Análisis
El Partido Comunista Chino (PCCh) critica a Estados Unidos por su postura sobre la legitimidad del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y por responsabilizar al PCCh de ayudar a desestabilizar a Venezuela.
Esto fue en respuesta al discurso del secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, realizado el 12 de abril en Chile, en el que dijo: “China y otros están siendo hipócritas al pedir la ‘no intervención’ en los asuntos de Venezuela. Sus propias intervenciones financieras han ayudado a destruir el país”.
El portavoz de asuntos exteriores del PCCh, Lu Kang, respondió al discurso de Pompeo, declarando: “Las palabras y los hechos son despreciables. Pero las mentiras son mentiras, aunque las digas mil veces, siguen siendo mentiras”.
Sin embargo, como posiblemente sabe el PCCh, las palabras de Pompeo no son mentiras. Y esta es probablemente una razón clave por la que el PCCh, a pesar de todas sus críticas a Estados Unidos por considerar la intervención en Venezuela, ha estado interviniendo en el país latinoamericano.
Venezuela cayó en una de las trampas de la deuda del PCCh, y las mentiras con las que China estuvo alimentando a Venezuela para apoyar al régimen de Maduro –cuando de otro modo la nación sudamericana se hubiera visto obligada a reexaminar sus políticas– hicieron que la inevitable caída fuera aún más dolorosa.
“Me gustaría enfatizar que tanto Rusia como China, en la búsqueda de sus intereses comerciales y estratégicos en Venezuela, han proporcionado capital, bienes, servicios y respaldo político que indirectamente permitió al régimen populista ignorar y, en última instancia, destruir (…) los mecanismos de rendición de cuentas democrática”, dijo Evan Ellis, asociado principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, en una audiencia de 2017 de la Subcomisión de Asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de EE. UU.
Ellis dijo que el apoyo financiero ruso y chino a Venezuela “ha exacerbado la crisis actual al prolongar la vida del régimen venezolano más allá de los límites naturales creados por su mala gestión y prácticas antidemocráticas”.
China y Rusia tampoco mantuvieron a flote a Venezuela por el bien de Maduro. Según Ellis, ambos países lo hicieron como una forma de obtener el control de partes estratégicas de la infraestructura de Venezuela.
A medida que la situación en Venezuela vaya empeorando, dijo Ellis, China y Rusia “aprovecharán la crisis que se está desarrollando, incluyendo el efecto de las sanciones de Estados Unidos, para profundizar su control sobre los recursos de Venezuela y su influencia sobre el país como socios políticos y militares antiestadounidenses”.
A pesar de la respuesta del PCCh a las críticas de Estados Unidos sobre las acciones chinas en Venezuela –y su llamado a un cambio de poder al presidente interino Juan Guaidó– la administración Trump no está retrocediendo.
El 15 de abril, el Departamento de Estado publicó una hoja informativa titulada “Nicolás Maduro: Corrupción y caos en Venezuela”, que detalla los actos inconstitucionales, la corrupción y las violaciones de derechos humanos por parte de Maduro.
La hoja informativa incluía detalles de cómo Maduro manipuló las elecciones presidenciales venezolanas de 2018, así como sus actos de lavado de dinero y la represión llevada a cabo, a veces violentamente, de críticos y manifestantes.
La hoja incluía una cita de Pompeo del 19 de marzo: “Maduro usurpó el poder; no es el Presidente debidamente elegido. Juan Guaidó es la persona que eligió el pueblo venezolano. Estados Unidos y ahora otras 54 naciones simplemente han ratificado eso, han dicho, ‘Sí, reconocemos que eso es lo que quieren los venezolanos’”.
Durante otro discurso realizado el 19 de abril en Texas, Pompeo declaró que Estados Unidos está trabajando para “restaurar los derechos humanos y la democracia en Venezuela” y que “sé que finalmente tendremos éxito y que el Sr. Maduro abandonará ese país”.
La clave para entender los intereses del PCCh en Venezuela es que esta situación no se trata de Maduro. Se trata más bien del PCCh manteniendo el control financiero sobre Venezuela y manteniendo la influencia del “modelo chino” en América Latina.
El acuerdo que el PCCh pone sobre la mesa con su “modelo chino” cuando trata con regímenes como el de Maduro, es que estos regímenes pueden hacer lo que se les dé la gana y que el PCCh no los hará responsables. El PCCh seguirá comerciando con ellos, a pesar de las sanciones de Estados Unidos; el PCCh no los criticará por los abusos a los derechos humanos; tampoco cuestionará los medios turbios para tomar el poder.
Sin embargo, si Estados Unidos puede hacer que Maduro rinda cuentas, demostrará que el modelo estadounidense de las relaciones internacionales sigue todavía vigente en el mundo, independientemente de lo que el PCCh haya estado vendiendo.
Esta es probablemente la razón principal por la que las tropas rusas y chinas fueron fotografiadas en Venezuela mientras ambos países tratan de sostener el cadáver del socialismo venezolano.
El PCCh critica a Estados Unidos por hablar de intervenir en Venezuela, al mismo tiempo que el propio PCCh está interviniendo fuertemente en los asuntos venezolanos. Como de costumbre, las declaraciones del PCCh son solo temas de debate superficiales que pretenden influir en la opinión pública.
Sin embargo, es importante entender los conceptos de operaciones militares del PCCh, ya que el régimen normalmente no utiliza la fuerza militar convencional. La doctrina de las “Tres Guerras”, adoptada en su estrategia militar, consiste en la guerra psicológica, la guerra jurídica y la guerra mediática. Son operaciones ideológicas.
Es probable que el PCCh sepa que no puede ganar la pelea por Venezuela a través de la diplomacia, y que en cambio espera ganarla a través de la información. Es probable que el PCCh también conozca que los medios de comunicación tradicionales lo apoyarán en cualquier asunto, siempre y cuando ese asunto vaya en contra de Trump.
En Venezuela, el PCCh está tratando de mantener a los Estados Unidos a distancia utilizando su concepto de Tres Guerras en una guerra de palabras, argumentos jurídicos y control de los medios de comunicación. Es probable que su objetivo en este juego banal sea impedir a Estados Unidos desarrollar maneras más fuertes de intervención, situación que le permitiría al PCCh continuar con su plan establecido de dominar a Venezuela.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.
***
A continuación
Cómo el comunismo busca destruir la humanidad
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.