Washington—A medida que los casos de coronavirus aumentan en todo el mundo, los funcionarios de la Casa Blanca advirtieron contra una segunda ronda de cierres por la pandemia, diciendo que son «extremadamente perjudiciales» para la salud pública y la economía a largo plazo.
«El respaldo mundial por parte de la comunidad científica en los niveles más altos se alinea muy fuertemente con lo que dijo el presidente durante meses», dijo un alto funcionario de la administración a la prensa durante una conferencia telefónica.
Desde marzo, las políticas del presidente Donald Trump se han centrado en proteger a los ancianos de alto riesgo y vulnerables, abrir las escuelas y restaurar la sociedad, dijo el funcionario.
La política del presidente está alineada con lo que «han dicho los principales epidemiólogos y expertos en políticas de salud, es decir, que los cierres no eliminan el virus; los cierres son extremadamente dañinos».
La semana pasada, varios científicos médicos o de salud pública y profesionales de la medicina firmaron la Gran Declaración de Barrington, en la cual afirman que «las actuales políticas de cierre están produciendo efectos devastadores en la salud pública a corto y largo plazo».
Hasta el 12 de octubre, más de 8700 científicos de la salud, 22,000 médicos y 380,000 ciudadanos preocupados en todo el mundo han firmado la declaración. Entre los firmantes se encuentran el Dr. Martin Kulldorff, profesor de medicina de la Universidad de Harvard; la Dra. Sunetra Gupta, profesora de la Universidad de Oxford; y el Dr. Jay Bhattacharya, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
«Adoptar medidas para proteger a los vulnerables debería ser el objetivo central de las respuestas de salud pública al COVID-19», dice la declaración. «Aquellos que no son vulnerables deberían poder reanudar inmediatamente su vida con normalidad».
La Organización Mundial de la Salud también expresó su preocupación por las medidas de cierre. El enviado especial de la OMS para el COVID-19 ha instado a los líderes mundiales a que dejen de utilizar los cierres como el principal método de control contra la propagación del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), conocido comúnmente como el nuevo coronavirus.
«En la Organización Mundial de la Salud no abogamos por los cierres como principal método de control de este virus», dijo David Nabarro a The Spectator en una entrevista el 8 de octubre.
El alto funcionario de la administración Trump dijo que se están produciendo nuevos cierres en varias partes de Estados Unidos, y que algunos otros se están contemplando llevarlo acabo, pero estas medidas tienen costos directos de atención médica, advirtió.
Por ejemplo, «los datos revelaron que el 46 por ciento de los seis cánceres principales en los Estados Unidos no fueron diagnosticados en comparación con el año pasado».
Los cierres prolongados podrían resultar en tasas más bajas de vacunación infantil, menos exámenes y tratamientos de cáncer y un deterioro de la salud mental, según expertos médicos.
Durante la llamada, otro alto funcionario de la administración advirtió sobre los efectos negativos de los cierres en la economía.
«Hay libros antiguos que descubrieron que un aumento del 1 por ciento en el desempleo está asociado con un aumento del 1 por ciento en los suicidios», dijo. Las familias de bajos ingresos se ven más afectadas por este problema, «dado el patrón de pérdida de empleos en marzo y abril».
El impacto negativo de los cierres también incluye un aumento en la desigualdad de los ingresos y el abuso infantil, dijo.
Trump ha sido criticado repetidamente por su manejo de la pandemia y por restarle importancia a la gravedad del virus. Y luego de su diagnóstico, lo acusaron de convertir a la Casa Blanca en lugar de riesgo para el COVID-19.
«Incluso con medidas de mitigación significativas que todos aquí obedecemos muy religiosamente, el virus no está totalmente eliminado», dijo el funcionario.
«No podemos eliminar todos los casos. Así que lo que hacemos es centrarnos en salvar vidas porque hemos aprendido mucho sobre el virus».
El funcionario dijo que la tasa de mortalidad ha bajado un 85 por ciento desde el pico de marzo y abril. La duración de las hospitalizaciones y las tasas de mortalidad hospitalaria también han disminuido significativamente desde entonces.
Con información de Ivan Pentchoukov.
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