Las probabilidades de padecer privación de sueño, definida como dormir menos de seis horas por noche en el caso de los adultos, aumentó considerablemente en los últimos 30 años. Se calcula que entre 50 y 70 millones de estadounidenses sufren problemas relacionados con el sueño y, al parecer, esta cifra va en aumento.
Las exigencias cada vez mayores de nuestro ajetreado estilo de vida, la perdida de los límites entre la vida laboral y la doméstica, y el aumento del estrés y la ansiedad por diversos factores contribuyen a nuestras dificultades para conseguir un sueño reparador y rejuvenecedor. Según la American Sleep Apnea Association, (Asociación Americana de Apnea del Sueño) adultos de entre 18 y 64 años necesitan entre siete y nueve horas de sueño por noche, y los mayores de 65 necesitan entre siete y ocho horas.
La mayoría de nosotros entiende que existe una correlación directa entre dormir bien, funcionar bien y sentirse bien. ¿Qué tan mal se siente al día siguiente de pasar toda la noche en vela con un niño enfermo o de quedarse despierto hasta muy tarde para terminar un proyecto que hay que entregar al día siguiente? Probablemente, apenas funcional y miserable.
Los efectos perjudiciales de un sueño inadecuado son bien conocidos. Dormir poco afecta a nuestro nivel de felicidad y a nuestro estado de ánimo general y tiene consecuencias negativas para el cerebro. La falta de sueño disminuye la vigilancia, el aprendizaje, los tiempos de reacción, la capacidad de recordar cosas con precisión (la memoria a corto plazo en particular), la coordinación mano-ojo y el estado de alerta.
No dormir lo suficiente perjudica nuestro funcionamiento general en literalmente todos los aspectos, y además nos hace sentir mal. Pero entender por qué tenemos problemas para dormir puede ser la clave para volver a dormir mejor.
El sueño en la medicina oriental
La medicina oriental tiene un enfoque ligeramente diferente sobre el funcionamiento del sueño y los orígenes de los problemas de sueño. La filosofía oriental se basa en una visión holística, observando la fisiología de una persona además de sus interacciones y experiencias al evaluar una situación.
El insomnio describe un grupo de síntomas asociados a la alteración del sueño que incluyen la dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo, los despertares frecuentes, la inquietud nocturna, la alteración del ciclo del sueño y la alteración del sueño.
Dado que son muchos los factores que afectan al sueño, distinguir la causa es vital para corregir el problema. Una forma de clasificar los problemas de sueño en la medicina china es si se deben a cambios externos o temporales (lo que se denomina insomnio transitorio) o si se deben a problemas físicos, mentales o emocionales más profundos (insomnio verdadero).
Algunos de los factores que pueden contribuir al insomnio transitorio son
- el ruido externo
- demasiada luz en el dormitorio
- los cambios bruscos de tiempo
- la temperatura del dormitorio
- los estimulantes antes de acostarse
- comer tarde (demasiado cerca de la hora de acostarse)
- trastornos emocionales, choques y traumas
- ejercicio vigoroso, especialmente antes de acostarse
- el trabajo por turnos (altera los ritmos circadianos)
La buena noticia es que podemos corregir la mayoría de estos factores y restablecer los patrones de sueño normales. También hay que tener en cuenta si el sueño se ve interrumpido por síntomas físicos como el dolor, el picor, el asma, los problemas respiratorios o los efectos secundarios de ciertos medicamentos. Aunque es cierto que éstos interrumpen el sueño, no se consideran insomnio. En la medicina oriental, la causa del insomnio es clave.
Entonces, ¿qué es el verdadero insomnio y qué lo causa? Para entender el insomnio y sus causas en el modelo oriental, debemos hablar primero del shen.
El shen es difícil de explicar, especialmente a un público occidental de una cultura con un punto de vista diferente. Si tenemos en cuenta que muchas filosofías orientales tienen un componente metafísico, algo que existe fuera de la percepción sensorial humana, quizá podamos empezar nuestra discusión por ahí. La mayoría de nosotros probablemente ha oído hablar del qi (pronunciado chee), el concepto oriental de energía o fuerza vital que anima a todos los seres vivos. El qi es similar al «ki» japonés y al «prana» de la India. El Qi es intrínseco a todos los seres vivos y se crea, en parte, a partir de los alimentos que comemos y el aire que respiramos.
