Una personalidad de ESPN que apareció en «Dancing With The Stars» tuvo que superar muchas dificultades. En lugar de hacer las cosas normales que hace una niña de 11 años, estuvo atrapada en su propio cuerpo durante años.
Victoria Arlen, que nació trilliza junto a dos hermanos, pasó a un estado vegetativa a la edad de 11 años y luchó por su vida todo el tiempo.
«Yo era la niña que nunca se enfermaba», contó haciendo referencia a su estado de salud antes de que quedara «encerrada», según CNN. «La probabilidad de que yo fuera la que pasara por todo lo que pasé no estaba ni siquiera en el radar de nadie».
Arlen sintió dolor en el lado derecho del abdomen antes de perder una cantidad significativa de peso. Entonces, sus piernas dejaron de funcionar junto con sus habilidades motoras. Más tarde, su función cognitiva cesó.
El estado vegetativo duró cuatro años, dijo, contando que su familia aparentemente no sabía que ella estaba allí.
Compartió que en 2006, «era como un fantasma viviendo en el caparazón de un ser humano». Varios años más tarde, en enero de 2009, retomó la consciencia. En esos años, «todo» era «oscuro» y no podía recordar nada.
Cuando se despertó, se encontró dentro de un cuerpo que no podía mover.
«Los médicos tardaron tres años en diagnosticarme dos afecciones igualmente raras: Mielitis Transversa y Encefalomielitis Diseminada Aguda, trastornos autoinmunes que causaron inflamación en mi cerebro y médula espinal. Desde entonces he aprendido que, si mis médicos me hubieran diagnosticado correctamente en 2006, una inyección de esteroides podría haber evitado todo esto. Pero en el momento de mi diagnóstico, le ofrecieron a mi familia pocas esperanzas. Le dijeron que sería un vegetal por el resto de mi vida. Escuché esas conversaciones», escribió para ESPN.
«Estoy pensando y teniendo una conversación completa, y me doy cuenta que no puedo mover los ojos y que no puedo mover la cabeza. Y nadie me responde», contó a CNN.
Arlen dijo que podía escuchar las conversaciones entre los médicos y su familia, pero que no podía responder de ninguna manera.
«Los médicos eran más o menos como, eso es todo. No iba a lograrlo. Y si lo lograba, probablemente sería un vegetal el resto de mi vida», la citó diciendo CNN.
Pero la joven dijo que no se rindió.
«Tenía una gran vida y una familia que realmente quería ver [y] decidí que iba a luchar todos los días», escribió para Elle. «Creé una lista de cosas importantes y pasé mucho de mi tiempo preparándome para el momento en que me liberaría y estaría lista para hacer una diferencia. Hice una promesa a Dios y le dije: ‘Si me das una segunda oportunidad, usaré mi voz para cambiar el mundo y no perderé ni un solo momento’. Cada día es una bendición y no quería desperdiciarlo».
Para ocupar su tiempo, escribió guiones en su cabeza, practicó sus tablas de multiplicar y escuchó la televisión.
«Presté atención porque estaba convencida de que cuando regresara, no quería que me dejen afuera. … Iba de 11 a 15 de la noche a la mañana», dijo.
Según un artículo que escribió para Elle, Arlen contó que sufría 20 convulsiones al día y que no estaba durmiendo. Los médicos le dieron un medicamento para que durmiera, pero de alguna manera le envió una señal a su cuerpo para que se despertara.
«Tuve un momento en el que me di cuenta de que podía parpadear, y logré contacto visual», dijo.
Arlen contó que su madre notó algo diferente.
«Ella me dijo: ‘Si puedes oírme, ¿puedes parpadear? ¿Puedes parpadear dos veces?’ Y yo era como un parpadeo loco. Y ella estaba como, ‘¡Oh, Dios mío! ¡Está ahí dentro!’ Y mi familia se dio cuenta de que yo había estado allí todo el tiempo», dijo.
Después de establecer contacto visual con su madre en diciembre de 2009, comenzó a recuperarse lentamente.
«Los sonidos crudos se convirtieron en palabras, en frases. Un tic del dedo índice se convirtió en el movimiento de mi mano. La capacidad de tragar postre me llevó finalmente a masticar un trozo de carne», le dijo a ESPN.
En su recuperación, después de varios años, Arlen dijo que tuvo que volver a aprender tareas simples como mover los dedos. También tuvo que trabajar con terapeutas del habla, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas.
Se le dijo que probablemente estaría confinada a una silla de ruedas. Sin embargo, también pudo superar eso.
«En 2016, el interminable trabajo, el entrenamiento, la determinación y la perseverancia de Victoria dieron sus frutos cuando se levantó de su silla de ruedas y comenzó a caminar sola a pesar de la falta de sensibilidad en sus piernas», según su sitio web.
Más tarde, los médicos descubrieron que tuvo dos enfermedades autoinmunes que le causaron inflamación grave en el cerebro y la médula espinal, lo que llevó al estado vegetativo, destacó el Daily Mail.
El resto es historia: compitió en los Juegos Paralímpicos y ganó una medalla de oro, se convirtió en presentadora de ESPN y más tarde apareció en «Dancing with the Stars», llegando a las semifinales en 2017. También publicó un libro llamado «Locked In» en 2018.
«No puedo sentir mis piernas en absoluto», dijo a CNN. «Val (Chmerkovskiy, su pareja de baile profesional) y yo, creamos un sistema. Me daba golpecitos o decía palabras clave y yo solo repetía, hasta el punto de que podía hacerlo mientras dormía».
De los desafíos a los que se enfrentó, «ni en un millón de años imaginé nada de esto», dijo. «Lo más importante para mí es seguir siendo un faro de esperanza. Y mostrarle a la gente que nada es imposible».
*****
Descubre
Una verdadera historia de dificultad y resiliencia que te hará emocionar hasta las lágrimas
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.