La ciudad de Nueva York exigirá que el personal, de los hospitales y clínicas administradas por la ciudad, se haga la prueba de COVID-19 semanalmente o se vacune, una medida que provocó manifestaciones por parte del sindicato de atención médica más grande del país.
El alcalde Bill de Blasio anunció el miércoles la nueva política en una conferencia de prensa, explicando que la medida entrará en vigencia el 2 de agosto. Se suspenderá el salario de cualquier empleado que no presente una prueba de vacunación o una prueba negativa semanal.
“Vemos que el número de casos [de la variante Delta] aumenta y es hora de actuar. Entonces, hoy anunciamos algo nuevo”, dijo el alcalde. «Necesitamos un enfoque claro y fuerte y que cada uno de nuestros trabajadores se vacune o se someta a pruebas semanales».
El requisito marca la primera vez que el Ayuntamiento exige vacunas o pruebas negativas para los trabajadores del sector público. El alcalde demócrata agregó que es probable que la medida eventualmente se aplique a otros trabajadores de la ciudad, incluidos maestros y policías, si persiste la amenaza que representa la variante Delta.
«La presión para que se vacunen… creo que es la mejor opción», dijo de Blasio, quien también señaló que la regla de las pruebas semanales podría alentar a más empleados de atención médica a vacunarse.
La variante Delta, identificada por primera vez en India, se está volviendo más prevalente y ahora representa alrededor del 83 por ciento de todos los nuevos casos secuenciados en Estados Unidos, dijo esta semana la Dra. Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La variante más contagiosa del virus del PCCh se ha extendido a más de 100 países, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Dr. Poonam Singh, director regional de la OMS para el sudeste asiático, le dijo a la agencia de noticias ANI que la variante Delta pronto podría convertirse en la cepa más dominante a nivel mundial, y dijo que, «entre todas las variantes preocupantes, Delta es la que se propaga más rápidamente».
El sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), el mayor sindicato sanitario de Estados Unidos, hizo una manifestación el jueves contra una medida similar anunciada el mes pasado, que exige a todos sus 48,000 empleados recibir la primera dosis de la vacuna anti-COVID antes del 1 de septiembre, a menos que exista una exención médica o religiosa.
El farmacéutico John Simonian, junto con cientos de miembros del sindicato, protestó frente a un hospital en Nueva York para que también se pueda elegir entre hacerse una prueba semanal o vacunarse.
«La fuerza no es la respuesta, y el mandato que obliga a las personas a aplicarse la vacuna no es correcto», dijo Simonian a NY1. «Si me obligas a hacer una cosa en un área, existe la posibilidad de que puedas obligarme a hacer algo en otra área».
«Conozco a otros miembros que están vacunados y sienten que debería ser una elección personal basada en las razones correctas para usted y sus compañeros de trabajo», agregó, y señaló que se debe confiar en que los trabajadores hospitalarios tomarán sus propias decisiones.
Alrededor del 60 por ciento de los más de 42,000 empleados del sistema de hospitales públicos de la ciudad de Nueva York están vacunados, dijo el miércoles Mitch Katz, quien dirige el sistema de salud pública más grande del país. En toda la ciudad, el 70 por ciento del personal hospitalario ha recibido ambas dosis de la vacuna, según muestran los datos estatales.
Con información de Reuters.
De NTD News
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