La osteoartritis, que afecta a más de 32.5 millones de adultos en Estados Unidos, es una de las principales enfermedades incapacitantes y la forma más común de artritis. Afecta a las articulaciones, provocando desgaste, inflamación y dolor.
Este tipo de artritis afecta a cualquier articulación, incluidos el hueso, el cartílago, el ligamento y la membrana sinovial, el tejido que recubre la articulación. El cartílago es un tejido firme pero resbaladizo que amortigua la articulación, permitiendo su movimiento sin fricción.
Las articulaciones más afectadas por la osteoartritis son las manos, las rodillas, las caderas y la columna.
Cuando la osteoartritis afecta la columna o las caderas, se pueden formar espolones óseos y los discos, que están compuestos de cartílago, pueden estrecharse. En las rodillas deteriora el cartílago, provocando que los huesos rocen entre sí.
¿Cuáles son los primeros signos y síntomas de la osteoartritis?
La osteoartritis tiene síntomas que la distinguen de otros tipos de artritis. Los síntomas no surgen repentinamente; se desarrollan con el tiempo y pueden incluir los siguientes:
- – Dolor que ocurre con el movimiento de la articulación.
- – Rigidez que se produce después de un tiempo de inactividad.
- – Sensibilidad o malestar al tocar la articulación.
- – Inflexibilidad o pérdida del rango completo de movimiento.
- – Sensaciones chirriantes con el movimiento.
- – Espolones óseos, formaciones con exceso de hueso.
- – Hinchazón alrededor de la articulación.
- – Crepitación, chasquidos y crujidos cuando la articulación se mueve.
- – Debilidad de los músculos que rodean la articulación.
- – Pandeo, lo que hace que la articulación ceda.
Los síntomas pueden variar según la articulación.
El dolor es un síntoma común entre todas las articulaciones afectadas. En la osteoartritis de cadera, el dolor puede irradiarse a la ingle, el trasero o al interior de la rodilla o del muslo. El dolor en los pies generalmente ocurre en el dedo gordo.
La aparición gradual de los síntomas puede retrasar el diagnóstico. Los primeros signos pueden incluir dolores y molestias en las articulaciones, especialmente hacia el final del día o por la noche, rigidez y nuevos crujidos o chasquidos, a menudo en las rodillas.
¿Cuáles son las etapas de la osteoartritis?
La osteoartritis progresa en cuatro etapas. Algunas estadificaciones comienzan en la preosteoartritis (etapa 0) y terminan en la etapa 3; otros constan de las etapas 1 a 4. En última instancia, estas etapas conducen a un crecimiento excesivo de hueso para estabilizar la articulación. Las etapas incluyen lo siguiente:
– La etapa 0 es preosteoartrítica. Esta etapa puede durar años, ya que la artrosis es una enfermedad degenerativa lenta. Las personas no presentan síntomas durante esta etapa.
– La etapa 1 es cuando el cartílago comienza a descomponerse. Comienza con la sobreproducción de enzimas, lo que resulta en una degradación de la matriz del cartílago. En esta etapa es posible que se vean espolones óseos menores en las radiografías. El dolor es mínimo, con algo de rigidez.
– La etapa 2 es cuando el cartílago de la articulación comienza a deshilacharse y a dividirse. La división arroja pedazos al líquido sinovial y la articulación sufre daños estructurales. En esta etapa, la actividad regular puede causar dolor. El espacio entre las articulaciones comienza a reducirse.
– La etapa 3 es cuando inicia la respuesta inflamatoria crónica en la membrana sinovial. Las células inmunes sinoviales liberan múltiples proteínas inflamatorias que atacan directamente al cartílago. La inflamación es crónica en este punto, junto con dolor y rigidez constantes. Hay espolones óseos cada vez más prominentes.
¿Qué causa la osteoartritis?
La causa de la osteoartritis depende de su tipo. Hay dos tipos de osteoartritis: primaria y secundaria.
