La capacidad de Estados Unidos de desarrollar tecnologías militares está siendo paralizado por una ‘brutal’ burocracia con una cultura de aversión al riesgo que impide contrarrestar adecuadamente el desarrollo de armas de China, según el segundo funcionario de mayor jerarquía del Pentágono.
«El ritmo al que [China] se está moviendo y la trayectoria en la que están, superará a Rusia y Estados Unidos si no hacemos algo para cambiarlo», dijo el general John Hyten, vicepresidente saliente del Estado Mayor Conjunto, en una reunión del Grupo de Escritores de Defensa el 28 de octubre.
«Sucederá.»
La burocracia atrofia el desarrollo militar
Hyten, quien pronto se jubilará, lamentó el lento tiempo de respuesta para la investigación y el desarrollo en el ejército de Estados Unidos. Señaló que el tiempo promedio que esperaba que tomaran los nuevos proyectos era de 10 a 15 años. Ese proceso se prolonga incluso más a veces si hay motivos para una supervisión significativa, dijo.
Para ejemplificar dicho ritmo, Hyten comparó los esfuerzos de Estados Unidos para desarrollar misiles balísticos intercontinentales (ICBM) durante la Guerra Fría, con los esfuerzos similares en la actualidad.
Durante la década de 1960, dijo Hyten, Estados Unidos investigó, desarrolló, y desplegó unos 800 cohetes en poco menos de cinco años durante un esfuerzo para contrarrestar un desarrollo similar de la Unión Soviética.
Los esfuerzos actuales de Estados Unidos para desarrollar su próxima generación de misiles balísticos intercontinentales, por otro lado, comenzaron en 2015, y se espera que las armas estén en pleno funcionamiento para 2035.
«Podemos ir rápido si queremos», dijo Hyten. «Pero la burocracia que hemos establecido es simplemente cruel».
Hyten subrayó que los peligros planteados por tal burocracia se estaban volviendo más claros e inminentes. Dijo a los periodistas que Estados Unidos realizó nueve pruebas de armas hipersónicas en los últimos cinco años. Mientras tanto, China realizó cientos.
“Las cifras de un solo dígito versus cientos no es algo bueno”, dijo Hyten.
Los misiles hipersónicos son un nuevo tipo de arma que es rápida y maniobrable. Con una trayectoria maniobrable que no se limita a un arco parabólico fijo de un misil balístico, pueden evadir los sistemas de defensa antimisiles actuales.
El general reconoció específicamente que recientemente el régimen chino probó en secreto un vehículo deslizante hipersónico con capacidad nuclear, cuya existencia solo se dio a conocer a través de la prensa meses después del evento.
Tal capacidad podría haberse contrarrestado hace mucho tiempo, si la burocracia no se hubiese interpuesto en el camino, dijo Hyten.
Esto se debe a que Estados Unidos ha tratado de eliminar prácticamente todos los riesgos del proceso de desarrollo durante las últimas dos décadas, dijo el general, lo cual ha obstaculizado significativamente el desarrollo de la investigación de nuevas capacidades de defensa. La principal de esas capacidades eran las armas hipersónicas estadounidenses.
Ofreció el ejemplo de los sistemas HTV-1 y HTV-2, vehículos estadounidenses de deslizamiento hipersónico que no difieren del que China ha probado recientemente. Los sistemas se probaron por primera vez en 2010 y, después de una prueba fallida, se sometieron a años de investigación. Después de la segunda prueba fallida, el programa se desechó.
«Estábamos desarrollando hipersónicos antes que todos en el mundo y la primera prueba falló», dijo Hyten. «La primera prueba de todo falla».
“Así que la primera prueba falla y tenemos dos años de investigación sobre por qué falló. Dos años. Luego lo lanzamos de nuevo y falla, y fallamos. Esta vez fueron dos fallos y cancelamos el programa y paramos”.
Hyten contrastó este enfoque con los esfuerzos de la era de la Guerra Fría durante los cuales Estados Unidos desarrolló rápidamente sistemas de armas a través de la prueba y error: fallando, estudiando esos fallos, e implementando arreglos hasta que los sistemas fueran funcionales. Él destacó el desarrollo del Discoverer 14, el primer satélite espía de la historia, como contrapunto a los procesos actuales.
«Discoverer 1 13 falló en aproximadamente 18 meses, y Discoverer 14 sucedió y funcionó», dijo Hyten. «Si quieres ir rápido, eso es lo que haces».
Una cultura de aversión al riesgo
La falta de voluntad para sufrir fallas en el proceso de desarrollo, según Hyten, está impidiendo que el ejército estadounidense compita adecuadamente con China y la contrarreste. Para solucionar eso, Hyten subrayó que la cultura actual de aversión al riesgo debería eliminarse.
«Tenemos que entender el riesgo y el desarrollo», dijo Hyten.
“El fracaso es solo una parte del proceso de aprendizaje y si quieres volver a hacerlo rápido, es mejor que descubras cómo volver a poner rapidez en todo nuevamente, y eso significa correr riesgos, y eso significa aprender de los fracasos, y eso significa fallar y avanzar rápido.»
«Pero no lo hemos hecho», agregó Hyten. «Es mejor que este país haga eso o, eventualmente, a pesar de que están atrasados, China nos pasará».
Hyten señaló que, debido a la combinación de burocracia y aversión al riesgo en el Pentágono, el departamento estaba luchando por crear tecnologías cuando eran necesarias. Lo que lleva años en el Pentágono, dijo Hyten, lleva seis meses en el sector privado.
Una extraña ramificación de esta situación, señaló Hyten, es la excesiva confidencialidad de las tecnologías militares.
Los líderes militares, quienes desconfían de la burocracia y la interferencia política, han decidido poner bajo confidencialidad la mayor cantidad posible de sus proyectos porque menos personas con acceso al proyecto significan menos personas que pueden retrasarlo, dijo Hyten.
«Estamos muy sobre-clasificados en lo que hacemos», dijo Hyten. «Muy sobreclasificados».
Irónicamente, el impulso de poner esto bajo confidencialidad como un medio para acelerar el desarrollo podría tener el efecto de debilitar la seguridad nacional a largo plazo, dijo. Esto se debe a que la ofuscación de las tecnologías militares impide que Estados Unidos demuestre adecuadamente su fuerza ante posibles adversarios, socavando su capacidad para disuadir con éxito los conflictos.
«¿Cómo esperas disuadir a todos si mantienes todo en secreto?», dijo Hyten. «El último elemento de disuasión, que no hacemos, es comunicarlo de manera creíble a nuestros adversarios».
«No puedes disuadir a tu adversario si todo es secreto», añadió.
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