Europa, que actualmente se tambalea bajo una crisis energética, podría experimentar la escasez de gas en invierno durante otros tres años como mínimo, según Ed Morse, jefe global de investigación de materias primas de Citigroup Inc.
«Será en algún momento entre 2025 y 2027 cuando veamos que los precios en Europa vuelven a estar como a principios de 2021», dijo Morse en una entrevista con Bloomberg, al mismo tiempo que señaló que la capacidad de exportación de GNL no «crece de la noche a la mañana». La actual crisis energética de Europa se ha desencadenado porque Rusia ha frenado sus entregas de gas natural a la región como represalia por las sanciones impuestas a Moscú por invadir Ucrania.
Con la disminución de las importaciones de gas ruso, es probable que las reservas se agoten más rápidamente en el próximo invierno. Esto hará que preparar las reservas de gas para los próximos inviernos sea una tarea aún más difícil.
Según Niek Den Hollander, director comercial del gigante energético alemán Uniper SE, es posible que muchos países europeos no puedan llenar sus depósitos de gas el próximo verano en la medida en que lo han hecho este año, lo que supondrá un problema el próximo invierno.
Los ministros de Energía europeos tienen previsto reunirse el viernes para debatir la crisis energética de la región, incluyendo medidas para controlar los costes, topes en los precios del gas natural e incluso la suspensión de la negociación de derivados en el sector eléctrico.
La agencia de calificación Fitch espera que el plan de la Unión Europea de potenciar el suministro de gas alternativo y reducir el uso del gas en un 15% en 2023 ayude a evitar la escasez aguda en el continente.
Sin embargo, la situación de la oferta y la demanda de gas en invierno en la UE sigue estando plagada de varias incertidumbres, como la guerra en Ucrania, los suministros de GNL y las temperaturas, añadió.
Preocupaciones financieras
La crisis de suministro de gas y el consiguiente aumento de precios están ejerciendo presión financiera sobre la economía europea. El lunes, el contrato de gas holandés TTF de octubre subió a 272 euros por megavatio/hora después de que Rusia anunciara que uno de sus gasoductos que abastecen a Europa permanecería cerrado indefinidamente. La subida fue de alrededor del 400% respecto a hace un año.
Las empresas europeas solicitan ahora al menos 1.5 billones de euros de liquidez pública para cubrir sus márgenes.
Las empresas energéticas suelen exigir a las compañías el pago de un depósito de margen antes de suministrar energía. Con la reducción del suministro de gas, el precio del depósito mínimo se ha disparado, poniendo a muchas empresas en una situación financiera difícil.
«Esto ha tenido los ingredientes para una especie de Lehman Brothers de la industria energética», dijo el Ministro de Asuntos Económicos de Finlandia, Mika Lintila, refiriéndose al plan de 1.5 billones para financiar a las compañías eléctricas.
Italia, que depende de las importaciones para tres cuartas partes de su consumo de energía, va a experimentar un aumento de los costes de importación de energía de más del doble en 2022, según advirtió recientemente el ministro de Economía del país.
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