Primaria
La osteoartritis primaria, la más común de las dos, es el deterioro del cartílago de la articulación sin motivo aparente. Por lo general se atribuye a la edad y al desgaste a largo plazo.
El cuerpo de las personas sanas produce enzimas sintéticas y degradantes para mantener el volumen del cartílago.
En personas con osteoartritis, las enzimas degradantes se producen en exceso, lo que resulta en una degradación neta.
El deterioro del cartílago inicia la cascada de eventos de osteoartritis. Los extremos del hueso comienzan a engrosarse y endurecerse, formando espolones óseos que dificultan el movimiento de las articulaciones. Se pueden desprender trozos de hueso y cartílago, lo que provoca el crecimiento de quistes en el hueso.
La progresión de la osteoartritis suele ser lenta. Sin embargo, ciertos eventos pueden acelerar la progresión. Un factor que contribuye a la progresión más rápida de la osteoartritis son las anomalías musculoesqueléticas.
Secundaria
La osteoartritis secundaria es causada por otra afección. Una deformidad, infección, lesión u otra enfermedad puede provocar el deterioro del cartílago de la articulación.
Dado que los factores ambientales causan artritis secundaria, a veces pueden abordarse. Se pueden modificar la ocupación, la fuerza muscular, el peso y la dieta de una persona. Otros factores que necesitan una intervención más profesional incluyen el desequilibrio de las hormonas sexuales, la disminución de la densidad ósea y lesiones articulares previas. Todo esto puede conducir a una mala alineación.
La mala alineación es cuando el hueso o la articulación no se alinea. Los músculos sostienen la articulación ayudándola a mantenerse alineada. Los músculos débiles ya no sostienen la articulación y pueden provocar una mala alineación, lo que acelera la progresión de la osteoartritis. Recientemente existe evidencia de que corregir la mala alineación puede revertir algunos daños al cartílago.
¿Quién está en riesgo de sufrir osteoartritis?
Varios factores pueden ponerle en riesgo de sufrir osteoartritis. Aquellos que no puede cambiar incluyen los siguientes:
– Edad: el riesgo de osteoartritis aumenta con la edad. Más del 50 por ciento de las personas de 65 años o más tienen osteoartritis.
– Sexo: las mujeres tienen una probabilidad desproporcionadamente mayor de sufrir osteoartritis, pero se desconoce el motivo.
– Antecedentes familiares: aquellos con antecedentes familiares tienen más probabilidades de desarrollar osteoartritis.
– Genética: afecciones como el síndrome de Ehlers-Danlos pueden contribuir a la osteoartritis. Esta afección debilita el tejido conectivo y afecta así las articulaciones. Es incurable.
– Deformidades óseas: las personas que nacen con deformidades óseas tienen un mayor riesgo de osteoartritis.
– Ciertas enfermedades metabólicas: los trastornos metabólicos como la hemocromatosis (demasiado hierro en el cuerpo) pueden aumentar el riesgo de desarrollar osteoartritis.
– Raza: según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., algunas personas asiáticas pueden correr menos riesgo que otras.
Los factores modificables incluyen:
– Obesidad: la obesidad contribuye al desarrollo de osteoartritis al agregar estrés e inflamación a las articulaciones.
– Lesiones articulares: las lesiones deportivas o cualquier otra lesión articular, independientemente de hace cuánto tiempo ocurrieron, pueden aumentar las posibilidades de desarrollar osteoartritis.
– Ocupación y/o estrés repetitivo: el estrés repetido en una articulación o el movimiento repetitivo pueden aumentar el riesgo de osteoartritis.
Aunque la osteoartritis es más común entre las personas mayores, las personas más jóvenes que han tenido un desgarro del ligamento cruzado anterior o un menisco tienen mayor riesgo de desarrollar osteoartritis.
¿Cómo se diagnostica la osteoartritis?
El diagnóstico de la osteoartritis comienza con la autoevaluación y el seguimiento de los síntomas.
