La diáspora venezolana aumenta cada año, miles salen de su país natal para buscar nuevas oportunidades de empleo y poder enviar ayuda a sus familias que se quedan esperando las remesas con las que aspiran a sobrellevar la situación.
De hecho, el envío de remesas es la segunda mayor fuente de ingresos en Venezuela, después del petróleo.
Un reporte publicado el 15 de mayo por el Diálogo Interamericano, un centro de estudios políticos con sede en Washington, calcula que el envío de remesas de venezolanos a su país beneficia directamente a más de 2 millones de hogares, lo que equivale al 35% del total en toda la nación.
Sin embargo, debido a la crisis macroeconómica, los controles de divisas extranjeras han asumido cualquier criterio básico para regular las transferencias de dinero y se han convertido en el factor principal que determina cómo (y si) las empresas de transferencia de dinero operan en el país.
“Bajo la administración de Maduro, el entorno cambiario, cada vez más restrictivo, obligó a los compradores y vendedores a utilizar mercados paralelos, oficiales y no oficiales que ofrecen tasas menos favorables”, indica el informe.
Agrega que una de las consecuencias fue que los operadores de transferencias de dinero no pudieron ofrecer pagos atractivos de remesas en moneda local o dólares estadounidenses.
Pero, en 2019, la administración del líder socialista Nicolás Maduro introdujo cambios que permitieron a los bancos locales y casas de cambio realizar más operaciones de cambio.
“Esto ha resultado en un aumento tanto en el número de compañías de transferencia de dinero que ingresan al país como en las entidades de pago que ofrecen servicios de pago”, añade el estudio.
Este cambio, indican, permitirá que, a corto plazo, haya un aumento en la cantidad de remesas enviadas a Venezuela. “Encontramos que estos flujos crecerán considerablemente en el futuro cercano y harán una contribución importante a las necesidades de los hogares del país”, dicen.
Sin embargo, advierten que a pesar del significativo aumento, no es comparable al envío de remesas o transferencias que se hacen en otros países de la región, y esto se debe, “a la falta de sistemas de pago vigentes, la falta de acceso regular a un operador de dinero confiable y al hecho de que el dinero no es tan práctico como los bienes en especie».
De acuerdo al informe, que estudió el flujo de remesas de venezolanos desde seis países del mundo: Colombia, Chile, Panamá, Costa Rica, Estados Unidos y España, el país de donde más dinero envían, en términos de cantidad, es Estados Unidos.
Los venezolanos residentes en Estados Unidos transfieren un promedio de 300 dólares al mes, seguido de Panamá en donde el promedio de dinero enviado es de 214 dólares mensuales.
El más bajo es Colombia, en donde los venezolanos residentes solamente pueden enviar un promedio de 40 dólares al mes a sus familias.
Según el informe, en el año 2019, se enviaron remesas a Venezuela por un monto de 3,115,900,211, un dato basado en encuestas realizadas a migrantes venezolanos y casas de envío.
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