La tasa de aprobación del Gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, subió hasta el 37 %, la mayor desde que asumió el poder en 2019, pese a su «polémica» gestión de la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, según un sondeo publicado este viernes.
De acuerdo con la encuesta, elaborada por el Instituto Datafolha, un 37 % de los brasileños calificó la gestión del Ejecutivo de «óptima o buena», frente al 32 % que así opinaba a finales de junio.
Se trata del mejor resultado obtenido por el mandatario brasileño en los sondeos de Datafolha desde su llegada a la Presidencia de Brasil el 1 de enero de 2019.
El índice de rechazo cayó a su vez diez puntos, desde el 44 % hasta el 34 %, mientras que otro 27 % considera que la actuación de su Gobierno es «regular», según la encuesta divulgada por el diario ‘Folha de Sao Paulo’.
El sondeo es fruto de entrevistas por teléfono a 2065 personas entre los días 11 y 12 de agosto, y tiene un margen de error de dos puntos porcentuales.
Según el diario, la subida en los índices de popularidad del Gobierno coincide con una moderación del tono del presidente, quien durante los meses anteriores mantuvo un intenso pulso con los Poderes Legislativo y Judicial en plena pandemia del virus del PCCh.
También con la distribución por el Gobierno de subsidios destinados a las capas más humildes de la sociedad y a los trabajadores informales para paliar los efectos de las medidas de distanciamiento social impuestas para contener los contagios de la COVID-19.
Sin embargo, la gestión de Bolsonaro para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19 ha estado marcado por la polémica.
Recientemente, cuando el país rozaba los 100,000 fallecidos por la COVID-19, marca que superó finalmente el sábado pasado, el presidente brasileño lamentó «todas las muertes» por el virus del PCCh, pero, en la secuencia, animó a sus seguidores a «seguir adelante» y buscar «zafarse de este problema».
Al frente de la gestión de la pandemia en Brasil está el general del Ejército Eduardo Pazuello, sin experiencia en el área y quien ocupa el cargo de ministro de Salud interino desde mayo, tras las salidas de los médicos Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich por profundas divergencias con Bolsonaro.
Fruto de esa gestión y de otros asuntos relacionados con los derechos humanos han llegado a la Cámara de Diputados de Brasil unas 50 solicitudes para la apertura de un juicio político con fines de destitución contra Bolsonaro.
No obstante, el jefe de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, dijo que, hasta el momento, no ha visto razones suficientes para iniciar ese proceso.
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