La presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen, llegó a Paraguay el 14 de agosto para una visita de Estado, que pone en evidencia cómo la progresiva guerra comercial entre China y Estados Unidos tendrá un gran impacto en Paraguay.
Tsai se reunió con el actual presidente Horacio Cartes y el presidente electo Mario Abdo Benítez después de su llegada a la capital de Paraguay, Asunción. Tsai y Cartes asistieron a una ceremonia de inauguración de una universidad local que fue conjuntamente establecida por los dos países, y el 15 de agosto, Tsai asistirá a la ceremonia de inauguración presidencial de Benítez.
Según el medio de comunicación Taiwan News, Tsai y Benítez llegaron a un consenso para fortalecer los vínculos entre los dos países a través del comercio, la inversión y los proyectos de infraestructura.
La visita de Tsai, la segunda a Paraguay desde que fue elegida presidente en mayo de 2016, se considera significativa, ya que Paraguay es actualmente el único aliado diplomático de Taiwán en Latinoamérica. Desde que Tsai asumió el cargo, cinco países de América Latina y África cortaron las relaciones diplomáticas con Taiwán: Burkina Faso, República Dominicana, Gambia, Santo Tomé y Príncipe y Panamá, bajo la presión de Beijing.
Taiwán es una verdadera democracia con su propia constitución y ejército, pero Beijing considera a la nación insular como una provincia renegada que un día se unirá a la China continental, por la fuerza militar si fuera necesario. Mientras tanto, el régimen chino estableció alianzas estratégicas con naciones que tienen relaciones diplomáticas con Taiwán, otorgando grandes sumas en préstamos e inversiones, para presionarla a que reconozcan “una sola China”.
Algunos especularon que es probable que Paraguay sea el próximo país en romper las relaciones con Taiwán. El senador Marco Rubio (republicano por Florida), al hablar en el mes de mayo en una audiencia de la subcomisión del Senado sobre el liderazgo de Estados Unidos en la región de Asia-Pacífico, manifestó que le preocupaba que Paraguay reconociera pronto a Beijing y abandonara sus vínculos con Taiwán, según Taiwan News.
Además, la continua guerra comercial entre China y Estados Unidos intensificó las especulaciones sobre las gestiones diplomáticas de Paraguay. China, el mayor consumidor de soja del mundo, comenzó recientemente a comprar más soja de Latinoamérica, incluido Paraguay, después de que impusiera aranceles de represalia del 25 por ciento a los productos básicos estadounidenses, incluida la soja, a principios de julio. Muchos compradores chinos cancelaron pedidos de soja estadounidense como resultado de los aranceles.
Paraguay, el cuarto exportador mundial de soja, es un país sin salida al mar, por lo que primero debe enviar sus productos para exportarlos a puertos de países vecinos. El Ministro de Industria de Paraguay, Gustavo Leite, al hablar con Reuters en abril, explicó que la mayoría de la soja paraguaya fue a Uruguay.
“Entonces, China registra esos granos como exportaciones uruguayas”, informó Leite.
China importó 95,53 millones de toneladas de soja en 2017, de las cuales 30,6 por ciento provenían de Estados Unidos, 26,2 por ciento de Brasil y 43,2 por ciento de Argentina y Uruguay, y parte de ese porcentaje proviene de Paraguay, según los medios estatales chinos Xinhua y el Diario del Pueblo.
Ahora, a medida que aumenta la dependencia china de la soja paraguaya, los medios de comunicación taiwaneses especularon que China haría lo posible por alejar a Paraguay de Taiwán, a pesar de que China y Paraguay actualmente no tienen relaciones diplomáticas formales.
Sin embargo, China y Paraguay ya son socios comerciales. Según las estadísticas del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, el volumen total del comercio entre los dos países superó los 1.594 millones de dólares en 2017, un aumento del 33,7 por ciento con respecto al año anterior. Las exportaciones de China al Paraguay ascendieron a 1.560 millones de dólares, con importaciones de 330 millones de dólares, aumentos del 33,4% y el 47,5%, respectivamente a partir de 2016.
Antes de salir de Taiwán, Tsai habló con los medios de comunicación locales sobre el propósito de su viaje.
Dijo que trataría de consolidar las relaciones con los aliados, señalando que cada golpe diplomático “solo serviría como energía para el próximo avance [diplomático]”, según el periódico taiwanés United Daily. Añadió que era su responsabilidad como presidente expandir la presencia y el reconocimiento internacional de Taiwán.
Tsai se enfrentó a una situación difícil desde que fue elegida, ya que China intensificó su retórica agresiva y sus ansias de grandeza. Sin embargo, dejó claro que Taiwán no se dejará intimidar.
Durante una escala en Los Ángeles el 13 de agosto, visitó la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan en Simi Valley, California. Tsai mencionó al expresidente de Estados Unidos mientras hablaba con la prensa, según el periódico inglés Taipei Times, con sede en Taiwán, comentando las relaciones actuales entre China y Taiwán.
“Cualquier cosa puede ser negociada, excepto nuestra libertad y nuestro futuro que no pueden estar comprometidos”, afirmó Tsai. Reagan pronunció estas palabras en 1986, después de reunirse con el entonces líder de la Unión Soviética Mikhail Gorbachev en Islandia. En ese momento, los dos líderes estaban negociando sobre una reducción de armamentos y no lograron llegar a un acuerdo.
Después de visitar Paraguay, Tsai visitará a otro aliado diplomático, Belice, el 17 de agosto. Está programado que pronuncie un discurso en la Asamblea Nacional de Belice durante su visita de tres días, luego hará una breve escala en Houston, Texas, antes de regresar a Taiwán el 20 de agosto.
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