La autoevaluación es tan fácil como escribir un diario sobre cómo se siente, observar cómo se comportan sus articulaciones, cuándo ocurren los síntomas y cuánto duran. Compartir el diario con un profesional de la salud puede ayudarle a recibir un tratamiento personalizado y abordar los síntomas de manera temprana.
El dolor en las articulaciones es uno de los síntomas más comunes que lleva a las personas a consultar a su proveedor de atención primaria de salud. Puede esperar que el proveedor revise su historial de síntomas y realice un examen físico. El proveedor puede ordenar pruebas según su historial y hallazgos físicos para ayudar en el diagnóstico. Estas pueden incluir lo siguiente:
– Radiografías, que pueden mostrar cambios en el hueso causados por la osteoartritis u otro daño articular.
– Imágenes por resonancia magnética (MRI) para proporcionar una mejor visión del cartílago de la articulación y otros tejidos.
– Aspiración de líquido articular para identificar otras causas de dolor articular, como infección o gota.
– Análisis de sangre que descartan otras causas de los síntomas.
Después de consultar a su proveedor de atención primaria, es posible que consulte a otros especialistas según la progresión de la enfermedad y su plan de tratamiento.
¿Cuáles son las complicaciones de la osteoartritis?
La osteoartritis viene con muchas complicaciones, que incluyen:
- – Ansiedad y depresión.
- – Alteraciones del sueño debido al dolor.
- – Dificultad para hacer ejercicio, que puede afectar el peso y el bienestar.
Otras complicaciones de la osteoartritis surgen por diferentes motivos, como los efectos secundarios de los medicamentos y la movilidad reducida. Estas complicaciones incluyen las siguientes:
- – Sobrepeso y obesidad.
- – Diabetes.
- – Cardiopatía.
- – Colesterol alto.
- – Hipertensión.
- – Caídas.
- – Fracturas
- – Mareos por medicamentos para la osteoartritis.
- – Aislamiento social, que se traduce en peor calidad de vida.
¿Cuáles son los tratamientos para la osteoartritis?
Si bien se puede reducir el ritmo de progresión de la osteoartritis, el daño ya causado por la enfermedad no se puede revertir. En este punto, el control de los síntomas se convierte en el foco de atención.
A medida que conozca la respuesta de su cuerpo a la osteoartritis, descubrirá formas de ayudarlo a abordar sus síntomas. Educarse es el primer paso para comprender la osteoartritis y cómo controlar los síntomas.
Su proveedor de atención médica primaria también puede derivarlo a especialistas para crear su plan de tratamiento. Estos especialistas incluyen los siguientes:
– Los reumatólogos se centran en el tratamiento de la artritis y otras afecciones relacionadas con la artritis.
– Los dietistas pueden ayudarle a alcanzar sus objetivos nutricionales y de peso.
– Los enfermeros educadores pueden responder preguntas sobre cambios en el estilo de vida o cómo controlar los síntomas.
– Los fisioterapeutas ayudan a mejorar la función de las articulaciones y pueden enseñarle cómo hacer ejercicio, lo que le permitirá continuar la terapia en casa.
– Los terapeutas ocupacionales le enseñan cómo mover correctamente las articulaciones para protegerlas y minimizar el dolor.
– Los fisiatras pueden ser especialistas en física, medicina y rehabilitación que ayudan a supervisar los programas de ejercicio.
– Los quiroprácticos consideran la relación entre las estructuras del cuerpo. Su atención principal está en la columna.
– Los psicólogos pueden ayudar con las complicaciones de la osteoartritis que afectan su salud mental.
– Los cirujanos ortopédicos se especializan en el tratamiento quirúrgico de enfermedades de huesos y articulaciones. Es posible que no consulte a este especialista hasta que el estado de la enfermedad esté avanzado.
Trabajando en equipo, sus proveedores de atención organizan su plan de tratamiento, que puede incluir diferentes terapias. Estos pueden ser farmacológicos, no farmacológicos y quirúrgicos.
