Abbott Laboratories, el productor de leche de fórmula para bebés en el centro de una escasez nacional, declaró el 16 de mayo que llegó a un acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) para reabrir su planta en Sturgis, Michigan, después de haber sido objeto de una investigación federal por presunta contaminación bacteriana.
La empresa advirtió, sin embargo, que podrían pasar entre seis y ocho semanas desde el inicio de la producción hasta que los productos de leche empiecen a aparecer en las estanterías de los supermercados de todo Estados Unidos, mientras los padres se enfrentan a la escasez.
El acuerdo entre la FDA y Abbott, por su parte, se denomina decreto de consentimiento, lo que significa que está sujeto a la aprobación del tribunal, según Abbott.
«Este es un paso importante hacia la reapertura de nuestras instalaciones de Sturgis para poder aliviar la escasez de leche de fórmula en todo el país», dijo el director ejecutivo de Abbott, Robert Ford, en un comunicado. «Esperamos trabajar con la FDA para reabrir la instalación de forma rápida y segura».
Añadió que «sabemos que millones de padres y cuidadores dependen de nosotros y lamentamos profundamente que nuestra retirada voluntaria haya empeorado la escasez de fórmulas en todo el país» y que «trabajaremos duro para volver a ganar la confianza que las madres, padres y cuidadores han depositado en nuestras fórmulas durante más de 50 años».
Más del 40% de los productos de leche de fórmula para bebés se han agotado en todo Estados Unidos durante la semana que terminó el 8 de mayo, según declaró la empresa de análisis Datassembly. La escasez de suministros fue causada, en parte, por el cierre de la planta de Sturgis después de que cuatro bebés que presuntamente consumieron fórmulas hechas en la instalación enfermaran con un tipo de infección bacteriana, incluyendo dos muertes.
Funcionarios de la FDA dijeron que encontraron la presencia de la bacteria Cronobacter sakazakii en la planta de Abbott, aunque la empresa sugirió la semana pasada en un comunicado que la bacteria no estaba relacionada con los niños enfermos y las muertes. En febrero, Abbott, el mayor fabricante de leche de fórmula para bebés de Estados Unidos, detuvo la producción y retiró varios tipos de leche de fórmula, incluida la marca más vendida, Similac.
El 16 de mayo, el comisionado de la FDA, Robert Califf, dijo en el programa «Today» que no espera que la escasez de leche de fórmula para bebés dure hasta finales de 2022, mientras que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que Estados Unidos está trabajando para importar más productos de fórmula para bebés de otros países mientras tanto.
En el comunicado del 16 de mayo, Abbott no detalló inmediatamente los términos de su acuerdo con la FDA.
«Ahora tenemos un camino a seguir», dijo Califf a «Today». «Abbott es responsable de los plazos, pero me siento muy cómodo con lo que han dicho sobre las dos semanas. … Eso está totalmente dentro de lo posible y creo que es bastante probable».
A partir de la semana pasada, los republicanos han presionado cada vez más al gobierno de Biden para que tome medidas para aliviar la escasez, mientras que una legisladora de Florida dijo que recibió información y fotos que muestran que funcionarios federales enviaron productos de fórmula para bebés a un centro de detención de inmigrantes ilegales cerca de la frontera entre Texas y México.
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