La importancia de mantener niveles óptimos de vitamina D no es cosa menor.
La vitamina D regula la expresión de cientos de genes y es clave para las funciones biológicas que afectan a cada sistema corporal. La insuficiencia o deficiencia de vitamina D puede desencadenar varios síntomas generalizados que pueden asociarse a otras condiciones de salud.
También se le llama la vitamina del sol, ya que la piel produce vitamina D cuando se expone a la luz ultravioleta del sol. La vitamina D desempeña funciones dentro del organismo, como el mantenimiento de niveles adecuados de calcio y fosfato, esenciales para la mineralización normal de los huesos.
Ayuda a reducir la inflamación, que es necesaria para la modulación del crecimiento celular y la función inmunitaria. La vitamina D también afecta a los genes que ayudan a regular la diferenciación celular y la apoptosis (muerte celular programada).
El principal indicador de su nivel de vitamina D es la 25-hidroxivitamina D (25OHD). Los datos recogidos en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición en 2005-2006 mostraron una prevalencia de la deficiencia del 41.6% en la población de Estados Unidos. Sin embargo, como se explica más adelante en este artículo, hoy en día hasta el 80 por ciento de las personas pueden tener una deficiencia de vitamina D.
Es importante señalar que la forma de medir la insuficiencia y la deficiencia depende de las concentraciones séricas utilizadas. Algunos investigadores utilizan un nivel de 20 nanogramos por mililitro (ng/mL) o 50 nanomoles por litro (nmol/L); el ng/mL se utiliza con mayor frecuencia en Estados Unidos y el nmol/L es el estándar en Europa.
Sin embargo, el Grassroots Health Nutrient Research Institute recomienda niveles de concentración sérica de vitamina D de 40 ng/mL a 60 ng/mL o de 100 nmol/L a 150 nmol/L. Con este nivel, el número de personas que probablemente tienen una deficiencia de vitamina D sería significativamente mayor.
Signos de deficiencia
Es esencial mantener unos niveles saludables de vitamina D para ayudar a reducir el riesgo de enfermedades virales y bacterianas durante la temporada de resfriados y gripe, cuando las enfermedades respiratorias son frecuentes, o si tiene un sistema inmunitario deficiente y quiere aumentar sus defensas naturales contra otras infecciones. Un análisis de sangre es la mejor manera de determinar sus niveles de vitamina D, pero a continuación se indican algunos síntomas que pueden indicar que sus niveles son bajos:
Dolor muscular
Casi la mitad de los adultos sufren dolores musculares. Los investigadores creen que la mayoría de esos adultos tienen un déficit de vitamina D. Algunos estudios han sugerido que los nervios tienen receptores de vitamina D que afectan a la percepción del dolor. En un estudio con animales, la investigación demostró que una dieta deficiente en vitamina D puede inducir una hipersensibilidad muscular profunda que no estaba relacionada con niveles bajos de calcio.
Dolor en los huesos
La vitamina D regula el nivel de calcio en su cuerpo, necesario para proteger la salud de los huesos. La deficiencia de vitamina D puede provocar el reblandecimiento de los huesos, lo que se denomina osteomalacia. Esto puede ser un precursor de la osteoporosis.
Fatiga
Este es un síntoma común de una variedad de diferentes condiciones de salud, incluyendo la falta de sueño. Los investigadores han descubierto que la administración de suplementos de vitamina D a los pacientes con cáncer que sufren de fatiga puede mejorar sus síntomas.
En un estudio en el que se utilizaron 174 adultos con fatiga y condiciones médicas estables, los investigadores descubrieron que el 77,2 por ciento tenía una deficiencia de vitamina D. Después de normalizar su nivel, los síntomas de fatiga mejoraron significativamente.
Reducción del rendimiento muscular
La deficiencia de vitamina D es tan común en los atletas como en los demás, la vitamina D es crucial para el desarrollo muscular, la fuerza y el rendimiento. Los adultos mayores que toman un suplemento de vitamina D tienen un menor riesgo de caídas y un mejor rendimiento muscular.