1. Tratamiento no farmacológico
El tratamiento no farmacológico de los síntomas de la osteoartritis implica terapias distintas a las farmacéuticas.
– Estilo de vida: estas modificaciones deben incluir estiramientos, una dieta nutritiva, pérdida de peso si es necesario y ejercicio. Los ejercicios deben incluir movimientos de fortalecimiento, rango de movimiento, aeróbicos, cardiovasculares y de equilibrio.
– Terapia física y ocupacional: los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales pueden ayudarlo a fortalecer y proteger sus articulaciones enseñándole ejercicios específicos para estabilizar las articulaciones para minimizar el dolor e instruirle sobre el movimiento articular adecuado.
– Dispositivos de asistencia: los dispositivos de asistencia pueden fortalecer las articulaciones débiles proporcionando apoyo externo. También pueden ayudar con la movilidad y la estabilidad al caminar. Los dispositivos de asistencia incluyen muletas, bastones, rodilleras y plantillas para zapatos.
2. Tratamiento farmacológico
Controlar la osteoartritis con medicamentos puede ser tan simple como tomar analgésicos de venta libre. Cuando los medicamentos de venta libre no son efectivos, los proveedores de atención médica pueden recetar otros medicamentos.
Medicamentos de venta libre
Los medicamentos de venta libre pueden ser analgésicos orales o cremas tópicas. Incluyen lo siguiente:
– Analgésicos: analgésicos que incluyen paracetamol.
– Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE): los AINE como el ibuprofeno y la aspirina alivian el dolor y la inflamación.
– Contrairritantes: las cremas tópicas como la lidocaína brindan efectos de calentamiento, enfriamiento o ligeramente irritantes para reducir la atención al área dolorida.
Los beneficios de las cremas tópicas requieren un uso regular. Estas cremas pueden tener efectos secundarios, como picazón, ardor y sarpullido. Debe dejar de usarlas y notificar a su proveedor de atención médica si experimenta algún efecto secundario.
Prescripción médica
Si los medicamentos de venta libre no son efectivos, su proveedor de atención médica puede recetarle los siguientes medicamentos:
– Corticosteroides, que son medicamentos antiinflamatorios.
– Antidepresivos como la duloxetina.
– Medicamentos anticonvulsivos como la pregabalina, que ahora está aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. (FDA) para el tratamiento de la osteoartritis. Es probable que su mecanismo se deba a su efecto sobre las vías centrales del dolor.
– Corticosteroides inyectables para la inflamación.
– Inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP), esta terapia no está aprobada por la FDA y las investigaciones sobre su eficacia son mixtas.
– Inyecciones de ácido hialurónico, el ácido hialurónico existe naturalmente en el cuerpo humano y ayuda a las células a retener la humedad. Si bien puede ofrecer alivio a personas con osteoartritis de leve a moderada, los resultados de su eficacia han sido controvertidos ( pdf ).
3. Tratamiento quirúrgico
Algunos tipos de cirugías pueden ayudar a tratar la osteoartritis, especialmente en casos graves. Las intervenciones quirúrgicas incluyen las siguientes:
– Reemplazo de articulaciones: cuando una articulación se daña demasiado, el dolor se vuelve intolerable y el movimiento se restringe; en este caso, puede ser necesario un reemplazo de articulación. El reemplazo de las articulaciones de la cadera y la rodilla tiene una tasa de éxito del 90 por ciento y la prótesis articular tiene una esperanza de vida de aproximadamente 10 a 15 años. Debido a esta corta vida útil, algunas personas pueden necesitar múltiples reemplazos de articulaciones.
– Artroscopia: la artroscopia implica insertar una cámara en una pequeña incisión para evaluar el daño articular. Las reparaciones también se pueden realizar de esta manera.
– Osteotomía: en una osteotomía, un cirujano corta hueso(s) y realinea la articulación. La osteotomía de una porción limitada de la rodilla ajusta la alineación de la articulación y elimina la presión del cartílago dañado.
¿Cómo afecta la mentalidad a la osteoartritis?
