El partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores del 2018 entre River Plate y Boca Juniors se jugará en una plaza neutral, el 8 o 9 de diciembre próximo, según decidió este martes la Conmebol.
La entidad tomó esta determinación en una reunión sostenida con dirigentes de ambos clubes argentinos esta mañana, tras la postergación del encuentro de vuelta que inicialmente se debía jugar el sábado pasado en el Monumental de Buenos Aires, pero que fue suspendido por ataques violentos de hinchas al autobús que llevaba a los jugadores de Boca al estadio.
Como resultado de los hechos de violencia ocurridos el 24 de noviembre en los momentos previos al partido final de la Copa Libertadores, en la Buenos Aires, varios de los jugadores del equipo de Boca Juniors resultaron lesionados.
La Confederación Sudamericana de Fútbol tomó la decisión reunida con los presidentes de los clubes Boca Juniors y River Plate, en base al reglamento de Conmebol que busca asegurar la “integridad” de los jugadores, la continuidad de las competiciones, el fair play o juego limpio, entre otros aspectos.
De acuerdo con medios argentinos el partido podría jugarse en Paraguay.
«Estamos trabajando en la organización para ver cómo será el operativo. Sería el 9 de diciembre en Asunción», declaró el comandante de la Policía Nacional, Walter Vázquez, en una entrevista con la radio ABC Cardinal de Paraguay.
Luego, en declaraciones al medio argentino TN, añadió: «Todavía no está la comunicación oficial. Acá la recomendación es que se juegue a puertas cerradas».
Conmebol le solicitó a la Policía Nacional de Paraguay que empiece a trabajar sobre un posible operativo policial para recibir la final de la Copa Libertadores entre River y Boca en el estadio Defensores del Chaco de Asunción. La fecha sería el domingo 9 de diciembre.
Nota entregada por el Presidente de la CONMEBOL a los presidentes de los clubes River Plate y Boca Juniors en la reunión del martes 27 en la sede la de CONMEBOL, en Paraguay. pic.twitter.com/qNBYTRZXx6
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) 27 de noviembre de 2018
Según reportó el medio Marca, el clima de la reunión de Conmebol con los dirigentes de los clubes fue tenso.
“El clima dentro de la sala es tenso, cuentan desde Paraguay que Boca no quiere jugar, Angelici continúa mostrando las pruebas que justificarían la eliminación de River, y por eso se demora la resolución final. Una vez finalizada la reunión, es posible que tanto Angelici como D’Onofrio den una conferencia, contando y confirmando cómo seguirá adelante la final”.
La postura de Boca era que no quería jugar el partido y ser declarado campeón. Esta iniciativa no fue aceptada por Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, ni por el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio.
Al estar presente Robert Harrison, presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol, se especulaba si el partido seria disputado en Asunción.
“El sábado 24 de noviembre será recordado en la historia del fútbol mundial por todas las razones equivocadas. Se suponía que debía ser una final de la CONMEBOL Libertadores para el recuerdo, la última en formato ida y vuelta. Al final terminó siendo un día que debe llenarnos de tristeza y vergüenza a todos; algo que debe desatar una profunda reflexión y una seria autocrítica en todos los estamentos, no solo del fútbol, sino de la sociedad”, escribió la Conmebol en una carta.
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