La campaña para elegir a Joe Biden, junto con el Comité Nacional Demócrata y los comités conjuntos de recaudación de fondos, recaudaron USD 364.5 millones en agosto, incluyendo la cifra récord de USD 205 millones para un solo mes de recaudación de fondos online, según la campaña.
«Esa cifra me sorprende», dijo Biden en un comunicado y añadió: «Tenemos que mantener los récords si queremos asegurar una oportunidad de ganar».
Biden luchó por recaudar dinero al comienzo de las primarias, con su escaso ingreso eclipsado por las cifras del presidente Donald Trump. Las cosas mejoraron para el exvicepresidente cuando se convirtió en el presunto nominado y, en julio, se acercó a los USD 300 millones en efectivo de Trump.
El nominado demócrata instó a sus seguidores a seguir donando a su campaña, diciendo: «Pero aún no hemos terminado, todavía hay mucho trabajo por hacer en las 9 semanas que vienen. La máquina de dinero de Trump sigue en pie».
En julio, la campaña Trump, el Comité Nacional Republicano y los comités conjuntos de recaudación de fondos recaudaron USD 165 millones, unos USD 25 millones más que Biden, según la campaña, con lo que la marca total de recaudación de fondos del presidente ascendió a USD 1100 millones en el ciclo electoral de 2020.
«El apoyo del presidente continúa aumentando mientras que Joe Biden acaba de anunciar un mes de recaudación de fondos a la baja desde su punto más bajo», dijo el director de la campaña de Trump, Bill Stepien, sobre la recaudación de julio en un comunicado. La campaña de Trump aún no ha anunciado las cifras de recaudación de fondos de agosto, pero su campaña recientemente reconoció que estaba conservando dinero para después del Día del Trabajo.
El hecho que la campaña de Biden-Harris está llena de dinero en efectivo ya es evidente. El lunes, la campaña anunció que gastaría USD 45 millones en una campaña de difusión y digital esta semana. El spot de 60 segundos presenta un extracto del discurso del lunes de Biden en Pittsburgh rechazando los esfuerzos de Trump de presentarlo como un partidario de la violencia y los disturbios que han estallado en ciudades como Portland, Oregon y Kenosha en Wisconsin.
La batalla por la Casa Blanca entre Trump y Biden ha puesto recientemente en su punto de mira la cuestión de quién puede mantener a salvo a los estadounidenses luego que las recientes protestas y disturbios hayan tomado giros violentos y a hasta mortales. Un joven de 17 años de Illinois fue acusado de matar a dos hombres durante el caos de Kenosha, mientras que, durante los enfrentamientos relacionados con las protestas en Portland, un partidario de Trump fue asesinado a tiros.
Trump ha culpado a Biden de ponerse del lado de los «anarquistas», a los que el presidente se ha referido como los responsables de secuestrar las protestas legítimas.
«Nadie estará a salvo con Biden en Estados Unidos. Mi administración siempre estará del lado de los hombres y mujeres de las fuerzas de seguridad», dijo Trump durante su discurso de aceptación a la nominación republicana la semana pasada, culpando también a los políticos demócratas locales por su inacción frente a los disturbios.
Biden acusó a Trump en un discurso en Pittsburgh de avivar las divisiones y alimentar los disturbios.
«¿Alguien cree que habrá menos violencia en Estados Unidos si Donald Trump es reelegido?», dijo Biden. «No puede detener la violencia, porque, durante años, la ha fomentado».
Biden también trató de desafiar la afirmación de Trump de ser blando con el crimen.
«La violencia sin sentido del saqueo, la quema y la destrucción de la propiedad —quiero dejar absolutamente claro, algo muy claro sobre todo esto— el saqueo no es protestar, el saqueo no es protestar, el prender fuego no es protestar», dijo. «Nada de esto es protestar. Es anarquía, simple y llanamente. Y aquellos que lo hacen deben ser procesados».
Poco después de que Biden concluyera sus comentarios en Pittsburgh, Trump escribió en Twitter: «Solo miré lo que Biden tenía que decir. Para mí, él está culpando a la policía mucho más de lo que culpa a los alborotadores, anarquistas, agitadores y saqueadores, ¡a los que nunca podría culpar o perdería el apoyo del izquierdista radical Bernie!».
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