La corrección a través de suplementos orales o la exposición prudente al sol puede reducir los síntomas de las fracturas por estrés, el dolor musculoesquelético y las enfermedades frecuentes. La vitamina D también tiene un efecto directo sobre el rendimiento muscular. En un artículo de la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos, el autor escribió: «Los niveles séricos más altos de vitamina D se asocian a una reducción de las tasas de lesiones y a una mejora del rendimiento deportivo. En un subconjunto de la población, la vitamina D parece desempeñar un papel en la fuerza muscular, la prevención de lesiones y el rendimiento deportivo».
Salud del cerebro
La vitamina D también es esencial para la salud del cerebro. Los síntomas de deficiencia pueden incluir la demencia causada por un aumento de beta-amiloide soluble e insoluble, un factor de la enfermedad de Alzheimer. La investigación también ha encontrado una asociación con la depresión que puede estar relacionada con la función de la vitamina D de amortiguar los niveles más altos de calcio en el cerebro.
La deficiencia de vitamina D en mujeres embarazadas puede aumentar el riesgo de autismo y trastornos de tipo esquizofrénico en el bebé. Un estudio de personas con fibromialgia descubrió que la deficiencia de vitamina D era más común en quienes padecían ansiedad y depresión. Otro analizó la deficiencia de vitamina D en personas obesas y encontró una relación entre los niveles bajos de vitamina D y la depresión.
Dormir mal
No se ha identificado el mecanismo que relaciona la vitamina D con la mala calidad del sueño, pero las investigaciones han descubierto que las personas con niveles bajos de vitamina D tienen un sueño de mala calidad y un mayor riesgo de trastornos del sueño.
Sudoración en la cabeza
La sudoración excesiva, especialmente en la cabeza, o un cambio en el patrón de sudoración, puede indicar una deficiencia de vitamina D.
Pérdida de cabello
La vitamina D es crucial para la proliferación de los queratinocitos y desempeña un papel importante en el ciclo del cabello. El receptor de la vitamina D parece desempeñar un papel en la fase anágena del crecimiento del cabello, lo que lleva a los investigadores a concluir que «los tratamientos que regulan el receptor de la vitamina D pueden tener éxito en el tratamiento de los trastornos capilares y son un área potencial de estudio adicional».
Heridas de cicatrización lenta
Las heridas crónicas constituyen un gran desafío para la salud pública. En Estados Unidos, el 2 por ciento de la población está afectada por heridas crónicas y se calcula que representan el 5.5 por ciento del costo de la asistencia sanitaria en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. La vitamina D favorece la cicatrización de las heridas y la creación de catelicidina, un péptido que combate las infecciones de las heridas.
Mareos
Las pruebas obtenidas en estudios con animales sugieren que la vitamina D es fundamental para el desarrollo del oído interno, que afecta al equilibrio y la coordinación. Los análisis de personas con neuritis vestibular, caracterizada por el vértigo, mostraron niveles séricos de vitamina D más bajos que en personas sin neuritis vestibular.
Problemas cardíacos
Los estudios clínicos han demostrado que la vitamina D3 mejora la circulación y puede ayudar a mejorar la presión arterial alta. En un estudio, los investigadores descubrieron que la vitamina D3 también tiene un efecto significativo en las células endoteliales que recubren el sistema cardiovascular. Descubrieron que ayudaba a equilibrar las concentraciones de óxido nítrico y peroxinitrito, lo que mejoraba la función endotelial.
Sobrepeso
No se ha identificado cómo afecta la vitamina D la obesidad. Sin embargo, los datos muestran que hay una alta probabilidad de deficiencia en las personas que son obesas.
Infecciones recurrentes
Se han realizado múltiples estudios epidemiológicos que demuestran que la deficiencia de vitamina D puede aumentar el riesgo y la gravedad de las infecciones, especialmente en las infecciones de las vías respiratorias. Múltiples estudios han demostrado que la deficiencia de vitamina D aumenta el riesgo potencial de enfermedad grave y mortalidad, especialmente en los enfermos graves.
