La demanda de armas en Estados Unidos siguió alta en julio, no obstante las comprobaciones generales de antecedentes relacionados con las armas disminuyeron.
El mes pasado solo se realizaron 2.8 millones de comprobaciones de antecedentes, lo que supone un descenso de aproximadamente el cinco por ciento respecto a junio, el 39 por ciento respecto a marzo, el mes más alto de la historia, y el 20 por ciento respecto a julio de 2020.
Eso es según los datos del Sistema Nacional de Comprobación Instantánea de Antecedentes Penales gestionado por el FBI, establecido por una ley federal de 1993.
Este fue el quinto mes consecutivo que presenta una reducción en el número de las comprobaciones de antecedentes en general.
La demanda de armas y sus artículos relacionados se dispararon en 2020 cuando los gobernadores impusieron duras medidas en un intento de frenar la propagación del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), causante de COVID-19, y se produjeron disturbios en ciudades de todo Estados Unidos.
La demanda se mantuvo durante el presente año antes de comenzar a descender después de alcanzar el máximo de marzo.
Aun así, la demanda de armas sigue siendo alta, según las cifras ajustadas de la National Sports Shooting Foundation (NSSF).
La NSSF, un grupo comercial de la industria de las armas de fuego, desglosa las cifras de comprobación de antecedentes del FBI por separado de las comprobaciones realizadas solo para la venta de armas.
La NSSF dijo que en julio se realizaron casi 1.3 millones de comprobaciones de venta de un arma, lo que supuso un descenso del 30 por ciento en comparación con la cifra ajustada de 1.8 millones de julio de 2020, pero un ligero aumento con respecto a junio, cuando se realizaron 1.27 millones de comprobaciones, al mismo tiempo que fue inferior a la cifra ajustada de mayo, de 1.32 millones.
Eso significa que en lo que va de año se realizaron unos 11 millones de controles de armas, después de los 21 millones de controles en 2020.
«El verano es normalmente una parte del año en la que las ventas de armas de fuego disminuyen, pero las cifras de julio desafían esa tendencia. Los estadounidenses siguen comprando armas y lo hacen en cantidades superiores a las de años anteriores y a un ritmo que habría sido imprevisible dos o tres años atrás», dijo Mark Olivia, portavoz del grupo NSSF, en una declaración.
«Los factores que siguen impulsando las ventas son, sin duda, la preocupación por la seguridad personal, junto con las insinuaciones del gobierno de Biden de aplicar un estricto programa de control de armas. Esas medidas incluyen la propuesta de prohibir las pistolas AR equipadas con abrazaderas, la propuesta de redefinir la cubierta o recibidor y regular la capacidad de los estadounidenses respetuosos de la ley de construir sus propias armas de fuego en el hogar para uso personal, y el nombramiento de David Chipman como director de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos», añadió el portavoz.
El nombramiento de Chipman, defensor del control de armas de la organización Giffords, resultó controvertido y ha suscitado una firme oposición de los republicanos del Senado.
«David Chipman es un extremista antiarmas que politizaría una de las mayores agencias del mundo, la ATF. De ser confirmado, sería el director más radicalmente antiarmas de la historia de la ATF», dijo el senador John Barrasso (R-Wyo.) en el pleno del Senado esta semana.
Pero la Casa Blanca defendió el nombramiento, incluso en medio de la duda de que obtenga suficientes votos en la cámara alta.
«Estamos decepcionados por el hecho de que muchos republicanos se muevan al unísono para tratar de frenar su nombramiento y maniatar a la principal agencia federal de aplicación de la ley encargada de luchar contra los delitos con armas de fuego. Esto dice mucho de su total rechazo a abordar el aumento de la delincuencia que hemos visto en los últimos 18 meses», dijo el miércoles la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a los periodistas en Washington.
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