“La Dama Gris guiñó el ojo”: Cómo el New York Times distorsiona y altera la historia

El autor desafía la creencia de que The New York Times es un modelo de periodismo confiable

Por Masooma Haq y Jan Jekielek
24 de diciembre de 2021 6:41 PM Actualizado: 24 de diciembre de 2021 6:41 PM

El periodista Ashley Rindsberg le dijo a The Epoch Times que su investigación ha descubierto que The New York Times permitió que muchos de sus reporteros clave presentaran historias distorsionadas, a veces incluso alterando la historia para beneficiar a los que estaban en el poder.

Rindsberg habló con Jan Jekielek, de “American Thought Leaders” (Líderes del Pensamiento Estadounidense), sobre su nuevo libro: «The Grey Lady Winked: How The New York Times’s Misreporting, Distortions, and Fabrications Alter Radically History» (La Dama Gris guiñó el ojo: Cómo las informaciones erróneas, las distorsiones y las invenciones del New York Times alteran radicalmente la historia).

El libro de Rindsberg desafía la creencia arraigada de que The New York Times es el modelo de periodismo confiable e integridad.

El autor critica a The New York Times por anteponer los beneficios al bienestar de las personas que vivían o viven bajo regímenes opresivos: «Ha sido a costa de la vida de la gente, como vimos en el caso de la hambruna de Ucrania, y también por el encubrimiento del Holocausto por parte de The New York Times, y su postura antiinmigración que adoptaron contra los judíos durante esos años».

El jefe de la oficina del New York Times en Moscú, Walter Duranty (1922-1936), fue aclamado por sus informes desde Rusia en ese momento, pero luego criticado a causa de sus datos erróneos, especialmente en el caso de la hambruna en Ucrania. Además, el jefe de la oficina del periódico en Berlín, Guido Enderis, era conocido por ser partidario de los nazis.

Rindsberg dijo que este tipo de alteración de la historia continúa hasta el presente, citando el proyecto 1619 publicado por The New York Times en 2019. La página web del Times afirma que la versión de la historia del Proyecto 1619 tiene como objetivo “replantear la historia del país colocando las consecuencias de la esclavitud y las contribuciones de los estadounidenses negros en el centro mismo de nuestra narrativa nacional”.

Rindsberg dijo que The Times tiene el poder de influir en lo que el público cree que es cierto y lo que eligieron publicar puede alterar la historia.

“Ese es el hilo conductor allí, sean cuales sean las simpatías, el Times está dispuesto a permitir que las simpatías se arraiguen. Y lo estamos viendo ahora mismo, con el Proyecto 1619, y está cultura woke radical en la sala de redacción”, dijo Rindsberg. “Que Nicole Hannah Jones, la creadora del Proyecto 1619, escriba en su ensayo, en ese número de la revista, que la Guerra Revolucionaria se libró para preservar la esclavitud es simplemente falso. No hay evidencia histórica que lo respalde en absoluto».

El Proyecto 1619 ha sido ampliamente criticado por los estudiosos debido a sus inexactitudes históricas y a la alteración de los hechos históricos.

“Fue una afirmación que The New York Times en realidad verificó con un profesor de Historia Afroamericana en la Universidad Northwestern, quien les dijo que no es una afirmación que puedan hacer, es falsa. Está mal y lo hicieron de todos modos. La clave aquí es entender que los errores, las equivocaciones y las falsedades no fueron un problema para The New York Times, no corrigieron las más grandes. Intentaron defenderlas, dejaron a la mayoría de ellas allí”, dijo Rindsberg.

“Lo que realmente comienzas a entender es que esas falsedades eran el punto, si estás tratando de cambiar la historia, literalmente tienes que cambiarla, y eso es exactamente lo que hace el proyecto. Literalmente cambia la historia, sin ningún fundamento, sin evidencia, de una manera no académica”, continuó Rindsberg.

Jekielek señaló el hecho de que, en las últimas dos décadas, The New York Times ha hecho poca cobertura de los continuos abusos del Partido Comunista Chino (PCCh) a los derechos humanos de grandes grupos espirituales y religiosos como Falun Gong y los uigures.

Rindsberg dijo que los jefes de los grandes medios corporativos como The New York Times se alinean con la agenda del PCCh principalmente con fines de lucro.

“Pero creo que, desde arriba, donde está la cultura en el periódico, donde se establece la guía editorial, es absolutamente necesario que exista esa consideración. Ya lo descubrieron por las malas, cuando chocaron contra China, el Gran Cortafuegos como se llama proverbialmente, cuando fueron bloqueados, creo que, en 2011, 2012”, dijo Rindsberg.

«Y ahora están tratando de volver a entrar, siguen manteniendo una edición china del periódico. Y de nuevo, al igual que con Falun Gong, y los uigures, es exactamente el mismo patrón que estamos viendo ahora ¿Dónde están los informes? ¿Dónde están los artículos de opinión? ¿Dónde están los editoriales?»

The Epoch Times se acercó a The New York Times para comentar sobre los hallazgos de Rindsberg, pero no recibió una respuesta en el momento de la publicación.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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