El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió recientemente una advertencia de viaje para los ciudadanos estadounidenses que viajen entre la República Dominicana y Haití tras anunciarse el cierre de la frontera la semana pasada.
En un boletín, la embajada estadounidense emitió una «alerta de seguridad» en la que decía que el cierre significaría que los ciudadanos estadounidenses «que tengan previsto salir de Haití hacia la República Dominicana a partir del 14 de septiembre no podrán hacerlo y tendrán que hacer otros preparativos». Advirtió que la embajada, mientras tanto, «no puede facilitar la entrada en la República Dominicana a través de un paso fronterizo cerrado».
«Los vuelos desde Haití a Estados Unidos y a otros destinos distintos de la República Dominicana siguen operando con normalidad», afirmaba el boletín.
Varias semanas antes, el Departamento de Estado advirtió a los estadounidenses que abandonaran Haití «inmediatamente» debido al deterioro de la situación de seguridad en el país, ya que las bandas criminales se han apoderado de amplias zonas. Citó como motivo de la advertencia «los secuestros, la delincuencia, los disturbios civiles y la deficiente infraestructura sanitaria».
El 27 de julio, el Departamento de Estado ordenó la salida de los familiares de los empleados del gobierno y de los funcionarios que no estuvieran en situación de emergencia, según el boletín.
El lunes, el presidente dominicano, Luis Abinader, dijo en un discurso televisado que el cierre de la frontera con Haití comenzó el viernes pasado y se mantendrá. Su decisión de cerrar el tráfico aéreo, marítimo y terrestre se debió a una disputa sobre la construcción de un canal dirigido a un río que atraviesa ambos países.
Se ha dicho que la construcción del canal pretende utilizar el agua del río Masacre para paliar una sequía en Haití. Pero el Sr. Abinader sugirió que los miembros de importantes pandillas de Haití intentan robar el agua.
«No deseamos ni buscamos la confrontación, pero nos enfrentamos a los incontrolables que mantienen inseguro a Haití y que, debido a sus intereses privados, ahora también conspiran contra la estabilidad de su gobierno y la seguridad de nuestros recursos hídricos», dijo el Sr. Abinader durante su breve discurso, refiriéndose a la violencia de las bandas que ha asolado Haití.
Acusando a Haití de violar un tratado de 1929 entre ambos países, dijo que el río Masacre es un recurso clave para los agricultores dominicanos y que la construcción podría dañar el medio ambiente, incluido un humedal.
«El precedente de un proyecto de irrigación construido unilateralmente puede llevar a una escalada de construcciones que destruirían el río», dijo el presidente el lunes.
El cierre total de la frontera se produjo cuatro días después de que el Sr. Abinader anunciara que su administración había dejado de expedir visados a los haitianos y había cerrado la frontera cerca de la ciudad septentrional de Dajabon. Dijo que era importante sensibilizar a la comunidad internacional para que acuda en ayuda de Haití.
«No hay solución dominicana al problema de Haití», declaró. «No se nos puede pedir más de lo que ya hacemos».
Un portavoz de la oficina del primer ministro de Haití no quiso hacer comentarios el domingo y se remitió a una declaración del viernes en la que condenaba la decisión de la República Dominicana de cerrar todas las fronteras mientras ambas partes se reunían para encontrar una solución. El gobierno de Haití ha dicho que apoya el proyecto del canal.
Mientras asistía a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, a Abinader se le preguntó por la situación fronteriza. Dijo que el cierre se inició para proteger a su país contra las bandas criminales armadas de Haití, considerado el país más pobre del hemisferio occidental.
«Lo que estamos haciendo es proteger a nuestro país de las bandas y las pandillas que hay en parte del territorio, del extremismo político que no respeta ni siquiera al gobierno haitiano», dijo, reportó el Miami Herald. «Como presidente de la República Dominicana, tengo que proteger a nuestro país y espero… que detengan la construcción del canal y podamos tener una solución».
Explicando, el presidente dijo que la situación de Haití «no es normal» porque el gobierno «no puede controlar … el 70 por ciento del territorio». Y añadió: «No tienes ni siquiera una persona con la que hablar a la que puedas transmitir y decir: ‘Tenemos este desacuerdo. Tenemos este desarrollo'», refiriéndose a la inestabilidad del país.
Haití también ha solicitado ayuda para sofocar el aumento de la violencia de las pandillas, y Estados Unidos ha dicho que presentaría una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizaría la oferta de Kenia de dirigir una fuerza policial multinacional. Todavía no se ha presentado ninguna resolución ni se ha facilitado ningún calendario.
Pero un alto dirigente de una pandilla haitiana, Jimmy «Barbecue» Cherizer, declaró a los medios de comunicación que lucharía contra cualquier fuerza extranjera que se desplegara en el país caribeño.
«Lucharemos contra ellos hasta nuestro último aliento», declaró durante una conferencia de prensa el mes pasado. «Será una lucha del pueblo haitiano para salvar la dignidad de nuestro país».
El país inició su descenso hacia el caos y la anarquía tras el asesinato de su expresidente, Jovenel Moise, en julio de 2021. Tres haitiano-estadounidenses y un colombiano fueron acusados en el caso.
Con información de The Associated Press.
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