No es agradable cuando comienzas a descubrir que has envejecido, y lo que durante tantos años tu cerebro ha “computarizado” como hábito, es necesario cambiarlo en un abrir y cerrar de ojos.
He puesto a prueba mi resistencia a los cambios probando esta semana el primer modelo exclusivamente eléctrico de Volvo, el C40, lidiando con un fabricante que quiere estar a la vanguardia tecnológica, y en el camino, eliminar todos los botones y perillas posibles de panel de control o salpicadero.
En un par de días me aclimaté a la idea de que este auto no tiene un botón para ponerlo en marcha o detener su funcionamiento. Son los glúteos los que al apoyarse o levantarse del asiento activan o desactivan las funciones del Volvo C40.
Sin embargo, nunca durante la semana de prueba pude reponerme de la angustia de comprobar cómo Volvo reemplazó a mi querido Android Auto por Android Automotive. Google toma ahora posesión del info-entretenimiento, dejando fuera a mi aplicación preferida, Waze.
Sin prácticamente botones físicos (la mayoría de los colocados en el volante carecen de los emblemas que indiquen su función) hay que arreglárselas con la pantalla táctil de 9 pulgadas, flanqueada por dos salidas de aire que, visualmente, la hacen parecer más pequeña.
Las pantallas táctiles hacen la vida más fácil para los fabricantes en términos de diseño y ensamblaje, pero más complicada para los conductores. Controlar funciones de audio, clima, conducción y personalización desde esta pantalla sin otra opción (los comandos de voz no siempre entienden nuestras instrucciones y no están disponibles para dodo), provoca la consecuente distracción del conductor, quien debería estar atento a la carretera todo el tiempo.
Sé que mi aparente torpeza tecnológica y la nostalgia de no poder usar Android Auto pueden ser factores, pero por suerte, desde la propia Suecia recibo confirmación de que no estoy del todo errado.
Un estudio reciente de la revista especializada en autos Vi Bilägare demostró que algunas tareas ejecutadas en un auto provisto de botones físicos pueden concluirse en menos de la mitad del tiempo que requiere hacerlo mediante la pantalla táctil.
Las tareas incluyeron encender la calefacción del asiento, aumentar la temperatura de la cabina, ajustar la radio, atenuar la luminosidad de los instrumentos o activar el deshielo en el parabrisas.
Sé que es temprano para declarar la extinción de los botones físicos en los autos, pero el final parece estar ahora más cerca.
Es incuestionable que la escasez de controles físicos garantiza un diseño más limpio, y consecuentemente, aumentan la sensación de amplitud. El minimalismo sueco con su elegancia y sofisticación aquí se evidencia.
En el nuevo C40 usted puede elegir alfombras y tapicería de un fantástico color azul, que han creado a partir de plásticos reciclados. Los que prefieran el cuero para sus asientos u otros revestimientos interiores quedaran decepcionados, pues a fin de conservar este vehículo ecológicamente amigable, Volvo no ofrece opciones con ese material.
Hay un detalle seductor en la iluminación. Los adornos de las puertas muestran un borde de topografía texturizada que se ilumina por la noche. Es un nuevo giro en la iluminación ambiental de la cabina y dota al nuevo C40 de apariencia moderna, pero en conjunto, el interior es inferior al de muchos competidores, y poco defendible para el precio de este modelo.
Al igual que el XC40 Recharge, el C40 está construido sobre una plataforma diseñada para vehículos a gasolina. Eso provoca que rasgos característicos de estos vehículos como el túnel central donde se sitúa la transmisión este allí presente, evitando que los vehículos eléctricos de Volvo se sientan tan abiertos y espaciosos como los rivales construidos sobre plataformas concebidas para autos eléctricos.
Hay otros condicionamientos en la “fisonomía” del C40. El espacio en el asiento trasero es limitado, lo que, unido a una línea del techo agresivamente inclinada, provocan que el acceso a este asiento sea un poco difícil.
La propia línea baja del techo junto al alerón trasero restringen notablemente la visibilidad. El alerón tiene justificada utilidad para controlar el flujo de aire y acentuar la aerodinámica, pero el uso del retrovisor se transforma en una experiencia algo singular.
Hemos hecho amplia referencia al volvo XC40 Recharge, y es que, en esencia, el nuevo C40 es el mismo auto. Ambos se basan en la misma arquitectura CMA de Volvo, y cuentan con un paquete de baterías con 75 kWh de capacidad. Comparten el sistema de propulsión de tracción total o AWD de doble motor eléctrico, que genera impresionantes 402 caballos de potencia y 487 libras pie de torque.
Aunque la mayoría de los autos eléctricos son veloces, el C40 destaca por su celeridad. Volvo no “raciona” el pedal del acelerador como algunos fabricantes hacen, y con solo presionarlo levemente, este eléctrico se dispara diligente. Las 60 millas o 97 kilómetros por hora se alcanzan en 4.2 segundos.
El manejo del C40 no es tan deportivo como su apariencia sugiere, pero se siente equilibrado y controlable en las curvas, con movimientos de carrocería predecibles y una dirección bien contenida. La opción de manejo con un solo pedal que nos gusta está presente y es efectiva, no obstante, aún no cuenta con distintos niveles de frenado como los que encontramos en modelos eléctricos de Hyundai y Kia.
En un cargador rápido de 150 KW, el C40 Recharge puede cargar la batería del 10 % al 80 % en 37 minutos, mientras que del 0 al 100 % para cargarlo en casa con corriente de 110 volts, necesitaría casi un día y medio.
El alcance del C40 Recharge es algo superior al del Volvo XC40 Recharge. Con la batería completamente cargada podría cubrir 225 millas o 362 kilómetros, un alcance que mucho no impresiona. Casi todos sus competidores sobrepasan las 300 millas o 483 kilómetros. La garantía de las baterías es de 8 años o 100,000 millas.
Elegir el modelo de Volvo 2022 C40 Recharge será tarea fácil, al menos por ahora. Solo viene en un ajuste, Ultimate, por lo que no tendrá que tomar muchas decisiones. Además, aparte de algunos accesorios, no hay opciones o paquetes importantes para agregar. Serán $58,750 los que necesitará para hacerse con uno de ellos, aunque al menos en Estados Unidos, hay disponibles rebajas e incentivos gubernamentales que podrían reducir ese precio en más de $7,500 dólares.
Volvo ha decidido que, dentro de unos 8 años, en el 2030, todos sus modelos serán eléctricos, así que tendremos mucho más por venir.
Como modelo solo eléctrico basado en una plataforma heredada, el C40 Recharge es un paso de transición, en el camino hacia una próxima línea que no estará diseñada en torno a los motores de combustión interna. Si bien su llamativo diseño y sólido rendimiento llaman la atención, el escaso rango y poca eficiencia puede que mueva a algunos a considerar opciones en rangos de precio incluso menores.
Roger Rivero es un periodista independiente, miembro de NAHJ, la Asociación nacional de periodistas Hispanos y de NWAPA, la Asociación de periodistas automovilísticos del noroeste. Los vehículos son proporcionados por los fabricantes como préstamo por una semana para fines de la reseña. De ninguna manera, los fabricantes controlan el contenido de los comentarios.
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