La Revolución de Color en Venezuela y qué significa para el régimen chino

Por Flora Yan
28 de enero de 2019 5:34 PM Actualizado: 28 de enero de 2019 5:34 PM

En la mañana del 23 de enero se produjo un acontecimiento que conmocionó al mundo: con el apoyo del Partido de la oposición, casi 100.000 venezolanos se congregaron en las calles de Caracas y gritaron: «¡Maduro, renuncia!» para protestar contra el gobierno dictatorial socialista de Maduro por los innumerables desastres que trajo a lo que alguna vez fue el país más rico de Sudamérica.

Corrupción extrema, inflación, hambrunas masivas, crisis de inmigración… la lista continúa. Posteriormente, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Paraguay, Brasil, Chile, Argentina, Colombia, Costa Rica, Honduras, Panamá y Perú han anunciado sucesivamente su reconocimiento al líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela. Aunque China, Rusia, Irán y otros países afirmaron apoyar a Maduro, está claro que su tiempo en el poder ha llegado a su fin.

A través de medios no violentos, el pueblo venezolano expresó valientemente su esperanza por la llegada de la democracia y la libertad y cambió drásticamente el panorama político de Venezuela, además de ganarse el apoyo de la sociedad internacional. Este es otro ejemplo de cómo el pueblo intentó utilizar la Revolución de Color para restaurar la libertad, la justicia y el Estado de derecho –los valores universales que son fundamentales para proteger la dignidad humana.

La Revolución del Color, también conocida como Revolución de las Flores, se refiere a una serie de movimientos políticos que comenzaron en Asia Central y los países de la CEI en Europa Oriental en las décadas de 1980 y 1990, todos ellos con la intención de derrocar regímenes autoritarios y tiránicos mediante la no violencia. Los participantes promovieron la democracia y los valores universales, esperaban resistir a los gobernantes por medios no violentos y lograr un cambio político. A menudo usaban un color o flor específicos como símbolo de su movimiento.

Algunos ejemplos conocidos de la Revolución de Color son: la «Revolución de Terciopelo» en Checoslovaquia, la «Revolución de los Tulipanes» en Kirguistán, la «Revolución del Azafrán» en Myanmar, y la «Revolución de los Paraguas» en Hong Kong.

Curiosamente, no hace mucho, el 17 de enero, en una reunión del Partido Comunista Chino (PCCh) para la fuerza policial del país, el ministro de Seguridad Pública, Zhao Kezhi, mencionó específicamente la «Revolución de Color» en su discurso. Dijo que es extremadamente importante «utilizar la sabiduría colectiva y el pleno poder de toda la fuerza policial» para concentrarse en protegerse contra las «Revoluciones de Color» y «ganar la guerra de mantener la estabilidad política y defender la seguridad política».

En reuniones similares de seguridad pública de los últimos años, el PCCh siempre enfatizó el viejo tema de «mantener la seguridad nacional». ¿Por qué de repente Zhao Kezhi enfatizó el resistirse a las «Revoluciones de Color»? Podría deberse al hecho de que la tiranía del PCCh ha causado ira entre todo el pueblo chino durante décadas. Su régimen ha estado vacilando y podría colapsar en cualquier momento. Teme que ocurra una «Revolución de Color» en China y por lo tanto decidió concentrar su fuerza policial interna en la defensa contra tales movimientos por parte de ciudadanos comunes. Esta es una manifestación de su esfuerzo final por permanecer en el poder.

Como muchos comentaristas políticos han señalado, mirando hacia atrás en la historia, desde que el PCCh comenzó a gobernar China, siempre que un año termina en «9», ese año siempre fue caótico: la Gran Hambruna y la supresión del Tíbet en 1959, el incidente de la isla de Zhenbao en 1969, la guerra contra Vietnam en 1979, la masacre de estudiantes en la plaza de Tiananmen en 1989, la persecución a Falun Dafa en 1999, la represión y las detenciones masivas de los uigures de Xinjiang en 2009, y así sucesivamente. Es bien sabido que Venezuela es uno de los aliados más importantes del PCCh.

Al principio, el PCCh decidió establecer una relación de cooperación con Venezuela por dos razones principales: por un lado, quería importar petróleo de Venezuela para llenar un vacío potencial causado por la falta de importación de petróleo de Irán. Por otro lado, al ayudar a Venezuela a desarrollar su economía, Maduro puede continuar obstruyendo a Estados Unidos y a la administración Trump. Posiblemente, el PCCh nunca hubiera pensado que su nuevo plan de inversiones ha fracasado en lo esencial.

La Revolución de Color de Venezuela seguramente le dará al PCCh un gran golpe. Dado que un acontecimiento tan importante ocurrió a principios de 2019, además de una variedad de otras señales, todo tal vez signifique que en 2019 es muy probable que el panorama político de China pase por cambios importantes.

Ahora, bajo el liderazgo de Estados Unidos, se ha comenzado a formar un movimiento antisocialista y anticomunista mundial. Como señala la serie editorial de La Gran Época, «Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo»: «En el ‘Movimiento Tuidang’, más de 300 millones de chinos decidieron valientemente renunciar al Partido y separarse espiritualmente de las cadenas comunistas. Esto ya está desintegrando al PCCh de forma invisible».

En la Revolución de Color de Venezuela, una historia que me pareció particularmente memorable es un video que un padre venezolano grabó para su hija que está en el exilio. En el video, el padre gritó emocionado: «Hija mía, mira, te estoy dando una transmisión en vivo. ¡Esta es la Venezuela de hoy! ¡Es tu tierra natal, donde naciste! En el nombre de Dios, en el nombre de Jesús, ¡prometo que Venezuela será libre!». El 24 de enero, este video tuvo una gran atención en Twitter, especialmente entre los usuarios chinos. Algunos internautas cambiaron estas palabras a: «Hija mía, mira, te estoy dando una transmisión en vivo. ¡Esta es la China de hoy! ¡Es tu tierra natal, donde naciste! En el nombre de Dios, en el nombre de Jesús, ¡prometo que China será libre!»

La resistencia del pueblo venezolano contra una dictadura y el esfuerzo por recuperar la libertad será recordada por la historia. Mirando a China, el día en que el pueblo chino finalmente escape de las garras rojas del PCCh tampoco está muy lejos.

Flora Yan es una estudiante de tercer año de la Universidad de Washington en Seattle, con una doble especialización en ciencias políticas y comunicación.

Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.

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