La salud mental y sus repercusiones pueden afectar la progresión de la osteoartritis e, inversamente, también puede ser una complicación de la osteoartritis.
Realizar las actividades diarias puede resultar difícil para las personas con osteoartritis, lo que genera una sensación de insuficiencia y pérdida. Estos sentimientos pueden empeorar y convertirse en depresión. En un estado depresivo, las personas pueden dejar de preocuparse por sí mismas y requerir la ayuda de otros. Las personas con artritis deben ser conscientes de su salud mental y buscar ayuda cuando sea necesario.
En un pequeño estudio de 94 personas con osteoartritis, más de la mitad (58,5 por ciento) tenía una condición de salud mental. Estas condiciones incluían:
- – Trastorno de síntomas somáticos.
- – Trastorno obsesivo compulsivo.
- – Depresión.
- – Ansiedad.
- – Agresión.
- – Fobia.
- – Psicosis paranoide.
Según el estudio, estas afecciones de salud mental combinadas con la osteoartritis tienden a aparecer con más frecuencia en personas menores de 40 años. Esto puede deberse a diagnósticos más recientes en ese grupo de edad, ya que los pacientes no han tenido tanto tiempo para aprender a manejar la afección. También podría ser que un diagnóstico de osteoartritis simplemente tenga un mayor costo mental en los pacientes más jóvenes.
La ansiedad y la depresión son complicaciones comunes de la osteoartritis. Las personas con estas afecciones pueden experimentar un dolor más intenso, tener más visitas al hospital, tomar más medicamentos y tener resultados menos favorables, lo que resulta en una menor calidad de vida.
Una perspectiva positiva puede aumentar la calidad de vida de las personas con osteoartritis. En lugar de centrarse en sus discapacidades, las personas positivas se centran en sus puntos fuertes, lo que les da una visión más precisa de sí mismos y de cómo pueden ser miembros activos de la comunidad.
¿Cuáles son los enfoques naturales para la osteoartritis?
Se pueden utilizar terapias complementarias y alternativas junto con los tratamientos recomendados por su proveedor de atención médica. Hable con su proveedor sobre qué es lo mejor para usted al considerar estas terapias.
Acupuntura
La acupuntura utiliza pequeñas agujas que se colocan en determinadas zonas para minimizar el dolor y otras afecciones. Algunas investigaciones muestran que la acupuntura puede ayudar con el dolor de la osteoartritis, especialmente en las rodillas. La razón por la que funciona no está clara, pero algunos investigadores creen que las agujas provocan la liberación de analgésicos naturales en el cuerpo.
Suplementos
Algunos suplementos dietéticos y a base de hierbas pueden controlar la osteoartritis. Los suplementos a base de hierbas no están regulados. Discuta su uso con un proveedor de atención médica antes de agregarlos a su rutina de tratamiento. Los suplementos utilizados para controlar la osteoartritis incluyen los siguientes:
– Glucosamina con sulfato de condroitina: este suplemento puede disminuir el dolor de la osteoartritis de rodilla con efectos secundarios mínimos. Sin embargo, evítelo si tiene alergia a los mariscos. Los diabéticos deben ser conscientes de que la glucosamina también puede aumentar el azúcar en sangre. No lo tome si está tomando medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios, ya que la condroitina puede interferir con estos. Un artículo publicado en Australian Prescriber afirma que la glucosamina tiene los mismos efectos que un placebo.
– Incienso (Boswellia serrata): este botánico tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antiartríticas. Una revisión sistemática y un metanálisis encontraron que el extracto de incienso mejoró el dolor, la rigidez y la función de las articulaciones después de un mes de uso. Otro estudio encontró que aumentaba la función física sin efectos secundarios graves.
– Curcumina: la curcumina, el compuesto bioactivo de la cúrcuma, tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes debido a que inhibe la producción de mediadores inflamatorios. Un estudio encontró que es más seguro y tiene menos efectos adversos que el AINE diclofenaco. También se demostró que reduce el dolor de rodilla con efectos secundarios mínimos.
