La única medallista olímpica femenina de Irán, Kimia Alizadeh, campeona de taekwondo, dijo en su red social de Instagram que abandonaba el país porque para no seguir siendo oprimida y utilizada por las «mentes antisemíticas» como herramienta de propaganda política.
Alizadeh, quien ganó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, dio a entender que se había mudado a Europa después de despedirse simbólicamente.
“Hola gente oprimida de Irán, adiós gente noble de Irán, felicidades a ustedes siempre personas cálidas de Irán (…) Permítanme ahora presentar libremente mi identidad censurada”, escribió hoy la deportista.
«‘No soy Kimia Alizadeh, ni una historiadora, ni mi héroe, ni una caravana de la bandera de Irán’. Soy una de las millones de mujeres oprimidas en Irán que han estado jugando durante años. Me llevaron a donde quisieron. Me puse lo que me dijeron y repetí cada frase que ordenaron”, añadió.
Además cuestionó que las autoridades iraníes la obligaran a ponerse el velo, humillaran a las mujeres y atribuyeran sus medallas a su gestión.
La joven dijo que fue usada por “mentes antisemitas” y añadió que «su espíritu no encaja en sus canales».
«No tengo otro deseo, excepto Taekwondo, seguridad y una vida feliz y saludable. Soy un ser humano y quiero permanecer en la órbita de la humanidad” recordó.
“Querido pueblo iraní, no quería subir las escaleras de la corrupción y las mentiras”, manifestó mencionando que «nadie» la ha invitado a Europa «y no me han hecho una oferta tentadora, pero acepto el dolor y las dificultades de la nostalgia porque no quería formar parte de la hipocresía, las mentiras, la injusticia y la adulación».
“Esta decisión es aún más difícil de ganar que el oro olímpico, además sigo siendo la hija de Irán donde quiera que esté”, concluyó.
La medallista deserta después de conocerse que 176 personas, muchos iraníes con doble ciudadanía, fueron abatidas por militares de su país que derribaron un avión ucraniano. Otras 56 murieron en una estampida de personas que debían asistir al funeral de un comandante militar iraní muerto por un ataque aéreo estadounidense.
Adizaleh no es la única deportista iraní salir del país. En septiembre lo hizo el judoka Saeed Mollaei, que se refugió en Alemania y dijo que las autoridades de Teherán le impidieron competir con un atleta israelí. El año pasado también escapó Alireza Faghani, árbitro internacional de fútbol, quien se retiró a Australia, informó Reuters.
Mahin Farhadizadeh, viceministro de deportes de Irán, dijo a la prensa que la deportista quería continuar sus estudios, a través de la agencia de noticias semioficial ISNA, de acuerdo a Reuter. «No he leído el post de Kimia, pero hasta donde sé, ella siempre quiso continuar sus estudios de fisioterapia».
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