Los cursos sobre los principios básicos del marxismo y el maoísmo se encuentran entre las clases obligatorias que deben tomar los estudiantes universitarios de toda China. Para el Partido Comunista Chino (PCCh), las mismas ayudan a consolidar su régimen autoritario. Debido a ello, bajo la presidencia del líder Xi Jinping, las instituciones de educación superior están reforzando los equipos conformados por profesores de teoría ideológica y política y ampliando los cursos obligatorios de adoctrinamiento ideológico. La asistencia es obligatoria, y no tomarlos puede traer como consecuencia ser colocado en la lista negra del Estado.
No obstante, numerosos estudiantes piensan que tales cursos son una pérdida de tiempo; pero solo pueden expresar su insatisfacción en privado por temor a las represalias de las autoridades.
«Antes de cada semestre, la universidad siempre nos exige nuevos libros sobre la historia del PCCh y las revoluciones ‘rojas’, y nos vemos obligados a pagar por ellos», le dijo a Bitter Winter un estudiante del Instituto Técnico de Medicina Tradicional China de la Universidad Jiangxi.
En octubre del año pasado, la universidad efectuó cambios en el proceso de examen de los cursos de teoría ideológica y política. Según el aviso emitido por la misma, los estudiantes deben realizar exámenes a libro cerrado sobre los principios básicos del marxismo, el maoísmo y la teoría del socialismo con características chinas. Quienes no aprueben estos exámenes no recibirán el diploma de graduación.
«Se está volviendo mucho más difícil que en el pasado. Los requisitos gubernamentales en lo que respecta a este campo son cada vez más rigurosos”, afirmó otro estudiante de la universidad. El mismo toma seis clases semanales para su especialidad en medicina más cuatro sobre ideología y teoría política. “Como estudio medicina, se supone que debo aprender más sobre este campo, y no sobre política. El plan de estudios de la universidad me deja sin palabras», añadió el estudiante.
En la Conferencia Nacional sobre Trabajo Ideológico y Político en Colegios y Universidades celebrada en diciembre de 2016, Xi Jinping enfatizó que el éxito en este campo tiene que ver con qué tipo de talentos, cómo y para qué las universidades están cultivando a los jóvenes. En respuesta, los colegios y universidades de todo el país están intensificando la educación ideológica y política, esforzándose por convertir a las instituciones de educación superior en baluartes del PCCh.
La Universidad Agrícola de Jiangxi también emitió órdenes en las que se exige que todos los estudiantes trabajen más arduamente en el estudio de los principios del comunismo y el socialismo. Para motivarlos, la misma promete aumentarles los puntajes de los exámenes finales a aquellos estudiantes que «elaboren presentaciones sobre el tema» o «compartan su comprensión durante las clases».
Esta atractiva propuesta no parece aumentar el interés de los estudiantes por el marxismo y el leninismo.
«Este curso tiene como objetivo promover ‘la grandeza del marxismo’ y enseñarnos sobre ‘la rectitud de la ideología del PCCh’ para que sigamos de cerca los pasos del Partido. Cada clase dura 90 minutos y para mí no es más que una tortura”, afirmó un estudiante de la universidad. “La universidad también sanciona a quienes no participan activamente en estas clases. El profesor nos exige asistir a cada clase, amenazándonos con deducir dos puntos del puntaje de los exámenes finales si no lo hacemos. En los demás cursos no se aplican reglas tan estrictas».
Desde el año 2018, la universidad les ha estado exigiendo a todos los estudiantes y profesores que tomen un curso en línea denominado «Los jóvenes estudian a Xi» utilizando el sitio de mensajería WeChat. El curso incluye temas tales como la historia del PCCh y el pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas. Aquellos que se nieguen a tomar esta clase recibirán una calificación negativa.
«El curso titulado ‘Los jóvenes estudian a Xi’ es excepcionalmente aburrido. Los estudiantes no quieren estudiarlo. Es una pérdida de tiempo, pero nos vemos obligados a tomar cada clase», se quejó un estudiante de la Universidad Agrícola de Jiangxi.
Además de eso, en un plazo de dos años, los estudiantes de la universidad deben acumular dos créditos participando en actividades temáticas, como, por ejemplo, visitas a las llamadas «bases educativas rojas«. Las mismas también forman parte de la educación ideológica y política obligatoria, y la participación en una de esas actividades ayuda a obtener 0,02 de un punto de crédito. A los que fracasen no se les entregará el diploma de graduación.
Los profesores son presionados para asegurarse de que se les imponga el adoctrinamiento ideológico adecuado a sus estudiantes. «Tenemos que enseñar de acuerdo con los requisitos establecidos, y si no promovemos el patriotismo durante las clases, seremos acusados de fallar en nuestro trabajo y se nos deducirá una parte de nuestro salario», reveló un profesor que enseña teoría ideológica y política en un universidad de la ciudad de Nanchang, en Jiangxi.
Este artículo fue publicado originalmente en Bitter Winter, una publicación sobre libertad religiosa y derechos humanos en China.
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