Con una campaña anticorrupción desatada en el seno del Partido Comunista Chino (PCCh), los funcionarios chinos que se comportaron mal tienen que utilizar maneras creativas de hacer trampa, para guardar sus riquezas acumuladas ilegalmente y ocultar su rastro.
Por tal motivo, ahora los funcionarios chinos están presentando falsos divorcios con sus cónyuges a fin de transferir encubiertamente activos fuera de China y evitar la detección de las autoridades chinas.
El 16 de mayo, un periódico oficial estatal de la agencia anticorrupción del régimen chino, la Comisión Central de Inspección Disciplinaria, publicó un artículo que detalla como un funcionario de alto nivel que trabajaba en un gobierno provincial no especificado, identificado solo por su apellido, Zhang, se divorció de su esposa para pagar menos impuestos de su nuevo hogar. Zhang debatió con su esposa como presentar la documentación para volver a casarse después de comprar la casa. De esta manera, Zhang pudo ahorrar unos 200.000 yuanes (unos 31.000 dólares).
Los falsos divorcios son una táctica común.
Un caso especialmente notorio fue el de Xu Chaofan, un joven subgerente de la sucursal del Banco de China en la ciudad de Kaiping que conspiró con su esposa Kuang Wanfang, además de involucrar varios de sus colegas varones y esposas para malversar unos 485 millones de dólares de su lugar de trabajo.
Kuang y Xu se divorciaron en 1994, luego Kuang se mudó a los Estados Unidos y se casó con un hombre estadounidense, para que ella pudiera obtener la residencia permanente y preparar el camino para que su verdadero esposo, Xu, emigrara al país norteamericano. Varios de los colegas de Xu y sus esposas hicieron arreglos similares. En 2001, Xu y sus colegas huyeron a Norteamérica a través de Hong Kong utilizando falsos documentos de viaje. Una persecución internacional se llevó a cabo para capturar a los banqueros fugitivos. Xu Chaofan fue finalmente arrestado en 2004.
En 2009, Xu y sus colegas fueron sentenciados a prisión en Estados Unidos. Sus esposas fueron condenadas por ayudar a sus maridos a lavar dinero en el extranjero.
En septiembre de 2015, Kuang fue repatriada a China tras cumplir una condena de prisión en Estados Unidos, para enfrentar cargos de soborno y corrupción. El caso sigue siendo el mayor episodio de malversación bancaria en China.
Otros casos también involucraron a funcionarios de menor rango. En 2014, Diao Weilie, ex director de una oficina tributaria de Beijing, fue condenado a cadena perpetua por aceptar decenas de millones de yuanes en sobornos.
Así fue el esquema de Diao: él depositaría dinero del soborno en las cuentas de otras personas para desviar la atención de los investigadores. Luego, usaría los nombres de los empresarios locales para pedir préstamos para comprar propiedades. En 2005, se divorció de su esposa Wang Juanjuan. Posteriormente, transfirió a su esposa la propiedad de todos los bienes adquiridos a nombre de los empresarios.
Un funcionario de apellido Wu, que trabajaba en la oficina de desarrollo económico del condado de Hanshan en la provincia de Anhui, simplemente se divorció de su esposa y transfirió sus bienes a nombre de su esposa, mientras enterraba joyas en su patio y almacenaba botellas de un caro licor de baijiu en las casas de sus parientes.
Otros funcionarios usaron el falso divorcio para otros fines.
Chen Chunlin, un funcionario a cargo de sofocar la disidencia en una zona residencial de la ciudad de Chongqing, celebraba banquetes fastuosos con el fin de obtener regalos monetarios de sus colegas y gente conocida por sus negocios, según un artículo recientemente publicado en el portal de noticias chino Sina. Utilizó la excusa de celebrar que su hija fuera aceptada en la universidad como ocasión de celebración en mayo de 2016.
Quería celebrar otro banquete en junio como una forma de obtener regalos en efectivo. Sabiendo que el comité local del Partido no lo permitiría, Chen se divorció de su esposa. Cuando el comité del Partido fue informado de que el banquete sería organizado por su “ex” esposa, Huang Meiyan, dio el visto bueno. Chen y Huang utilizaron la misma excusa de celebrar la aceptación de su hija en la universidad, y obtuvieron 35.900 yuanes (unos 5.600 dólares) de 141 personas.
Gu Qing’er colaboró en la elaboración de este informe.
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