La Asociación Nacional del Rifle (NRA) anunció el viernes que planea dejar Nueva York y declararse en bancarrota para reincorporarse en Texas.
La NRA tiene más de 5 millones de miembros en todo el país y procura proteger los derechos de la Segunda Enmienda. La NRA fue constituida como una organización sin fines de lucro en Nueva York en 1871 y está registrada en dicho estado. Tiene su sede en Virginia. En el futuro, la NRA dijo que un comité estudiará las oportunidades de reubicar parte de sus operaciones en Texas y otros lugares.
«Hoy, la NRA anunció un plan de reestructuración que nos permitirá mantener nuestro estatus a largo plazo y asegurar nuestro éxito continuo como principal defensor de la libertad constitucional, lejos del tóxico ambiente político de Nueva York», dijo el vicepresidente y director general de la NRA Wayne LaPierre en un comunicado.
«El plan se puede resumir de manera muy simple: vamos a DEJAR DE LADO a Nueva York, y vamos a seguir con los planes para registrar a la NRA en Texas. (…) Este plan representa un camino hacia la oportunidad, el crecimiento y el progreso».
El estado de la estrella solitaria cuenta con unos 400,000 socios en la NRA. LaPierre dijo que la organización planea celebrar su convención anual en Houston a finales de este año.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, un republicano, le dio la bienvenida a la NRA en un tuit. «Bienvenidos a Texas, un estado que protege la 2ª Enmienda», escribió.
LaPierre dijo que «no se esperan grandes cambios» en el funcionamiento de la organización o en la plantilla de trabajadores. El traslado a Texas requirió que la NRA y una subsidiaria presentaran peticiones voluntarias del capítulo 11 en el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos para el Distrito Norte de Texas, División de Dallas.
«Como ya sabrán, los procedimientos del capítulo 11 son utilizados a menudo por empresas, organizaciones sin fines de lucro y organizaciones de todo tipo para agilizar los asuntos jurídicos y financieros», señaló LaPierre.
El anuncio se produce después de que la fiscal general de Nueva York, Letitia James (D), demandara a la NRA en agosto de 2020 alegando que algunos altos ejecutivos se dedicaban presuntamente a «desviar millones de dólares de la misión caritativa de la organización para uso personal de los altos dirigentes, concediendo contratos para el beneficio financiero de los asociados cercanos y la familia, y aparentando repartir lucrativos contratos, que no se registraban, a los antiguos empleados para comprar su silencio y su continua lealtad».
La NRA dijo al anunciar la salida de Nueva York que la organización estaba «en la mejor situación financiera de los últimos años».
La declaración de quiebra de la NRA enumeró entre 100 y 500 millones de dólares en activos y entre 100 y 500 millones de dólares en pasivos», señaló The Associated Press.
En su declaración, la NRA dijo que LaPierre tomó la decisión de solicitar la protección de la bancarrota en consulta con un «comité especial de litigios» compuesto por tres socios de la NRA que se formó en septiembre de 2020 para supervisar sus estrategias legales. La junta de la NRA votó el 7 de enero para aclarar el acuerdo de empleo de LaPierre, dándole el poder de «reorganizar o reestructurar los asuntos» de la organización.
Poco después del anuncio de la NRA, James dijo en un tuit que mientras ella y su oficina revisan la declaración de bancarrota de la organización, «no permitirán que la @NRA utilice esta o cualquier otra táctica para evadir la responsabilidad» o la supervisión.
El presidente electo Joe Biden dijo el 8 de enero que «derrotará» a la NRA cuando tome posesión de su cargo.
Con información de Associated Press.
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