En la medicina china existe un espectro de sustancias metafísicas que van de lo material a lo inmaterial. El jing, el más material, es el responsable del nacimiento, el crecimiento y la reproducción y nos es dado por cada uno de nuestros padres, el siguiente es el qi, la energía o fuerza vital que potencia muchos procesos biológicos, y el shen es el tipo más enrarecido o efímero. El shen está relacionado con muchos de los aspectos intelectuales y espirituales de la conciencia y desempeña un papel esencial en nuestras funciones mentales superiores. El shen está estrechamente asociado a nuestra conciencia y a cómo percibimos, interactuamos y nos comunicamos eficazmente con el mundo que nos rodea.
El corazón está íntimamente conectado con el shen, y en la medicina oriental, el shen reside en el corazón. Los problemas con el shen se asocian a una perturbación de la conciencia en algún nivel, y casi siempre implican al corazón. Los factores que afectan especialmente al shen son
- el shock y el trauma
- la agitación emocional
- emociones no expresadas
- ira extrema
- calor (calor interno por exceso de energía yang)
- preocupación excesiva, exceso de pensamientos y cavilaciones
- agotamiento, exceso de trabajo y falta de descanso
- estrés
- problemas psicológicos
Como puede ver, si alguien tiene insomnio, a menudo hay un componente espiritual o psicológico en la visión oriental. Como practicante, siempre veo los problemas de sueño como una especie de barómetro del espíritu de una persona. El insomnio puede apuntar a problemas emocionales o psicológicos que están muy por debajo de la superficie. El trabajo del practicante de medicina china es desenterrar suave y hábilmente las causas y sacarlas a la superficie para reconocerlas y resolverlas.
Según mi experiencia, los problemas para dormir suelen provenir de cosas que causan angustia, aunque el paciente no sea consciente de ello. El sueño es a menudo el momento en que la mente está ordenando las cosas, especialmente las que se agitan en nuestro subconsciente.
En la medicina oriental existen ciertamente factores físicos que pueden causar insomnio, pero el shen (espíritu) y el corazón suelen estar implicados. Con el interrogatorio y la observación exhaustiva del paciente, se identifica lo que está sucediendo y por qué.
La ciencia del sueño
Un artículo publicado por el Dr. Mark Wu, neurólogo y experto en sueño de la Universidad Johns Hopkins, afirma que antes de la década de 1950, la mayoría de la gente creía que cuando dormíamos, tanto el cuerpo como el cerebro estaban en un estado inactivo. «Pero resulta», explica el Dr. Wu, «que el sueño es un periodo durante el cual el cerebro se dedica a una serie de actividades necesarias para la vida, que están estrechamente relacionadas con la calidad de vida».
Los investigadores descubrieron ahora varias funciones críticas que tienen lugar durante el sueño. Un estudio sugiere que el cerebro elimina durante el sueño las toxinas que no puede eliminar durante las horas de vigilia. El sueño es también el momento en el que el cerebro consolida los recuerdos y almacena la nueva información que aprendió ese día. Los científicos occidentales admiten que todavía tienen muchas preguntas sobre el sueño, como por ejemplo por qué la falta de sueño perjudica el razonamiento, la resolución de problemas y la atención a los detalles, funciones intelectuales que residen en el reino del shen.
No existe un tratamiento general para el insomnio; el insomnio de cada persona es diferente. En el modelo oriental, no tratamos enfermedades, sino personas, y cada una es única. Por eso la medicina china requiere un proceso de admisión tan exhaustivo para entender al paciente.
Las personas son organismos maravillosamente complejos. Nos afectan nuestras experiencias en el mundo y cómo las interpretamos. En el modelo oriental, se hace hincapié en la prevención, lo que significa atender cada aspecto de nosotros mismos en un proceso continuo. Cuidar nuestro corazón y nuestro espíritu es tan importante para nuestra salud como comer bien, hacer ejercicio y dormir lo suficiente. Y si nuestro sueño se ve perturbado, no es simplemente un problema que requiera una píldora para solucionarlo, sino más bien una señal de que algo está sucediendo dentro de nosotros o a nuestro alrededor que necesita ser abordado.
Emma Suttie es médico acupunturista y fundadora de Chinese Medicine Living, un sitio web dedicado a compartir cómo utilizar la sabiduría tradicional para llevar un estilo de vida saludable en el mundo moderno. Ha vivido y ejercido en 4 países y ahora trabaja a través de su consulta Thrive Consulting. Es una amante del mundo natural, de las artes marciales y de una buena taza de té.
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