Hace apenas dos semanas, el mundo observó conmocionado cómo las protestas en Minneapolis por la muerte de George Floyd, ocurrida mientras estaba bajo custodia policial, se tornaron violentas y desencadenaron en la destrucción de más de 50 negocios en lo que solía ser un barrio vibrante y multicultural.
En Lake Street, donde gran cantidad de dueños de los negocios son negros, latinos y africanos, ahora es común ver ventanas y puertas con paneles y muchos de ellos con graffiti. Las tiendas y restaurantes que no sufrieron grandes daños siguen abiertos.
De acuerdo a un estudio de los daños a la propiedad realizado por el Star Tribune, casi 1000 propiedades comerciales resultaron afectadas, 52 de los negocios fueron completamente destruidos y otros 30 sufrieron graves daños.
Los propietarios y los expertos en seguros estiman que los costos de los daños podrían superar los 500 millones de dólares. Eso convertiría los daños de Twin Cities (Minneapolis–Saint Paul) en el segundo disturbio civil más costoso de la historia de Estados Unidos, después del ocurrido en Los Ángeles en 1992, que también fueron provocados por las tensiones raciales con la policía y que tuvieron «1400 millones de dólares de daños, en dólares de hoy».
La comunidad se une
En una pequeña reunión con varios senadores estatales y empresarios afectados por los disturbios y saqueos, realizada el 9 de junio sobre la acera junto al incinerado Minnehaha Lake Wine & Spirits en la calle East Lake, su propietario Steve Krause dijo a The Epoch Times: «Llevo aquí 33 años. Es nuestra intención reconstruir, obviamente necesitamos ayuda».
Krause añadió que no puede hacerlo solo. «Por mi cuenta, una licorería en la comunidad que no goza de vitalidad económica, y con una comunidad que se ve así, no tiene sentido reconstruir una licorería. Nosotros necesitamos el compromiso de otros poseedores de espacios y volver con su apoyo».
Mike Shoff, el dueño de la quiropráctica Shoff, también perdió todo en el incendio. Él compró su clínica hace 28 años a otro quiropráctico que había estado en la zona durante 40 años. «Sin la ayuda de la ciudad, el estado y el gobierno federal, la recuperación va a ser muy difícil. Esto va a ser un proceso de 10 años».
La nieta adolescente del mercado de La Alborada se mostró afectada mientras hablaba. «Es realmente triste y frustrante ver esta comunidad destruida cuando yo crecí aquí, y vi lo hermosa que era».
«Esto es realmente injusto. Solo porque la gente sea racista con la gente de color, cosa que no es su culpa. Esto es realmente triste y frustrante. Mis abuelos son viejos. Cuando eran pequeños, crecieron sin comida, sin ropa y ahora ven su negocio destruido, agradezco a Dios que nosotros podamos superar esto».
En la clínica Hennepin Healthcare East Lake, los voluntarios prepararon bolsas de artículos esenciales y alimentos donados por la comunidad y por Liberty Diversified.
«Con los últimos acontecimientos, nosotros sentimos que nuestra comunidad se quedó sin ningún suministro inmediato, como comestibles y artículos de higiene», dijo Mariela Ardemagni-Tollin, una trabajadora de salud comunitaria de Hennepin Healthcare. «Nosotros sentimos que necesitábamos estar aquí para nuestra comunidad para mostrarles que nuestra clínica, aunque no estemos operando ahora mismo desde este lugar, que todavía estamos aquí para ellos y que estaremos aquí para ellos, apoyándolos».
Ardemagni-Tollin agregó que ellos identificaron a 1600 pacientes que vivían en la zona y los llamaron acerca de la colecta de alimentos. «Sabemos que no hay tiendas de comestibles cerca. También estamos trabajando duro en la clínica para satisfacer sus necesidades en cuanto a medicamentos y dónde pueden ir a buscarlos porque no hay farmacias por aquí».
El residente Authur Taripp, dijo que ha vivido en el vecindario por un año. Para él, ir de compras y conseguir sus medicamentos para la presión arterial alta es muy difícil ahora. «Uno tiene que salir a hacer la compra ahora», añadió. «Se supone que yo tengo que conseguir los medicamentos hoy pero no puedo conseguirla porque Walgreens no está abierto. Es difícil tratar de conseguirlos ahora».
En el estacionamiento de Target, Kris Lovekeys, una voluntaria de Voces desde las Cenizas, una organización sin fines de lucro en formación, ha estado preparando alimentos enlatados y en cajas. «Nosotros estamos regalando comida, ropa, suministros médicos», declaró.
Su organización comenzó hace una semana y media a dar voces a las «voces inauditas de Minneapolis». Trabajan con la Cocina Libre de High Hope para ofrecer alimentos calientes y cocinados para la comunidad.
Al lado de Lovekeys, el Consejo de Edificios y Construcción de Minneapolis repartió perros calientes, patatas fritas y agua gratis. «Varios gremios que donaron el dinero a Construcción de Minneapolis están patrocinando el evento usando el camión semi-remolque Labors», dijo Kim Maher, coordinador de relaciones laborales del Local 563. «Generalmente son los gremios completos, los diferentes sindicatos los que se reúnen hoy para ayudar a la comunidad y a la gente de aquí».
«Creo que es genial. Es genial mostrar a todos ayudando a todos».
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