Una enorme nube de polvo procedente del desierto del Sáhara se desplaza actualmente hacia el oeste sobre el océano Atlántico y está previsto que afecte a Estados Unidos a partir de este fin de semana, según los meteorólogos.
«El polvo sahariano es tan denso y está tan extendido que pudo verse desde el espacio el jueves. El satélite meteorológico GOES-EAST de la NOAA divisó la primera nube de polvo sobre el este del mar Caribe y las Antillas Menores, con un penacho de polvo aún mayor emergiendo de la costa de África», declaró AccuWeather el viernes, añadiendo que podría «afectar a la población de todo el Sureste en los próximos días».
Las imágenes publicadas por los satélites muestran una gran nube de polvo actualmente sobre el centro del océano Atlántico.
«El polvo sahariano es habitual la mayoría de los años sobre partes de la cuenca atlántica y a veces se extiende tan al oeste como el Caribe y Florida», dijo Dan DePodwin, de AccuWeather, a través del medio de comunicación. «La ubicación y la magnitud del polvo cambian con frecuencia a lo largo de la temporada».
La nube de polvo procede del desierto africano del Sahara y se desplaza sobre las zonas tropicales del océano Atlántico cada tres o cinco días durante la temporada alta, de finales de junio a mediados de agosto, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
«Un cielo lleno de polvo sobre Florida también puede ayudar a bloquear parte de la luz solar para bajar las temperaturas unos grados en comparación con el calor de la primera semana de julio», dice la previsión de AccuWeather, y añade: «Se prevé que la nube de polvo más densa llegue al este del Caribe al final del fin de semana y pueda acercarse a Florida el martes».
«Si este pronóstico llega a cumplirse, puede causar un empeoramiento de la calidad del aire en todo Puerto Rico, la República Dominicana, Haití, Cuba y Florida», dice el pronóstico.
Se recomienda a las personas sensibles del sur de EE. UU. y de la costa del Golfo que tengan previsto pasar tiempo al aire libre durante la próxima semana que comprueben la calidad del aire en su zona debido al polvo africano.
Algunos meteorólogos, por su parte, dijeron que el polvo podría frenar las tormentas tropicales y los huracanes que se dirigen a Estados Unidos.
«La mayoría de los expertos en huracanes piensan que la capa de aire sahariano es mala para los huracanes», dijo el meteorólogo de la Universidad de Miami Brian McNoldy en un artículo de la NASA publicado el año pasado. «No sólo contiene aire seco, sino que suele llevar asociada una capa de cizalladura de vientos fuertes. Los huracanes odian ambas cosas».
El motivo es que el polvo puede actuar como una barrera que impide que la luz solar alcance las temperaturas superficiales, lo que puede reducir la actividad de los huracanes. Según los meteorólogos, unas temperaturas oceánicas más elevadas pueden proporcionar a los huracanes más energía para formarse y aumentar su potencia.
Esta semana, los meteorólogos de la Universidad Estatal de Colorado afirmaron que podrían formarse hasta nueve huracanes en la cuenca atlántica durante la temporada de 2023. También dijeron que este año podrían formarse unas 18 tormentas tropicales en total, lo que supone una mejora respecto a las 15 tormentas con nombre y siete huracanes que se pronosticaron a principios de año para la temporada de 2023, que dura desde ahora hasta noviembre.
«Grandes franjas del Atlántico Norte tropical y subtropical se encuentran en niveles cálidos récord, lo que favorece la actividad ciclónica atlántica», escribió el jueves en un posteo Phil Klotzbach, investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado. «Este calor anómalo es la razón por la que ha aumentado la previsión estacional de huracanes de la CSU, a pesar de un probable El Niño robusto».
Incendios en Canadá
Los incendios forestales que asolan Canadá ya han batido récords de superficie total quemada, número de personas obligadas a evacuar sus hogares y coste de la lucha contra las llamas, y la temporada de incendios sólo ha llegado a la mitad, según informaron el jueves las autoridades.
«No es una subestimación decir que la temporada de incendios de 2023 es y seguirá siendo récord en varios aspectos», declaró Michael Norton, director general del Centro Forestal del Norte del Servicio Forestal Canadiense, durante una reunión informativa.
El Sr. Norton dijo que el tiempo cálido y las condiciones de sequía en todo Canadá indican la posibilidad de una actividad incendiaria superior a la normal durante julio y agosto.
«La sequía es un factor contribuyente importante que afecta a partes de todas las provincias y territorios, intensificándose en algunas regiones», dijo. «Si a esto se añaden las previsiones de temperaturas por encima de lo normal en la mayor parte del país, se prevé que muchas partes de Canadá sigan registrando una actividad de los incendios por encima de lo normal».
Hasta el miércoles, había 639 incendios activos en Canadá, 351 de ellos fuera de control. En lo que va de año ha habido 3412 incendios, muy por encima de la media de 10 años de 2751, dijo el Sr. Norton.
Durante las últimas semanas, el humo procedente de los incendios forestales canadienses envolvió las principales ciudades estadounidenses, como Nueva York y Washington, en una capa de neblina marrón rojiza.
Con información de The Associated Press.
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