– Aloe vera: una revisión en el British Journal of Community Nursing encontró que el aloe vera oral puede tratar eficazmente el dolor de la osteoartritis debido a sus efectos antiinflamatorios. También parece ayudar a prevenir la irritación gastrointestinal debido al uso de AINE.
– Aceite de pescado: el aceite de pescado contiene ácidos grasos antiinflamatorios que pueden ser beneficiosos para minimizar la inflamación de la osteoartritis.
– Vitamina D: entre otras cosas, la vitamina D favorece la salud de los huesos y los cartílagos.
– Vitamina K: esta vitamina ayuda a la formación de huesos. La deficiencia de vitamina K se ha asociado con la osteoartritis de rodilla.
– Capsaicina tópica: derivada de los chiles, esta crema puede aliviar el dolor de la osteoartritis. Asegúrese de lavarse las manos después de aplicarlo para no esparcirlo accidentalmente en áreas sensibles.
Terapias de calor y frío
La aplicación de calor o frío puede ayudar a aliviar la inflamación de una articulación y aliviar el dolor. El calor aumenta el flujo sanguíneo a la articulación, proporcionando nutrientes. También aumenta la tolerancia al dolor y mejora la flexibilidad.
La terapia de frío afecta los nervios alrededor de la articulación. Los adormece temporalmente, brindándoles alivio. También ayuda a aliviar la inflamación de las articulaciones.
Terapias Mente-Cuerpo
Otras formas de terapia pueden implicar el uso de la mente junto con el cuerpo para ayudar a aliviar los síntomas de la osteoartritis. Estos pueden incluir ejercicios o técnicas para calmarlo y relajarlo, como los siguientes:
- – Los grupos de apoyo pueden ofrecerle apoyo y ayudarle a afrontar la vida con osteoartritis.
- – La respiración profunda puede ayudarle a calmarse y aliviar la tensión.
- – La meditación implica técnicas de respiración y puede ayudar con la concentración y la relajación.
- – El yoga puede ayudarle a mantener la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio.
- – El Tai Chi, un arte marcial suave que implica movimientos meditativos, puede ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la amplitud de movimiento.
- – La musicoterapia puede ayudar a aliviar la ansiedad y la depresión.
¿Cómo puedo prevenir la osteoartritis?
La osteoartritis es el resultado del uso regular de las articulaciones. Con el tiempo, las articulaciones se desgastarán y se volverán artríticas. No se puede evitar por completo el desgaste causado por el uso de las articulaciones. Debemos utilizar nuestras articulaciones con regularidad para mantenerlas fuertes y mantener el resto de nuestro cuerpo lo más sano posible. Sin embargo, puede reducir la tensión en sus articulaciones.
Identifique cualquier factor de riesgo modificable que pueda tener y realice los siguientes cambios:
– Sea físicamente activo: como se mencionó, esto tiene muchos beneficios para la osteoartritis pero también puede ayudarlo a prevenir la afección.
– Pierda peso si tiene sobrepeso: esto es tremendamente útil. Los beneficios del control de peso para minimizar el riesgo de osteoartritis son los mismos que ayudan a las personas a vivir con ella.
– Asista a sus citas médicas periódicas: estar activo en su plan de tratamiento lo mantiene informado sobre los cambios y le permite compartir actualizaciones con su proveedor de atención médica.
– Consuma una dieta saludable: las verduras de hojas verdes son una buena fuente de vitamina K. El pescado azul como el salmón proporciona ácidos grasos omega-3. Los aceites de oliva deben reemplazar los aceites de semillas, como el maíz y el girasol, que pueden causar inflamación. Las frutas y verduras tienen un alto contenido de fibra y la fibra puede reducir la inflamación.
– Evite lesiones en las articulaciones: las acciones repetitivas y el estrés en las articulaciones pueden agravar el desgaste natural, poniéndolo en riesgo de osteoartritis.
Revisado médicamente por Beverly Timerding, MD.
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