La Corte Suprema dictaminó el jueves que la orden de vacunación de la OSHA (Ley de Seguridad y Salud Ocupacional) de la administración Biden dirigida a las empresas privadas se detenga, pero permitió que la orden de vacunación de los CMS (Centros de Servicios de Medicare y Medicaid) se mantenga.
El abogado Robert F. Kennedy Jr., que estuvo en primera línea luchando por la libertad médica y recientemente fue autor del libro más vendido «The Real Anthony Fauci», tiene sentimientos encontrados sobre la decisión del tribunal, y cree que esquivaron la cuestión central.
El bloqueo de la orden de la OSHA le parece alentador, pero el fallo sobre la orden de vacunación de los CMS, que seguirá siendo objeto de litigio, es una «decepción».
«Creo que lo más preocupante es que la Corte Suprema evadió el asunto central, que es la cuestión de Nuremberg», dijo Kennedy a The Epoch Times.
El Código de Nuremberg es un código ético de investigación internacional que surgió durante los juicios a los criminales de guerra nazis tras la Segunda Guerra Mundial. Sus ideas centrales son el consentimiento voluntario y la prohibición de experimentos innecesarios, arriesgados o aleatorios en seres humanos.
«¿Puede el poder del gobierno obligar a los estadounidenses a participar en un experimento médico?», preguntó retóricamente.
«Estas son vacunas en EUA (Autorización de Uso de Emergencia), no hay duda de que son experimentales. ¿Y puede un gobierno obligar a la gente a tomar productos experimentales contra su voluntad? Esa debería ser la pregunta central que nos hacemos en una democracia constitucional. Y fue la preocupación central durante los juicios de Nuremberg».
«Es una decepción que la Corte evada eso».
Kennedy también cree que la Corte Suprema está abriendo las puertas a los poderes estatales y del Congreso para intervenir en lo que debería ser un derecho civil.
«Claramente, la Corte Suprema está invitando a los estados y al Congreso a regular en este espacio y aparentemente a anular el claro derecho civil que tenemos a no participar en la experimentación médica».
La preservación de la orden de los CMS, que podría afectar a más de 17 millones de trabajadores sanitarios, le resulta incongruente.
Numerosos trabajadores sanitarios de todo el país han sido presionados, con amenazas de despido, para que se sometan a las vacunas, y muchos de ellos pensaron que era preferible perder su empleo.
«Es irónico. Estamos obligando a los trabajadores de la salud que saben lo que es bueno para ellos, que han dedicado su vida a la salud pública, a someterse a una intervención médica de responsabilidad cero que ellos, basándose en su experiencia y juicio creen que es peligrosa», dijo Kennedy.
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