El secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, advirtió hoy de que el Yemen está al borde de una «gran catástrofe» y subrayó que el conflicto está aumentando la desnutrición y el hambre en la población civil del país.
«Yemen está al borde de una gran catástrofe, pero no es demasiado tarde», indicó Lowcock en un comunicado difundido al término de una visita al país que comenzó el pasado jueves.
El representante de la ONU aseguró que la solución al conflicto que comenzó en el país en 2014 tiene que ser político y destacó que los oficiales del Ejecutivo internacionalmente reconocido y las autoridades del Gobierno de facto de los rebeldes hutíes con los que se ha reunido en los últimos dos días están dispuestos a dialogar.
«Me gustó mucho oír a las autoridades de facto en Saná y a los funcionarios del Gobierno internacionalmente reconocido del Yemen en Aden que tienen intención de viajar a Suecia para las conversaciones convocadas por el enviado especial de la ONU, Martin Griffiths», dijo Lowcock.
Griffiths ha convocado a ambas partes a una nueva ronda de diálogo en Suecia, tras el fracaso de la anterior convocatoria en septiembre en Ginebra.
Aunque se ha especulado con la posibilidad de que esa ronda se pueda producir la semana que viene, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, indicó el jueves que solo aspiran a que se celebre antes de fin de año pero aún hay obstáculos que hay que eliminar.
Lowcock indicó que las partes también le expresaron su apoyo a las tareas de ayuda que hacen las agencias y organizaciones de asistencia, aunque el responsable humanitario lamentó que siguen teniendo «demasiados obstáculos».
Indicó que ha visto a familias en «condiciones terribles» tras años de desplazamiento y cientos de familias «desesperadas» por los combates en Al Hudeida, el principal puerto del país y zona de lucha desde hace meses entre ambos bandos.
Afirmó que en este momento hay unos 2,3 millones de desplazados en el país, de los que 500.000 han abandonado el área de Al Hudeida.
El jefe humanitario de la ONU advirtió de que «el conflicto y la crisis son un factor en el incremento del hambre y la desnutrición» y llamó al cese de las hostilidades «especialmente en las infraestructuras necesarias para las operaciones de ayuda y las comerciales y sus alrededores».
«Es inaceptable ver hombres armados dentro de hospitales», dijo.
En ese sentido, ofreció de nuevo que la ONU opere en el puerto de Hudeida, el principal del país, para así garantizar que se mantenga abierto.
Y recordó que la del Yemen es la operación humanitaria más grande del mundo, pero que «en 2019 necesitará ser sustancialmente mayor».
La guerra en Yemen comenzó a finales de 2014, cuando los rebeldes hutíes se hicieron con el control de Saná y otras provincias del norte del país.
El conflicto se intensificó en marzo de 2015, con la intervención de la coalición liderada por Arabia Saudí y apoyada por Estados Unidos y otras potencias, que actúan en favor de las fuerzas leales al presidente yemení.
Según la ONU, alrededor de un 75% de los 30 millones de yemeníes necesitan algún tipo de asistencia y protección humanitaria, y al menos 8,4 millones no pueden garantizar su alimentación diaria.
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