Una mujer de Bristol, Reino Unido, contó cómo se casó con su alma gemela y luego lo besó mientras moría en su noche de bodas. Así se puede resumir la historia de amor entre Michelle White y Scott Plumley.
El jueves 9 de agosto, cuando la enfermera Michelle regresó a casa de su turno nocturno encontró a Scott colapsado en el suelo.
Llamó a una ambulancia y Scott fue admitido en el Hospital Southmead el viernes por la mañana. Durante el último mes él se había quejado de dolores en el estómago y le habían recetado omeprazol, un medicamento para tratar las úlceras.
Mas tarde, una endoscopia alertó a los médicos sobre el hecho de que era mucho más grave: padecía un cáncer de esófago en estado 4, el cual se había expandido hasta el hígado, que estaba completamente destruido.
Michelle y Scott se habían conocido 2 años atrás en un sitio en línea. Después de semanas de comunicarse se encontraron, y entre ellos el amor creció. Ella trabajaba cuidando ancianos y residía con sus dos hijos, los cuales criaba sola. Él ejercía el oficio de electricista.
Scott logró construir una buena relación con los menores y se sentía el padre de ellos. Por lo que ambos habían empezado a planear contraer matrimonio.
Pero ante esta situación, y después de saber que no había tratamiento posible ya que estaba demasiado avanzada la enfermedad, White preguntó a los doctores cuánto tiempo le quedaba a su pareja: «No serán semanas como mucho podrían ser sólo días», dijeron.
Además, no había nada que pudieran hacer, ni quimioterapia ni nada, sólo cuidados paliativos.
“Esto fue devastador”, confesó White al diario británico Bristol Post.
Después del diagnóstico del lunes 13 de agosto, la pareja decidió casarse lo antes posible.
“Ya estábamos comprometidos y planeábamos casarnos, ahorrando para ello. Me compré algunas cosas para cuando llegara el día», dijo Michelle.
Scott nació en Bristol, se crió en Hartcliffe, fue a la escuela Withywood y se mudó más tarde a Stroud, y todo el mundo a su alrededor lo conocía,’ dijo Michelle.
“Era una de esas personas a las que todos querían y de las que eran amigos. La gente de la escuela vino a verlo, gente de todas partes. No creo que haya habido un momento en el que no hubiera nadie junto a su cama que lo viera”.
Mientras tanto, Michelle tuvo que empezar a planear una boda que tenía que celebrarse en menos de 24 horas.
Inició una campaña en GoFundMe para poder juntar dinero y cumplir el sueño de casarse. Ese mismo día acudió al registro municipal a pedir la fecha para las nupcias, y logró que un ministro de fe se comprometiera a ir al día siguiente al hospital a oficiar la ceremonia.
Ese miércoles 15 de agosto, con el dinero recaudado y con la ayuda de amigos y familiares que hicieron la torta de bodas, los arreglos florales y peinaron a los novios, finalmente se hizo realidad el matrimonio.
Para la ceremonia, Scott usó una camisa de mangas largas y pantalones y Michelle usó un vestido tradicional y diadema.
Scott fue llevado en su silla de ruedas hasta una sala tranquila en el pabellón donde los amigos y familiares de la pareja los estaban esperando.
«Se portó tan fuerte, realmente luchaba contra el dolor,» dijo Michelle. Apenas podía hablar, pero cuando le preguntaron si aceptaba a esta mujer cuando pronunciaban los votos, contestó en voz alta: «¡Claro que sí!».
“Pasamos una gran noche junto a su cama. Estaba tan feliz que se las arregló para sonreír todo el tiempo”, contó Michelle. A ella le colocaron una silla reclinable junto a su cama; luego se puso un pijama y se sentó a su lado.
Su madre y su hermana estuvieron con ellos hasta las once de la noche, y él se estaba apagando muy rápidamente. “Sabíamos que se acercaba el final», dijo.
“Pero a la 1:30 de la madrugada ya se había calmado. Me senté con él, le tomé las manos y sonrió, no paraba de decir que lo lamentaba y que me amaba. Yo lo besé, lo abracé y le dije: ‘Está bien, cariño, ya puedes ir, sal del dolor’», agregó.
Poco después de la 1:30 de la madrugada Scott falleció, sólo 13 horas después de su boda.
“Fui su esposa sólo durante 13 horas, pero ahora me he ganado una familia tan increíble: mi cuñada, mi cuñado, mi cuñada, mi suegra, mis primos y un montón de amigos», expresó Michelle.
“Pensé que había pasado 20 o 30 años junto a él. Me ha hecho tan feliz en los últimos dos años. Era alegre y afortunado, el tipo de persona que todo el mundo recuerda, siempre muy amigable, y que hace cualquier cosa por ayudar a otro, todavía tengo que hacer una última cosa por él», comentó.
Ahora, en la misma semana que planeó su boda, Michelle está organizando el funeral de su esposo.
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