Existen indicios de que grupos delictivos relacionados con el narcotráfico han logrado infiltrarse en las fuerzas de seguridad de Venezuela, según la advertencia que hace el órgano de Naciones Unidas que vela por el cumplimiento de los tratados internacionales contra las drogas.
«Hay indicios de que, en la República Bolivariana de Venezuela, los grupos delictivos han logrado infiltrarse en las fuerzas de seguridad gubernamentales y han creado una red informal conocida como el ‘Cártel de los Soles’ para facilitar la entrada y salida de drogas ilegales», señala la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su informe anual difundido este jueves en Viena, Austria.
Ese órgano independiente, integrado en el sistema de la ONU, hace esa mención al señalar en su reporte de 2019 que los grupos delictivos organizados «han transportado grandes cantidades de drogas ilícitas a Europa y los Estados Unidos desde Colombia, pasando por la República Bolivariana de Venezuela».
Según la JIFE, para controlar ese tráfico, especialmente el de cocaína a través de Centroamérica hacia los Estados Unidos, «los grupos delictivos organizados controlan los puertos marítimos y utilizan aeronaves ligeras, con las que realizan vuelos ilegales».
La JIFE se describe como «un órgano independiente y cuasi judicial» constituido por 13 expertos con un mandato de cinco años y que tienen como función verificar el cumplimiento de las Convenciones internacionales sobre drogas.
Este órgano no señala el origen de la información en la que se basan estas sospechas.
El centro de investigación del crimen organizado Insight Crime sostiene que la primera vez que se usó el término «Cártel de los Soles» fue en 1993 cuando dos generales de la Guardia Nacional fueron investigados por tráfico de drogas, pero a partir del año 2000 se volvió a usar esa definición tras varios incidentes de narcotráfico en los que participaron militares.
El término «sol» alude a la insignia que reciben los oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) cuando ascienden al grado de general y que pueden llegar a cuatro soles para el caso de los generales en jefe.
Un directivo de una firma de análisis señala a Efe en Caracas que es «muy poco» lo que se conoce de este cartel en vista de la «opacidad» del sector militar e indicó que, a su juicio, «son más los mitos que las realidades acerca de ese grupo».
Según Insight Crime, si bien «hay células en las principales ramas de las fuerzas armadas» y en todos sus niveles que esencialmente «funcionan como organizaciones narcotraficantes», no se les puede describir como un «cartel» pues «no está claro cómo funcionan las relaciones entre esas células».
El centro apunta que «no existe un árbol genealógico para una estructura tan nebulosa» como la del referido cartel, y que solo se cuenta con «una lista de nombres publicada» por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro estadounidense y «mucha especulación».
En vista de que el control de fronteras, aeropuertos, puertos y carreteras está en manos de las autoridades militares, advierte Insight Crime, esto facilitaría la actuación de estos grupos que se concentran principalmente en los estados fronterizos con Colombia (Zulia, Táchira y Apure).
Entre los militares supuestamente implicados en ese cartel se cuenta Hugo Carvajal, que fue jefe de la contrainteligencia con el fallecido líder Hugo Chávez y con su sucesor, Nicolás Maduro, y que se encuentra en paradero desconocido desde el pasado noviembre.
Carvajal desapareció cuando la Policía española intentó detenerlo tras aprobar un tribunal su extradición a Estados Unidos.
Carvajal fue imputado en EE.UU. por ser miembro, supuestamente, desde 1999 hasta 2019 de «El Cartel de los Soles», según documentos de una corte de Nueva York.
De acuerdo con la investigación judicial estadounidense, este cartel estaría integrado por oficiales venezolanos de alto rango y además de enriquecer a sus miembros, tenían el objetivo de «inundar» Estados Unidos de cocaína y usar esta droga «como un arma» contra el país, por «el potencial daño social que causa la adicción a la cocaína».
En 2008 la OFAC sancionó a Carvajal por su supuesta colaboración con las FARC en actividades de narcotráfico, mientras que los guerrilleros recibían armamento a cambio de las drogas.
Estados Unidos también ha relacionado con el tráfico de drogas al actual vicepresidente económico Tareck El Aissami («prominente traficante de drogas», señaló la OFAC) y al dirigente oficialista Freddy Bernal, vinculado con la Fuerza de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
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