La Policía española y el Ejército colombiano, en una operación pionera, desmantelaron dos laboratorios de cocaína dirigidos por exmiembros de las FARC, uno en un pequeño pueblo del centro de España y otro en la selva colombiana de Tolima, con los que pretendían establecer una vía de elaboración de esa droga a gran escala.
La organización desarticulada y los dos laboratorios tenían capacidad para procesar hasta dos toneladas de cocaína al mes, explicó este martes el jefe policial español Antonio Duarte.
El jefe de la red – un disidente de las FARC -, su lugarteniente y otras siete personas, todas de nacionalidad colombiana, fueron arrestadas en Casasbuenas, pequeña localidad a unos 100 kilómetros al sur de Madrid, donde trabajaban cuatro «cocineros», venidos expresamente de Colombia para realizar el proceso de extracción de la coca base y su posterior transformación en cocaína para consumo.
En los últimos años las operaciones policiales contra el narcotráfico y, concretamente, contra laboratorios de procesamiento se incrementaron debido a la «sobreproducción» de droga en Colombia, a la que las organizaciones deben dar salida, explicó Duarte.
En el laboratorio de Casasbuenas se intervinieron 150 kilogramos de coca base, 7 kilogramos de cocaína lista para su distribución, 7 toneladas de productos químicos utilizados como precursores, un revolver y más de 100,000 euros (unos 110,000 dólares) en efectivo.
La organización tenía también un centro de adulteración y corte de la droga y dos domicilios a nombre del jefe de la red y su lugarteniente, empleados como pisos de seguridad.
En el caso del laboratorio desmantelado en Tolima, el Ejército colombiano no logró detener a ninguno de sus miembros, que recibieron armados a los militares y consiguieron huir.
En este punto se intervinieron 260 litros de base de coca en proceso, 400 kilogramos de hoja de coca, útiles para el procesamiento, miles de litros de diferentes precursores como ácido sulfúrico, gasolina, cloro, amoníaco, sosa cáustica, entre otros.
Este laboratorio, con una capacidad para elaborar 1500 kilos de cocaína al mes, fue destruido para evitar que siguiese con su actividad ilícita.
La investigación se centra sobre el Frente 21 de las disidencias de las FARC que controla la zona de Tolima, ya que esta organización criminal enviaba cocaína en barcos y contenedores hacia Centroamérica, EE.UU. y Europa.
Las pesquisas en España sobre esta organización comenzaron a principios de año, cuando agentes de policía supieron que una red de narcotraficantes pretendía crear en España una compleja infraestructura para recibir cocaína desde Colombia y después, a través de un gran laboratorio clandestino, extraer la pasta base y elaborar cocaína lista para el consumo.
Durante la investigación, los agentes averiguaron que un ciudadano español ponía a disposición de la organización sus empresas y a través de una de ellas importaba carbón de hulla desde Sudamérica, que venía impregnado con la sustancia estupefaciente.
Ya en España, la cocaína era recuperada en el laboratorio clandestino ahora desmantelado.
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