Funcionarios de la Casa Blanca rechazaron el miércoles el reporte de un periodista de investigación que afirmaba que Estados Unidos estaba detrás del bombardeo de los gasoductos Nord Stream el año pasado.
Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, declaró el miércoles a los medios de comunicación que «se trata de una completa ficción y es totalmente falso». Un portavoz del Departamento de Estado hizo un comentario similar a Reuters.
El veterano periodista de investigación Seymour Hersh, exreportero del New York Times y de la revista New Yorker que adquirió notoriedad en 1969 por su reportaje sobre la masacre de My Lai durante la guerra de Vietnam, publicó el miércoles un reporte a través de su página Substack. Se titulaba «Cómo Estados Unidos eliminó el gasoducto Nord Stream» y citaba fuentes anónimas para sus afirmaciones.
«El pasado mes de junio, los buzos de la Marina, que operaban al amparo de un ejercicio de la OTAN a mediados de verano ampliamente publicitado conocido como BALTOPS 22, colocaron los explosivos activados por control remoto que, tres meses después, destruyeron tres de los cuatro gasoductos Nord Stream, según una fuente con conocimiento directo de la planificación operativa», escribió Hersch. Tammy Thorp, portavoz de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), afirmó igualmente en un comunicado que «esta afirmación es total y absolutamente falsa».
The Epoch Times no ha podido corroborar el reporte. La Casa Blanca no ha devuelto una solicitud de comentarios.
En última instancia, su reporte basado en fuentes anónimas concluía que la Administración Biden llevó a cabo una operación encubierta a través de la CIA para volar el oleoducto.
Varios países europeos llevaron a cabo investigaciones sobre la causa de las explosiones, ocurridas el pasado mes de septiembre, pero obtuvieron pocas respuestas. El gobierno ruso ha negado categóricamente estar detrás de las explosiones en los oleoductos, que opera conjuntamente con Alemania.
Hersch, periodista galardonado con el Premio Pulitzer, añadió que «la decisión de la Casa Blanca de sabotear los oleoductos se produjo después de más de nueve meses de un debate altamente secreto y de idas y venidas en el seno de la comunidad de seguridad nacional de Washington sobre la mejor manera de lograr ese objetivo». Durante gran parte de ese tiempo, la cuestión no era si había que llevar a cabo la misión, sino cómo hacerlo sin ninguna pista clara sobre quién era el responsable».
«Esto no es cosa de niños», le dijo la citada fuente anónima. Hersch no dio más detalles sobre la fuente, ni siquiera si trabajaba o no para el gobierno estadounidense. Pero esa persona señaló que un ataque de ese tipo sería «un acto de guerra».
Según su posteo en Substack, los buzos que operaban desde un buque cazaminas noruego Alta utilizaron una «mezcla de oxígeno, nitrógeno y helio que salía de sus tanques, y colocaron cargas C4 moldeadas en las cuatro tuberías con cubiertas protectoras de hormigón» antes de detonar los explosivos. Una vez más, citó fuentes anónimas, una práctica que ha sido objeto de críticas durante mucho tiempo contra los reportes anteriores de Hersch.
Cuando Hersch afirmó hace años que la Casa Blanca de Obama dijo mentiras sobre el asesinato del cerebro terrorista Osama bin Laden, un crítico del Washington Post en 2015 señaló que «Hersh se basó al menos 55 veces en un alto funcionario de inteligencia retirado anónimo».
Investigación sobre Nord Stream
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo el miércoles que Estados Unidos tiene que responder a preguntas tras el reportaje de Hersch. En respuesta a ese reporte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, pidió a la Casa Blanca que emitiera una declaración sobre los «hechos».
Moscú ha dicho en repetidas ocasiones que Occidente estuvo detrás de las explosiones que afectaron a los gasoductos Nord Stream 1 y 2 el pasado septiembre, proyectos de infraestructuras multimillonarios que transportaban gas ruso a Alemania por debajo del mar Báltico.
Los investigadores de Suecia y Dinamarca, en cuyas zonas económicas exclusivas se produjeron las explosiones, han afirmado que las roturas fueron el resultado de un sabotaje, pero no han dicho quién creen que fue el responsable.
La construcción de Nord Stream 2, diseñado para duplicar la cantidad de gas que Rusia podría enviar directamente a Alemania por vía marítima, se completó en septiembre de 2021, pero nunca se puso en marcha después de que Berlín archivara la certificación pocos días antes de que Moscú enviara sus tropas a Ucrania en febrero.
Con información de Reuters.
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