecías chinas por él.
Dedujeron del Diagrama del Retroceso, una famosa profecía de la dinastía Tang del siglo VII, que Xi está destinado a ser asesinado por un soldado que lleva un arco, como se describe en la 46ª imagen del Diagrama del Retroceso.
Según la fuente, Xi cree en las profecías y tiene mucho miedo a la muerte. Cree que «soldado» y «arco» corresponden al lanzamiento de misiles, cohetes o satélites, razón por la que Xi desconfía de los jefes militares encargados de estas operaciones. Para evitar este desastre, ha detenido a los altos mandos de la Fuerza de Cohetes, e incluso ha empezado a sospechar de los altos cargos del PCCh que tienen «arco» como radical en sus nombres, como el primer ministro chino Li Qiang. El carácter chino Qiang está compuesto por dos radicales, «arco» (como sustantivo) y «aunque» (como conjunción).
La Profecía
Creado por el astrónomo astrólogo Li Chunfeng, el Diagrama de Retroceso es una de las profecías chinas más destacadas que, en retrospectiva, predijo con exactitud muchos acontecimientos históricos.
En la imagen 46 del Diagrama de Retroceso, la oda que lo acompaña dice: «Había un soldado con un arco, y solo dijo que yo era un bulbul de cabeza blanca. Espada(s) dorada(s) emboscada(s) en la puerta este, y el guerrero entró en el palacio imperial por la puerta trasera».
Al parecer, las dos últimas frases se refieren a un asesino o a un golpe de Estado destinado a derrocar a un dirigente estatal, ya que describen a un soldado entrando en el palacio imperial por la puerta trasera.
El carácter chino del apellido de Xi se compone de dos partes, que significan «pluma» y «blanco», respectivamente. La mención del «bulbul de cabeza blanca», una especie de ave también conocida como bulbul chino, bien podría ser un juego de palabras para insinuar el apellido de Xi. En ese caso, esta oda habla de un «golpe palaciego» dirigido contra Xi.
El arco y la flecha eran las antiguas armas chinas para ataques de largo alcance, mientras que el arma moderna para ataques de largo alcance es el misil, mientras que Fuerza de cohetes es precisamente una combinación de las fuerzas de misiles nucleares y convencionales del PCCh.
Xi Jinping cree en poderes sobrenaturales
Aunque Xi afirma creer en las teorías marxista-leninistas en el ateísmo, está interesado en las artes marciales budistas, el qigong y los poderes místicos.
En 1982, Xi, que entonces tenía 29 años, fue al condado de Zhengding, en la provincia de Hebei, para desempeñar el cargo de subjefe del partido en el condado. Visitaba con frecuencia el templo Linji y se hizo amigo del maestro Youming, un monje del templo. Cuando el maestro Youming tuvo dificultades para recaudar fondos para reconstruir el templo, Xi le ayudó a superar los obstáculos del gobierno.
En 1983, Xi aprobó la reapertura del templo de Linji al público. También apoyó el nombramiento del maestro Youming como abad. Incluso después de asumir nuevos cargos en otros lugares, Xi regresó al condado de Zhengding para visitar al maestro Youming de vez en cuando.
Según los cables diplomáticos estadounidenses publicados por WikiLeaks, un amigo íntimo de Xi, identificado como «profesor», afirmó que Xi Jinping «mostraba fascinación por las artes marciales budistas, el qigong y otros poderes místicos que se dice que ayudan a la salud, así como por lugares sagrados budistas como Wutaishan».
El profesor dijo que le sorprendió lo mucho que Xi sabía sobre el tema y su creencia en los fenómenos sobrenaturales.
La fascinación de Xi por el budismo y su interés por lo sobrenatural pueden provenir de su padre, Xi Zhongxun.
Xi Zhongxun ordenó una vez la restauración de los restos de Huineng, el sexto patriarca del budismo zen, que fueron destruidos durante la Revolución Cultural.
También mantiene una estrecha relación con el Dalai Lama.En 1954, el Dalai Lama fue a Beijing desde el Tíbet durante medio año para estudiar la lengua china y el marxismo-leninismo, y mantuvo una buena relación con Xi Zhongxun.En 1959, el Dalai Lama huyó a la India y fue denunciado por Beijing como el culpable que instigó el movimiento independentista tibetano. Pero hasta 1980, Xi Zhongxun siguió llevando y exhibiendo sin reservas el famoso reloj que le había regalado el Dalai Lama.
Xi Zhongxun también apoyó activamente el movimiento chino del Qigong.El 16 de noviembre de 1989, se celebró en Beijing la conferencia fundacional de la Sociedad Médica Mundial de Qigong, en la que Xi Zhongxun actuó como presidente de honor.
También se reveló que la esposa de Xi Jinping, Peng Liyuan, era budista. En China circularon rumores de que se había convertido en discípula de un venerado maestro budista tibetano.Según Lin Zhongbin, profesor jubilado de la Universidad de Tamkang y de la Universidad Nacional Sun Yat-sen de Taiwán, el Dalai Lama le dijo personalmente en 2011 que la señora Peng «ya no niega que sea budista.»
La creencia en lo divino es «algo inherente a la naturaleza humana»
En declaraciones a The Epoch Times el 12 de septiembre, el comentarista de temas de actualidad Nathan Su dijo que la creencia en Dios es algo común a todos los seres humanos, incluso si uno se suscribe al ateísmo.
«El ateísmo no puede explicar muchas cosas que existen en el universo y muchos fenómenos que ocurren a nuestro alrededor cada día», dijo. «Por lo tanto, aunque uno sea ateo, en muchos casos, ante las innumerables incertidumbres, sigue teniendo que creer en algo sobrenatural, y esto no es sorprendente».
El Sr. Su dijo que, a lo largo de la historia, muchos ateos han tenido esto en común.
«Karl Marx afirmaba que era ateo. Pero Marx creía en el satanismo.
El satanismo es una secta, pero no es una noción atea», dijo.
En octubre de 1835, tras matricularse en la Universidad de Bonn, Marx se convirtió en un adorador de Satán que participaba regularmente en prácticas ocultistas.
En uno de sus poemas, escribió: «Así he perdido el Cielo, lo sé muy bien. Mi alma, una vez fiel a Dios, Es elegida para el Infierno».
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