Si alguna vez hubo una especia que pusiera el miedo existencial en la línea de fondo de las compañías farmacéuticas, es la cúrcuma.
La cúrcuma es una de las plantas más investigadas en la actualidad. Sus propiedades medicinales y sus componentes (principalmente la curcumina) han sido objeto de más de 12,000 estudios biomédicos revisados y publicados.
De hecho, GreenMedInfo (GMI) llevó a cabo un proyecto de investigación de cinco años sobre esta planta sagrada y reveló más de 800 aplicaciones preventivas y terapéuticas potenciales, así como 250 efectos fisiológicos beneficiosos distintos.
Toda esta base de datos de 2666 resúmenes de cúrcuma con hipervínculos del NCBI puede descargarse en formato PDF en la página de documentos descargables sobre la cúrcuma de GMI.
Dada la gran cantidad de investigaciones realizadas sobre esta notable especia, no es de extrañar que un número cada vez mayor de estudios haya llegado a la conclusión de que se compara favorablemente con una variedad de medicamentos convencionales.
Lipitor/Atorvastatina (medicamento para el colesterol): Un estudio del 2008 publicado en la revista Drugs in R & D descubrió que una preparación estandarizada de curcuminoides de la cúrcuma se comparaba favorablemente con el medicamento atorvastatina (nombre comercial Lipitor) en la disfunción endotelial, la patología subyacente de los vasos sanguíneos que impulsa la aterosclerosis, en asociación con la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo en pacientes diabéticos de tipo 2.
Corticosteroides (medicamentos con esteroides): Un estudio de 1999 publicado en la revista Phytotherapy Research descubrió que el principal polifenol de la cúrcuma, el pigmento de color azafrán conocido como curcumina, se comparaba favorablemente con los esteroides en el tratamiento de la uveítis anterior crónica, una enfermedad ocular inflamatoria.
Un estudio del 2008 publicado en Critical Care Medicine descubrió que la curcumina se comparaba favorablemente con el fármaco corticosteroide dexametasona en el modelo animal como terapia alternativa para proteger la lesión asociada al trasplante de pulmón mediante la regulación a la baja de los genes inflamatorios.
Un estudio anterior del 2003, publicado en Cancer Letters, descubrió que el mismo fármaco también se comparaba favorablemente con la dexametasona en un modelo de lesión por isquemia-reperfusión pulmonar.
Prozac/Fluoxetina e Imipramina (antidepresivos): Un estudio del 2011 publicado en la revista Acta Poloniae Pharmaceutica descubrió que la curcumina se comparaba favorablemente con ambos fármacos en la reducción del comportamiento depresivo en un modelo animal.
Aspirina (anticoagulante): Un estudio in vitro y ex vivo de 1986 publicado en la revista Arzneimittelforschung descubrió que la curcumina tiene efectos antiplaquetarios y moduladores de la prostaciclina en comparación con la aspirina, lo que indica que puede tener valor en pacientes propensos a la trombosis vascular y que requieren una terapia antiartrítica.
Medicamentos antiinflamatorios: Un estudio del 2004 publicado en la revista Oncogene descubrió que la curcumina (así como el resveratrol) eran alternativas eficaces a los fármacos aspirina, ibuprofeno, sulindac, fenilbutazona, naproxeno, indometacina, diclofenaco, dexametasona, celecoxib y tamoxifeno en el ejercicio de una actividad antiinflamatoria y antiproliferativa contra las células tumorales.
Oxaliplatino (medicamento de quimioterapia): Un estudio del 2007 publicado en el International Journal of Cancer descubrió que la curcumina se compara favorablemente con el oxaliplatino como agente antiproliferativo en líneas celulares colorrectales.
Metformina (medicamento para la diabetes): Un estudio del 2009 publicado en la revista Biochemistry and Biophysical Research Community exploró cómo la curcumina podría ser valiosa en el tratamiento de la diabetes, descubriendo que activa la AMPK (que aumenta la captación de glucosa) y suprime la expresión de genes gluconeogénicos (que suprimen la producción de glucosa en el hígado) en las células de hepatoma.
Curiosamente, descubrieron que la curcumina es entre 500 y 100.000 veces (en la forma conocida como tetrahidrocurcuminoides) más potente que la metformina en la activación de la AMPK y su objetivo posterior, la acetil-CoA carboxilasa (ACC).
Otra forma en la que la cúrcuma y sus componentes revelan sus notables propiedades terapéuticas es en la investigación de los cánceres resistentes a los fármacos y multirresistentes. Hay dos secciones en el sitio de GMI dedicadas a la investigación de terapias naturales e integradoras sobre estos temas, y aunque hay docenas de sustancias con eficacia demostrable contra estos cánceres resistentes a la quimioterapia y la radiación, la curcumina encabeza ambas listas.
Hemos encontrado nada menos que 97 estudios que indican que la curcumina puede inducir la muerte de las células o sensibilizar las líneas celulares de cáncer resistentes a los fármacos al tratamiento convencional.
Hemos identificado 28 estudios sobre la capacidad de la curcumina para inducir la muerte celular o sensibilizar las líneas celulares de cáncer resistentes a múltiples fármacos al tratamiento convencional.
Teniendo en cuenta el sólido historial de la cúrcuma (curcumina), que se utiliza como alimento y medicina en una amplia gama de culturas, durante miles de años, se puede hacer un fuerte argumento para el uso de la curcumina como un medicamento alternativo o adyuvante en el tratamiento del cáncer.
O, mejor aún, utilizar cúrcuma orgánica certificada (no irradiada) en dosis culinarias más bajas a diario, de modo que no sean necesarias dosis heroicas más adelante en la vida, después de que aparezca una enfermedad grave. Nutrirse, en lugar de automedicarse con «nutracéuticos», debería ser el objetivo de una dieta saludable.
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