La IA acabará con el empleo y creará incertidumbre electoral, según audiencia en el Congreso

WASHINGTON —La Inteligencia Artificial (IA) provocará alteraciones masivos en el sector laboral estadounidense y contribuirá a que los ciclos electorales sean mucho más difíciles a medida que las nuevas plataformas permitan una mayor manipulación de los votantes, según han dicho en el Congreso.

La explosión de herramientas de IA de uso popular, como ChatGPT, afectará profundamente a la sociedad ya el año que viene, según afirmaron expertos y senadores durante una audiencia celebrada el 16 de mayo en la Subcomisión de Privacidad, Tecnología y Legislación del Senado.

El presidente del subcomité, Richard Blumenthal (D-Conn.), se refirió a la proliferación de la IA como una «bomba en un tienda de porcelana», advirtiendo que la «inminente nueva revolución industrial» podría desplazar a millones de trabajadores estadounidenses y socavar drásticamente la seguridad pública y la confianza en instituciones clave.

«[Estos peligros] ya no son fantasías de ciencia ficción. Son reales. Están presentes», afirmó Blumenthal.

«Unas salvaguardias sensatas no se oponen a la innovación».

Para ello, Blumenthal dijo que el propósito de la audiencia era «desmitificar y responsabilizar a estas nuevas tecnologías» y «pretendía escribir las reglas de la IA» antes de que fuera demasiado tarde.

¿La imprenta o la bomba atómica?

Blumenthal comenzó su discurso de apertura con un toque teatral, reproduciendo el primer medio minuto de su intervención a través de una grabación de audio en la que argumentaba que «con demasiada frecuencia hemos visto lo que ocurre cuando la tecnología supera a la regulación» y arremetía contra la «proliferación de la desinformación».

Una vez concluido el clip de audio, Blumenthal reveló que el discurso no sólo había sido escrito por ChatGPT para imitar su estilo, sino que en realidad había sido pronunciado por un software de clonación de voz de IA entrenado para imitar sus discursos.

El resultado, dijo, fue un reconocimiento inmediato de lo peligrosas que pueden ser las tecnologías deepfake —cada vez más accesibles al público— para el discurso público e incluso los acontecimientos internacionales.

«¿Y si le hubiera pedido [que] respaldara la rendición de Ucrania?», dijo Blumenthal sobre el discurso que escribió ChatGPT.

El miembro de rango del subcomité Josh Hawley (R-Mo.) estuvo de acuerdo en que la IA representaba una profunda amenaza para la seguridad y la estabilidad nacionales, y que su repentina proliferación en la esfera pública era una revolución que sólo seguiría empequeñeciéndose en los próximos años del mismo modo que los smartphones han empequeñecido a los toscos teléfonos móviles de hace 30 años.

«Hace un año no habríamos podido celebrar esta audiencia porque esta tecnología no había irrumpido en la conciencia pública», dijo Hawley.

«[Ahora,] podríamos estar ante uno de los inventos tecnológicos humanos más importantes de la historia de la humanidad».

Teniendo esto en cuenta, Hawley dijo que el Congreso se enfrentaba esencialmente a la tarea de determinar qué tipo de revolución supondría la IA.

Por un lado, dijo, está el ejemplo de la imprenta, que fue precursora de una civilización más poderosa y de una mayor libertad en toda Europa. Por otro lado, está el ejemplo de la bomba atómica, cuya creación sigue atormentando hoy a las naciones del mundo.

«¿Qué tipo de tecnología será ésta?», dijo Hawley.

«La respuesta aún no está escrita».

En este sentido, Hawley señaló que la IA presenta más problemas fundacionales para las sociedades democráticas como la estadounidense.

Citando un informe según el cual la IA puede predecir los resultados de los sondeos de opinión incluso antes de que se produzcan, Hawley advirtió que esa tecnología sería aprovechada casi con toda seguridad por políticos y grupos de intereses especiales en las próximas elecciones. Según Hawley, ¿qué mejor manera de provocar respuestas emocionales en su público que utilizar la IA para afinar su manipulación psicológica?

La IA determinará las elecciones y las oportunidades de empleo

Hawley no es el único que teme esto.

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, que desarrolló ChatGPT, declaró que la probabilidad de que la IA se utilizara para influir en los resultados de las próximas elecciones era alta. La regulación gubernamental, añadió, era una intervención necesaria para limitar tales actividades desestabilizadoras.

«Hemos intentado ser muy claros sobre la magnitud de los riesgos», dijo Altman.

«Dado que vamos a enfrentarnos a unas elecciones el año que viene (…) sí creo que sería muy acertada alguna regulación sobre este tema. … Es una de las áreas que más me preocupan».

A pesar de esa preocupación, Altman no dudó en seguir adelante con la investigación y el desarrollo de la IA, afirmando que creía que «los beneficios de nuestras herramientas superan con creces los riesgos», y añadiendo que creía que la IA «puede ser el momento de la imprenta».

Dejando a un lado la imprenta, Altman no ocultó que la tecnología desestabilizaría enormemente la sociedad y acabaría por destruir muchos de los puestos de trabajo que existen en la actualidad.

Altman, que en un principio sostenía que la IA realizaría «tareas, no trabajos», acabó admitiendo que la tecnología «automatizaría por completo» algunos puestos de trabajo al mismo tiempo que crearía otros nuevos y mejor remunerados.

Aunque «habrá un impacto en los puestos de trabajo», Altman se mostró «muy optimista» sobre la calidad de los «futuros empleos» que los sustituirán, aunque no se hayan creado y probablemente no beneficien a quienes perdieron los antiguos.

«La humanidad ha pasado a un segundo plano»

Gary Marcus, catedrático emérito de Psicología y Ciencias Neuronales de la Universidad de Nueva York, afirmó que Altman y otros dirigentes de las grandes empresas tecnológicas no estaban realmente dispuestos a crear IA dentro de un marco justo. En su opinión, lo más importante siempre es el dólar y nunca lo que es mejor para la privacidad y la seguridad de los estadounidenses.

«La inteligencia artificial es una de las tecnologías que más ha cambiado el mundo», afirmó Marcus.

«Los sistemas actuales no son transparentes y no protegen nuestra privacidad», añadió Marcus, afirmando que «la humanidad ha pasado a un segundo plano» ante los caprichos de las grandes tecnológicas.

En este sentido, Marcus destacó el creciente fenómeno de las «personas falsificadas», es decir, expertos y testigos inventados totalmente por la IA. Puso ejemplos en los que la IA se había utilizado para falsificar trabajos de investigación, otro en el que la IA acusó falsamente a una persona pública de haber cometido un delito, otro en el que la IA generó pruebas falsificadas para un caso judicial y otro en el que un programa de IA enseñó a su usuario (que se había hecho pasar por una niña de 13 años) cómo huir con un hombre de unos 30 años.

El resultado final del desarrollo no regulado de la IA, según Marcus, es un mundo en el que los jurados nunca pueden saber si las pruebas de video que están viendo son reales o si la muestra de audio que han escuchado es auténtica. En resumen, es un mundo en el que no se puede creer nada.

Con esto en mente, Blumenthal dijo que esperaba que los desarrolladores de IA frenaran sus ambiciones antes de que lo hiciera el Congreso, o de lo contrario el aplastante peso de la intervención gubernamental se desplomaría demasiado tarde después de los hechos.

«La industria de la IA no tiene por qué esperar al Congreso», dijo Blumenthal.

«Espero que nos superemos en lugar de tener una carrera hacia el fondo».

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