Reducción de la función cognitiva
Los datos muestran que la deficiencia de vitamina D duplica el riesgo de demencia y aumenta el riesgo de demencia al doble y aumenta el riesgo de deterioro de la función cognitiva.
El 80 por ciento de las personas con COVID-19 tienen deficiencia de vitamina D
La vitamina D desempeña un papel importante en el desarrollo y la gravedad de muchas enfermedades. Por eso, desde el principio de la pandemia de COVID-19, sospeché que optimizar los niveles de vitamina D reduciría significativamente la incidencia de la infección y la muerte en la población general.
Desde entonces, cada vez hay más pruebas que revelan que unos niveles más altos de viretamina D pueden reducir la tasa de pruebas positivas, hospitalizaciones y mortalidad relacionadas con esta infección. Un estudio, publicado a finales de 2020, evaluó los niveles séricos de 25OHD de los pacientes hospitalizados con COVID-19 para valorar la influencia que podría tener en la gravedad de la enfermedad. Los investigadores descubrieron que el 82.2 por ciento de los enfermos de COVID-19 presentaban un déficit de vitamina D (niveles inferiores a 20 ng/mL).
Curiosamente, también descubrieron que quienes registraban más deficiencias tenían una mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, niveles altos de hierro y estancias hospitalarias más prolongadas. Un segundo estudio encontró resultados similares para las personas que solo dieron positivo en la prueba de COVID-19.
En otro estudio publicado en agosto de 2021 en la Revista Americana de Fisiología, Endocrinología y Metabolismo, los datos mostraron que los metabolitos de la vitamina pueden inhibir la replicación y la expansión del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19.
Es importante recordar que los datos que demuestran que las personas con déficit de vitamina D tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades graves estaban disponibles mucho antes de la pandemia de COVID-19.
Además, los estudios sobre la vitamina D han demostrado que la insuficiencia y la deficiencia están asociadas a una serie de condiciones de salud.
Vitaminas que potencian la vitamina D3
Es importante tomar vitamina K2 MK-7 y magnesio con su suplemento de vitamina D3. Ambos juegan un papel importante en su salud general y en la biodisponibilidad y aplicación de la vitamina D en su cuerpo. Si no usa magnesio y vitamina K2, podría necesitar casi 2.5 veces más vitamina D, un hallazgo realizado por GrassrootsHealth en su proyecto de acción D*.
En este proyecto, más de 10,000 personas han proporcionado información sobre el uso de suplementos y el estado de salud general a GrassrootsHealth desde que empezaron a realizar una investigación de nutrientes a gran escala basada en la población en 2007.
Esa información ha conducido a la recomendación de que los niveles de vitamina D en la sangre entre 40 ng/ml y 60 ng/ml (100 nmol/L a 150 nmol/L) son seguros, eficaces y reducen la incidencia general de enfermedades y los costos de la atención sanitaria. Como informó GrassrootsHealth a partir de sus datos «Se necesitó un 244 por ciento más de suplemento de vitamina D para que el 50 por ciento de la población alcanzara los 40 ng/ml (100 nmol/L) en el caso de los que no tomaban suplementos de magnesio o vitamina K2 en comparación con los que habitualmente tomaban tanto suplementos de magnesio como de vitamina K2».
En términos prácticos, esto significa que cuando se toma vitamina K2 y magnesio con vitamina D, se necesita mucha menos vitamina D para alcanzar un nivel saludable.
El Dr. Joseph Mercola es el fundador de Mercola.com. Médico osteópata, autor de best-sellers y ganador de múltiples premios en el campo de la salud natural, su visión principal es cambiar el paradigma de la salud moderna proporcionando a las personas un recurso valioso que les ayude a tomar el control de su salud. Este artículo se publicó originalmente en Mercola.com
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