La jueza de la Corte Suprema, Ruth Bader Ginsburg, habló el miércoles durante una audiencia desde un hospital, donde fue llevada después de sufrir una infección causada por un cálculo biliar.
Ginsburg, de 87 años, está en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, dijo la corte el martes por la noche.
«La juez está descansando cómodamente y planea participar en una teleconferencia de argumentos orales mañana por la mañana, de forma remota desde el hospital», decía un comunicado.
El 6 de mayo, el tribunal escuchó una disputa sobre las reglas de la administración Trump que permitían a los grupos religiosos citar objeciones, por razones morales o religiosas, frente a la entrega de anticonceptivos gratuitos para las mujeres.
Ginsburg señaló a la administración.
«La característica más evidente de lo que ha hecho el gobierno, al expandir esta exención, es arrojar al viento toda la instrucción del Congreso de que las mujeres necesitan y deberían tener una cobertura integral sin problemas y sin costo», dijo Ginsburg.
La juez dijo que las mujeres se ven obligadas a buscar otros programas gubernamentales que puedan cubrirlas. Para aquellas que no pueden obtener cobertura de ningún programa, deben pagar de su propio bolsillo, que es «exactamente lo que el Congreso no quería que sucediera», afirmó Ginsburg.
Ella habló durante unos tres minutos.
Noel Francisco, el procurador general de la administración, dijo que nada en la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio requiere que todos los grupos brinden cobertura anticonceptiva. A algunas organizaciones se les permitió no proporcionarlo, dijo.
Ginsburg interrumpió a Francisco para desafiar sus puntos de vista, lo que provocó una fuerte respuesta de él. Ella habló brevemente de nuevo más tarde durante los argumentos.
La Corte Suprema está compartiendo argumentos a través de una transmisión en vivo de audio en línea, la primera en la historia de la nación, a causa de la pandemia de COVID-19. Las sesiones se llevan a cabo de forma remota por teléfono.
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