Un prototipo de buque no tripulado capaz de librar una guerra electrónica a una velocidad de 24 nudos se construirá en los próximos tres años como parte de las estrategias emergentes para contrarrestar a China en el Indo-Pacífico, anunció la Marina de Estados Unidos el 13 de julio.
Un contrato de 35 millones de dólares fue adjudicado a L3 Technologies para el desarrollo de un único prototipo de Vehículo de Superficie no Tripulado Medio (MUSV, por sus siglas en inglés), con opciones para adquirir hasta ocho más, dijo la Autoridad Técnica para los Barcos de la Armada.
El MUSV es uno de varios conceptos no tripulados potenciales que está explorando la Marina, ya que cambia la estrategia y el equipo para responder al arsenal de misiles de largo alcance de China, construido mientras Estados Unidos estaba saturado con las operaciones de contrainsurgencia posteriores al 11 de septiembre.
«El programa MUSV proporcionará buques de superficie de arquitectura abierta, modulares, autodesplegables y de muelle, capaces de navegar de forma autónoma y ejecutar misiones», dijo la Marina en el comunicado. «Los MUSV apoyarán la capacidad de la Marina para producir, desplegar y dispersar inteligencia, vigilancia y capacidades de reconocimiento y guerra electrónica, y proveer/mejorar la percepción distribuida de la ubicación y la detección de la fuerza de batalla».
La Marina define un MUSV como de 45 a 190 pies (14 a 58 m) de longitud, con un máximo de desplazamiento de unas 500 toneladas, y capaz de pasar 60 días en el mar sin ningún humano a bordo.
También se está desarrollando una nave gemela no tripulada más grande, de 200 a 300 pies (61 a 91 m) de largo, junto con submarinos no tripulados, el más grande de los cuales tendría 51 pies de largo (15 m).
«Acelerar el desarrollo de vehículos no tripulados de superficie y de carga y de integración para el combate proporcionará un punto de inflexión en la entrega de una fuerza más distribuida en apoyo de la Estrategia de Defensa Nacional», dijo la Marina en el comunicado.
El concepto de «fuerza distribuida» significa pasar de menor cantidad de barcos grandes a una flota más flexible de barcos más pequeños, que se pueden utilizar de manera flexible e impredecible, y sin un solo punto de fallo.
Las opciones no tripuladas tienen varias ventajas, entre ellas la de poder asumir mayores riesgos (por ejemplo, en misiones de reconocimiento), además de ser potencialmente más baratas de manejar y fabricar.
Ya pospuesta desde el año pasado, una amplia evaluación de la estructura de las fuerzas de la Marina ha estado rebotando por los pasillos del Pentágono durante meses, y ahora se espera que aparezca en la solicitud de presupuesto del Pentágono para el año fiscal 2022 en otoño.
Antes de su renuncia, Thomas Modly, el secretario de Marina en funciones, indicó que la revisión estaba buscando una flota de barcos potencialmente más pequeños posiblemente con menos portaaviones y más opciones sin tripulación.
China ha pasado las últimas dos décadas específicamente aumentando su capacidad militar como misiles de largo alcance y las islas militarizadas para amortiguar la supremacía de la Marina de EE.UU., que concentra su fuerza en los grandes buques.
El Cuerpo de Marines de EE.UU. también está ajustando la estrategia en línea con el concepto de operaciones distribuidas.
Utilizando un mayor número de buques más pequeños, la Infantería de Marina establecería artillería, baterías y vigilancia en numerosos atolones remotos y cadenas de islas, sin la provocación o el riesgo asociado a un portaaviones o un gran buque anfibio.
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