El 16 de mayo, los organismos reguladores estadounidenses anunciaron que iban a relajar las restricciones a las importaciones de fórmulas infantiles para ayudar a aliviar la escasez de este producto, derivada del cierre de una importante planta tres meses antes.
El ajuste de la normativa permite a los organismos reguladores autorizar la importación de fórmulas infantiles procedentes del extranjero, siempre que cumplan ciertos requisitos de seguridad y nutrición.
Los distribuidores que normalmente no venden fórmulas infantiles en Estados Unidos deberían considerar la posibilidad de solicitarlas conforme a las normas simplificadas, dijo el Dr. Robert Califf, jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
«Animo encarecidamente a todos los que fabrican o podrían fabricar productos de fórmula infantil de forma rápida y segura, incluidos los que no venden actualmente en EE. UU., a que nos ayuden a aumentar el suministro de productos, que pueden ser la única fuente de nutrición para muchos bebés», dijo Califf en una llamada con periodistas.
La agencia tiene previsto dar prioridad a las solicitudes de las empresas que tengan el mayor volumen disponible y puedan cumplir los requisitos de seguridad y nutrición mientras los reguladores intentan solucionar la escasez de suministro de leche de fórmula.
Los ejecutivos de las empresas que crean que pueden cumplir los requisitos de la FDA podrán hablar con los reguladores sobre los requisitos. Es preferible que el etiquetado esté en inglés y que se indiquen los alérgenos.
«No estamos exigiendo ningún reetiquetado. Lo que pedimos a las empresas es que se dirijan a nosotros con la información de que disponen sobre el producto que tienen, cuál es el etiquetado, cuál es el valor nutricional, sobre el historial de inspecciones de sus instalaciones de fabricación… y luego nuestro objetivo es tratar de identificar las que son más prioritarias para nosotros e identificar las empresas que podrían traer productos seguros y nutricionalmente adecuados más rápidamente», dijo Susan Mayne, directora del Centro de Seguridad Alimentaria y Nutrición Aplicada de la FDA.
Es probable que se necesiten semanas para que los preparados importados lleguen a las estanterías de Estados Unidos, según las autoridades. La administración considera que la flexibilización de las restricciones es una medida temporal hasta que se estabilice la cadena de suministro normal —el 98% de la leche de fórmula que se vende en Estados Unidos suele producirse en el país.
La orientación estará vigente durante 180 días.
La medida «es algo que nos ayuda a atravesar este periodo», dijo Califf, aunque podría dar lugar a algunos cambios más adelante, ya que las autoridades están considerando si las importaciones deben desempeñar un papel más importante en el mercado.
Las autoridades también esperan que las empresas que producen leche de fórmula en Estados Unidos para la exportación decidan vender el producto en el mercado nacional después de ver las nuevas flexibilidades temporales.
La escasez se deriva del cierre de una planta de Abbott Nutrition en Sturgis (Michigan) en febrero, meses después de que un denunciante alertara a los funcionarios federales de los problemas existentes en la misma.
La planta fue investigada por su relación con las infecciones por Cronobacter en bebés. Las muestras recogidas en las instalaciones detectaron la bacteria, según una denuncia presentada por los fiscales estadounidenses esta semana, y las inspecciones revelaron condiciones deficientes. Pero no se detectó ninguna de las bacterias en la propia fórmula, y Abbott dice que no hay pruebas que conecten su fórmula con las enfermedades de los bebés.
La planta podría reabrirse en las próximas semanas, aunque Abbott ha dicho que su producto tardará hasta dos meses en llegar a los estantes de las tiendas después de que se reanude la producción.
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